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Sentirás miedo, ja, ja, ja...

Halloween es un tiempo de fantasía y misterio, donde los muertos regresan para visitarnos. Cada vez más los pequeños se disfrazan, asisten a fiestas y festivales. Por ello decidimos llevar la fiesta a nuestro cole con sentido del humor.
Miércoles, 22 de noviembre de 2006
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En la fiesta de Halloween se habla de monstruos, brujas y fantasmas y demás elementos que provocan pánico, pero también curiosidad en los niños de cinco años. Partiendo de esta realidad, hemos decidido aportar un toque de humor a la fiesta creando nuestros propios monstruos, brujas, fantasmas. Para trabajar este tema, como siempre, recurrimos a las familias de nuestros alumnos, cuya respuesta ha sido excelente y de lo mas participativa.
Para comenzar, redactamos con los niños una nota para las familias, informándoles de la celebración de este acontecimiento.

A continuación, seguimos con la decoración del aula, para ello confeccionamos calabazas, fantasmas, brujas móviles, etc., y los colocamos por el aula, así como aquello que aportaron las familias, como las calabazas, creando un ambiente muy especial.
Para abordar el miedo a los monstruos, tomamos como referente a Frankestein, un conglomerado de diferentes personas. Decidimos crear nuestro nuestro propio “Frank” plasmando en él los miedos y la superación de los mismos por los alumnos.

¿Qué nos da miedo?

En asamblea hablamos sobre aquello que nos da miedo: a Julia le daban miedo los tornillos de la cabeza, a Pablo le asustaban los ojos, a Jessica la boca, mientras que a Adrián le daban miedo las piernas que no se podían doblar. Propusimos a cada niño que hiciera la parte que mas miedo le daba con ayuda de sus familias, la premisa es que tenía que impactar. La actividad fue enriquecedora.
Posteriormente, en asamblea, con ayuda de todos los niños, fuimos montando el “Frank”. Cada niño colocó la parte del cuerpo que había traído, abordando no sólo el temor a seres imaginarios, sino que también nos sirvió para recordar el esquema corporal. Decidimos colocarlo en la puerta de las aulas, para dar la bienvenida a la fiesta de  Halloween que se celebró en el “Colestillo” (ja, ja, ja…).
Como colofón, termínanos con la fiesta de disfraces. La consigna para poder acudir era que el disfraz lo tenían que hacer ellos con ayuda de sus familias reciclando materiales de casa.

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