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La tasa de acceso a la universidad, 1,4 puntos menor que la de 1996

Cinco años después del "efecto Logse", la Educación española sigue sin remontar: la tasa bruta de acceso a la universidad demuestra que el aumento de la escolarización obligatoria no se traduce en más universitarios.
Miércoles, 15 de noviembre de 2006
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La tasa bruta de acceso a la Universidad –el porcentaje de población que supera la Selectividad tras cursar el Bachillerato– cayó en 2000 2,3 puntos tras décadas de ascenso ininterrumpido. Es el “efecto Logse”, tan conocido por nuestros lectores como perseverantemente ignorado por los responsables del MEC.
Ahora sabemos que no fue flor de un día. En 2001 cayó otras nueve décimas (acumulábamos 3,2 puntos) estancándose a la baja a partir de entonces: desde entonces hasta 2005 España ha perdido siete décimas más, casi cuatro puntos desde 1999.
Claro que en términos de “coste oportunidad” la diferencia no es de cuatro puntos: si la Logse no hubiera sustituido el sistema anterior y la evolución 2000-2006 hubiera sido la misma que entre 1992 y 1999 (casi diez puntos de subida), lo que hemos perdido son 13,8 puntos.

Equidad en entredicho

Analizada la situación actual (ver tabla 1), nos encontramos con la situación típica en este paraíso de equidad educativa (PISA dixit) que es España: una mujer vasca tiene un 60,5% de posibilidades de acceder a la Universidad, mientras que un varón balear tiene un 21,8% de posibilidades. Casi tres veces menos por nacer en un lugar u otro de España, y con un sexo u otro.
Los datos pertenecen al Sistema Estatal de Indicadores de la Educación 2006 –al que ha tenido acceso MAGISTERIO–, elaborado cada dos años por el Instituto de Evaluación (IE), concretamente al indicador E4. Acceso a la Educación superior, y mide la tasa bruta de acceso a la Universidad a través del Bachillerato y la Selectividad. No incluye a los que acceden desde la FP de Grado Superior (el indicador de alumnado de nuevo ingreso en los estudios universitarios indica que no influye, al menos hasta los 23 años) ni el acceso para mayores de 25 años.
Con respecto a la evolución en los últimos cinco años por comunidades autónomas, tan sólo cinco comunidades han mejorado –Galicia y Asturias a la cabeza, con algo más del dos puntos y medio). Por la cola, Navarra y Castilla-La Mancha son las que más alumnado universitario han perdido, con casi seis puntos menos que en 2001.


Hacia un desequilibrio regional originado por el fracaso escolar en la ESO

Existe una relación evidente entre las tasas de acceso a la universidad y las de fracaso escolar (esta hipótesis explica el 57% de la variación), aunque también tiene que ver el atractivo y las salidas que ofrece la FP de Grado Medio en cada comunidad. En cualquier caso, ambas tienen que ver sobre todo con problemas propios del sistema educativo –ya explicamos hace unos meses cómo existía una correlación bastante fuerte entre fracaso escolar en 4º de ESO y asignaturas pendientes en 1º de ESO– y no tanto, como pretenden hacernos creer, con las circunstancias socioeconómicas de los alumnos.


1. Tasa bruta de acceso a la universidad, por comunidad autónoma y sexo (2005)
La tasa bruta de población que supera la prueba de acceso a la Universidad es la relación entre el total de aprobados en las convocatorias de junio y septiembre (excluidos los presentados a la prueba para mayores de 25 años) respecto a la población de 18 años. En el gráfico se indica esta tasa por sexo y comunidad autónoma.



2. Variación de la tasa bruta de acceso a la universidad por comunidades autónomas (periodo 2001-2005)

La variación de la tasa bruta de población que supera la prueba de acceso a la Universidad entre 2001 y 2005 –es decir, cuando se estabilizó tras bajar 3,2 puntos en dos años– por comunidades autónomas muestra que la evolución ha sido desigual: casi nueve puntos separan la evolución de Galicia (mejora 2,7 puntos) de la de Navarra (que cae 6,1 puntos). España pierde siete décimas de media.


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