El Plan Proa llega a 12 centros de Asturias
Autor: Shenai MARTÍNEZ
El Plan Proa, desarrollado por el Ministerio de Educación y Ciencia en colaboración con las Comunidades Autónomas, tiene como objetivo paliar situaciones de desventaja educativa, animar a los alumnos a la lectura, implicar a las familias en el proceso educativo e incluso mejorar el aspecto externo de los centros.
Se han seleccionado un total de 12 centros en Asturias para este programa piloto, cuatro de ellos en Gijón. Entre estos últimos recibirán este curso 161.400 euros que se destinarán principalmente a impartir clases de refuerzo durante cuatro horas, fuera del horario escolar.
Con este plan pretenden aplicar la discriminación positiva para aquellos centros que estén ubicados en zonas periféricas o con un alto porcentaje de alumnos con necesidades educativas especiales, es decir, hijos de familias económicamente desfavorecidas, pertenecientes a minorías étnicas o inmigrantes.
El Plan Proa lo configuran dos programas distintos. Por un lado, el refuerzo o acompañamiento escolar en Educación Primaria y, por otro, el programa de apoyo a centros de Secundaria en zonas de atención educativa preferente.
El Plan Proa surgió a partir del debate previo a la Ley de Educación, recogido en el documento titulado Una Educación de calidad para todos y entre todos. Propuestas para el debate.
Uno de los problemas que se intenta evitar es la elevada proporción de alumnos que acumulan retrasos al final de la Educación Primaria, que alcanza el 11,6% y que puede ser significativamente mayor en algunos centros educativos.
Se trata de evitar que los estudiantes lleguen a Secundaria sin haber aprendido las competencias básicas necesarias para proseguir con su trayectoria académica de un modo satisfactorio.
El Plan Proa
El programa de refuerzo está dirigido al alumnado de Primaria y Secundaria, que dispondrá de cuatro horas de apoyo semanal, fuera del horario lectivo.
El programa de apoyo, por su parte, está dirigido a los centros y tiene por objeto paliar situaciones de desventaja socioeducativa, motivadas por la propia ubicación del instituto o la presencia de un alto porcentaje de alumnos con necesidades educativas especiales.
Esta iniciativa se desarrolla en dos modalidades, la primera, impartida por monitores, que deben ser preferentemente estudiantes, ya sean ex alumnos, universitarios, etc.
En la segunda parte, los profesores del propio centro se encargan del acompañamiento y del apoyo de los alumnos que acumulan un retraso académico, con el fin de reforzar los aprendizajes no alcanzados en clase y revisar los contenidos no suficientemente aprendidos y que son necesarios para contar con una base mínima.
