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Respetemos a los peatones

La experiencia que voy a relatar ha sido realizada con alumnos de 2º de Educación Infantil. Se trata de un proyecto sobre seguridad vial que tiene una duración quincenal y que pretende concienciar a los pequeños de la importancia que tiene respetar las normas de trafico.
Miércoles, 21 de junio de 2006
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¿Por qué planteo un proyecto sobre seguridad vial? Por un lado, porque el correcto comportamiento vial es un apartado más a tener en cuenta dentro de la socialización del niño.Y, por otro, porque se plantea como propuesta para avanzar en la prevención de los accidentes de tráfico.

Un gran paso para prevenir accidentes de tráfico es cambiar la actitud de desobediencia en el tráfico y los comportamientos abusivos que hay hoy en la sociedad.

Si les enseñamos estas conductas desde pequeños, no sólo las interiorizarán con normalidad sino que, como hemos podido comprobar a lo largo del desarrollo del proyecto, se las inculcarán también a sus mayores y van a “exigirles” que las cumplan.

Nuestro planteamiento del proyecto, como siempre, tiene un carácter lúdico para motivar a los niños.
En la primera fase del proyecto queríamos averiguar los conocimientos previos que tenían los niños sobre este tema. En la asamblea de la mañana, provocamos un diálogo a partir de la lectura de un artículo de un periódico en el que se hablaba de un accidente de tráfico. Dejamos a los niños que se expresaran y descubrimos los conocimientos que tenían sobre este tema.

A partir de aquí, trabajamos la importancia que tienen las señales de tráfico, les enseñamos su imagen real, les indicamos su significado literal: “Prohibido circular a más de 100 km/h.”, y les explicamos que quiere decir que no se puede ir demasiado deprisa por las carreteras.

Cada día les presentamos una señal de tráfico apoyada por un cuento o historia –algo le sucede a algún personaje–. Por ejemplo: Tina se quedó sin gasolina. Entonces, presentamos la señal que informa de que hay una gasolinera cerca.

Tras la presentación de cada señal, se coloca en el mural que tenemos para ello, y cada uno pinta esa señal. Con todas las señales van a hacer su “primer gran libro de señales de tráfico”.

Interés

Es impresionante el interés que tienen los niños por conocer más y más señales. Están descubriendo un código que creían que sólo era de adultos y eso les atrae. Ahora –nos lo dicen los padres– no se les escapa ninguna cuando van en coche.

Buscamos en internet más señales que no tenemos y clasificamos las señales por la forma y el color, ya que cada una significa una cosa.

Los niños, además de las señales de tráfico, van a aprender aspectos como:
–Si queremos cruzar una carretera, lo haremos por los pasos que hay para ello (pasos de peatones o semáforos).
–Hay que ir bien sentados en el coche. Los niños tienen que ir en la parte trasera, en las sillas de seguridad y con el cinturón bien abrochado.
–No se pueden tocar las puertas ni las ventanas, entre otros.

Actividades

Aprovechando su interés por el juego simbólico, imitamos a los mayores conduciendo, vamos a representar distintas situaciones que se pueden dar en la carretera.

Utilizamos el guiñol para representar la obra El semáforo estropeado y reforzar el uso correcto del semáforo de peatones. También vemos cuentos de Educación Vial (de la Dirección General de Tráfico) y hacemos nuestra propia guía de seguridad vial en Power Point.

Conectamos por web-cam con la clase de los mayores para preguntarles lo que quiere decir una señal concreta. Y, para terminar, la policía de tráfico nos viene a visitar al centro, nos pone una película y nos habla de cómo comportarnos en la calle para que no haya peligro.

Objetivos perseguidos por el proyecto

Cuando los niños ya están muy preparados, quieren examinarse para sacarse el carnet de conducir. Se les explica que lo tienen que hacer como los adultos, en dos partes:

—La teórica, donde se les hacen preguntas sobre cómo ir por la calle, circular correctamente, señales de tráfico, señales de los agentes de policía… Sólo pueden cometer dos errores. ¡Todos la superan!

–El examen práctico, donde hay que conducir un vehículo. Para eso, montamos un circuito en el patio del cole, donde se incluyen todas las señales aprendidas. Los niños han traído a clase sus bicis y las van a utilizar para hacer el examen en moto, con casco, por supuesto. Dos niños, disfrazados de policías, se ocupan de controlar que todo vaya bien. ¡Es un éxito rotundo!

Todos aprueban y… consiguen el carnet, que no es más que una fotocopia de un carnet original, al que pegamos una foto, escribimos los datos y lo pintamos de rosa. Queda igual que el de los mayores: ¡Qué chulada!

Isabel Clara GRAU
CEIP “Miguel Hernández”
Torrejón de Ardoz (Madrid)

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