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"La mediación es injusta: equipara a víctima y verdugo"

Dan Olweus es el investigador que más tiempo lleva estudiando el bullying en el mundo. Ha escrito varios libros –alguno publicado en España– sobre el tema, y ha elaborado un programa contra el matonismo que se está aplicando en varios países y que ahora se introduce en nuestro país.
Viernes, 13 de octubre de 2006
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Autor: José M. LACASA

En España, un estudio que concluye que casi uno de cada cuatro alumnos es acosado, ha organizado cierto revuelo. ¿Esas cifras se ajustan a las suyas?

No. Depende mucho de cómo se haga el estudio. Lo más importante es definir a qué llamamos bullying, y cómo se es o bien víctima, o bien acosador. También disponer de un cuestionario –nosotros hemos elaborado uno muy completo– que vaya más allá de preguntar si te han acosado o no. Este fenómeno está encuadrado en unos contextos muy complejos, y si no se hace bien el test puedes obtener hasta un 70% de víctimas.

 

Cuando hace un trabajo de campo, ¿cómo seleccionan las muestras? ¿Por clase, por alumno, por escuela?

Las tomamos en una escuela, y seleccionamos una o varias clases, de uno o más niveles. Debe repartirse el cuestionario en todas las clases al mismo tiempo, y el profesor encargado de cada una debe recibir una formación previa por parte de los investigadores. Además, hay que escoger grupos de escuelas para poder monitorizar el resultado. Si sólo queremos obtener resultados de una clase en un centro, aún así pasamos el cuestionario a varias clases para mantener el anonimato –es algo muy importante– y no decimos de cual se han obtenido los resultados ni cuales han sido desechadas. No se les puede decir a unos alumnos ´vosotros contestad libremente´ si saben que son los únicos que están contestando las preguntas. Al presentar los resultados, tampoco hacemos mención de una clase u otra.

Actualmente hemos desarrollado un sistema de cuestionarios on line para que la víctima tenga la libertad de contestar desde su casa, de una manera absolutamente anónima, y poder recoger así más datos. Se está preparando la versión en español: aunque ya existe una para alumnos hispanos en Estados Unidos, se está traduciendo una específicamente para España.

 

En España hay cierto debate sobre cómo es la familia de los alumnos acosadores: unos dicen que vienen de familias caracterizadas por vivir en un entorno violento, mientras que otros viven en climas familiares excesivamente permisivos. Ángela Serrano, una investigadora del Reina Sofía, decía que «en sus familias nunca les habían dicho que no».

Desde el punto de vista socioeconómico no hay ninguna diferencia. Pueden venir de clases elevadas donde se les ha permitido todo, o de clases bajas donde se les castiga duramente por cosas nimias. Lo que sí es seguro es que todos vienen de familias donde el afecto y el cariño son escasos, ya sea por dejarlos hacer lo que les da la gana –que es una forma de negarles el afecto–, ya sea por lo contrario.

Uno siempre se pregunta por qué los verdaderos matones –los que lo son en más alto grado– tienen una actitud tan hostil frente al entorno, en este caso la escuela o sus compañeros, y lo único que es claramente común es que provienen de familias donde el cuidado y el afecto brillan por su ausencia. Los matones muestran su hostilidad como reflejo de un ambiente familiar falto de afecto, pero no hay que olvidar que sacan un beneficio con su actitud, acosan a sus compañeros para sacarles cigarrillos, dinero, etc.

 

¿Es un problema que los criterios sobre el bullying no sobrepasen la escala nacional? Quizás si los criterios fueran comunes podían evitarse alarmismos innecesarios.

Cuando he traducido mi cuestionario a otras lenguas he visto que algunos de los términos no son exactamente iguales, y que la diferencia entre bullying y violencia escolar puede no estar clara. Con un cuestionario único sería más fácil. Lo más importante, desde luego, es ponerse de acuerdo en lo que es el bullying.

 

Hablando de definiciones, en España es tradicional poner mote. Sin embargo, usted lo nombra entre los tipos de bullying…

Es importante clarificar esta cuestión. Tomarse el pelo, de manera amistosa, es algo que hacen hasta los chimpancés y no tiene importancia. Lo importante es clarificar hasta dónde llega tomar el pelo amistosamente, y cuando ya es degradante, ofensivo. Antes se consideraba vejatorio que se metieran con las características externas –pelo rojo, pecas, gafas–, pero hemos llegado a la conclusión en nuestros estudios de que esto no es la base de la vejación. Si el acosador viene con un tipo de ropa determinado, será considerado por el resto como bueno, y será objeto de burla si es la víctima quien lo lleva. No es el hecho en sí, sino lo que hagan las personas.

 

El Código Penal en España ha cambiado: para evitar que el acosado tenga que abandonar el centro, la ley del menor dice ahora que es el acosador el que cambiará de centro, aunque algunos lo consideran excesivo, pues se trata siempre de menores. ¿Es esto acertado?

Obviamente, es injusto que se tenga que ir la víctima, pero no veo ninguna solución en expulsar al acosador. Entre otras cosas, porque se ha demostrado en diversos estudios que el acosador trasladado seguirá encontrando víctimas en la nueva clase, y además contactará con otros acosadores, se dedicarán a aprender los unos de los otros, y empeoraremos el problema. Son los adultos, la dirección y el profesorado de la escuela, los que, aplicando un buen programa de intervención, deben ser capaces de solucionar el problema. Dentro de un plan de intervención, a veces sí es buena medida cambiar a un acosador a otra clase en el mismo centro, si hay varios en un aula.

 

El plan de convivencia del MEC establece la mediación en la convivencia escolar como principio básico educativo…

Es un error. Encuentro que es profundamente injusto poner al mismo nivel a la víctima y al verdugo. Es imposible que haya una igualdad, el acosador demuestra siempre una superioridad física o de otro tipo, o al menos la exhibe. Yo prefiero la aplicación de reglas estrictas, aunque sin dejar la mediación de lado. Muchas veces, la mediación por parte de los adultos suele servir para esconder el problema: «Hemos hablado con los chicos y…», «esto ya se arregla solo…». Yo no creo que así se solucione el problema.

 

¿Y cuando el mediador es un igual?

En otros países, cuando el mediador es un alumno, ha recibido algún entrenamiento previo sobre lo que tiene que hacer. Se producen varias reacciones: o bien el mediador se convierte en alguien que piensa que es superior de algún modo, o bien pasa a ser una víctima, porque los matones no reconocen su autoridad. No se hace más que complicar el problema.

 

¿Cree que el programa Olweus es aplicable en España?

Lo hemos aplicado en miles de escuelas en EEUU, pero los resultados no han sido tan buenos como en Escandinavia. En los países nórdicos los profesores disponen de 150 horas durante el año sólo para perfeccionamiento, cursos, etc. Por ello, las escuelas escandinavas pueden organizar estos programas de una manera conjunta y más eficaz. Todos los profesores disponían de tiempo. En España no sé si los profesores tendrán tiempo para dedicar al perfeccionamiento y el estudio de nuevas técnicas, o simplemente pedirán más dinero.

En EEUU todas las reuniones en la escuela tuvieron que ser reducidas porque no eran bien recibidas. La cultura de la escuela también debería cambiarse, para que los profesores tuvieran ganas de participar y poner en marcha un programa de intervención en la propia escuela. Hay que convencer a los docentes de que la aplicación de un buen programa de intervención les beneficia a ellos, porque su manera de dar clase va a mejorar radicalmente.

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