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Cuerpo a cuerpo en el aula

Las profesoras de 1-2 años de la EI "La Luna" de Getafe (Madrid) han vivido momentos entrañables, situaciones encantadoras de relación, de ayuda y de cooperación, en las que no han faltado también conflictos, contactos corporales rudos, bruscos e incluso algunos empujones, gracias a un proyecto educativo desarrollado en el aula titulado Cuerpo a cuerpo: contacto corporal, relaciones y convivencia en el aula.
Miércoles, 20 de diciembre de 2006
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En el patio Marina señala el cielo y grita “pi-pi”: enormes bandadas de patos y otras aves migratorias cruzan el cielo de Perales del Río. En los días siguientes todos comenzamos a mirar al cielo, no sólo hemos visto pájaros sino también aviones que pasan a veces volando muy bajo.
El pequeño proyecto Las cosas del cielo ha surgido en ellos, a nosotras nos toca organizar que de ese interés surjan nuevos aprendizajes. Primero, informamos a los padres, pedimos material y en poco tiempo hemos conseguido grandes cantidades de fotos de aviones, de pájaros, plumas grandes y pequeñas, etc.
Algunas de las cajas con las que hemos estado jugando se transforman: hay una con fotos de pájaros, dentro hemos metido una pandereta que suena cuando se mueve; en la que tiene fotos de aviones hemos puesto construcciones de madera que dan un sonido ronco y fuerte; y, en cambio, hay cascabeles en la que está forrada de plumas y pajaritas de papel.
Hay cuentos de aviones fabricados por nosotras, láminas de pájaros y el cuento de La pajarita de papel.

Hilo conductor

El que haya un tema, un hilo conductor, genera mucho juego común, las cajas se arrastran por el aula, corriendo, riendo, en grupo. Se suben y bajan de ellas, se “enseñan” las fotos unos a otros nombrando el objeto, son de una gran importancia estas cosas que se enseñan entre ellos. También les gusta mostrar cada objeto nuevo a los padres.
En la asamblea, la poesía de El pajarito, de Mirta Aguirre, es el momento de más concentración, cada uno coge una pluma del cesto y se acaricia la carita mientras oyen el poema, luego comienzan a acariciar a los otros, es una forma de contacto cariñosa y relajada.
Hay mucho juego libre en la clase y sus acciones son cada vez más planificadas y cooperativas. Durante el juego heurístico inician proyectos en los que participan dos o tres niños: construir con diferentes elementos, transportar de un sitio a otro o desenredar una madeja de hilo…
Parece que son capaces de organizar juegos de cierta complejidad y que implican un orden o incluso algo parecido a normas como cuando, por propia iniciativa, preparan un circuito para bajar y subir con las cajas y el baúl de los cojines y juegan siguiendo un turno, esperando a que baje el anterior, sin empujarse….
Comienza a haber mucha imitación, lo que significa que se miran, que se ven, que están atentos a la acción de los otros como fuente de aprendizaje.

Acercamiento

En este proceso de juego colectivo hay mucho acercamiento corporal, contacto que algunas veces puede ser agresivo y otras, sin que haya beligerancia, rudo o brusco. El espacio de los otros no siempre es observado o respetado; esto es más conflictivo cuando tenemos en cuenta que algunos niños de la clase son muy pequeños, tienen poca movilidad o estabilidad y la situación de los más mayores es de una intensa necesidad de movimiento.
Hemos decidido no aislar a los más pequeños buscándoles un rincón apartado del grupo y hemos intentado conseguir que a través de nuestras palabras los mayores sean capaces de ver su espacio y no invadirlo. También hemos descubierto que, a menudo, nuestras palabras son sus ojos y basta con un “cuidado con…” para evitar atropellos.
Nuestro objetivo es perder el miedo al acercamiento corporal entre los niños y que ellos lo pierdan también. Entendemos que ese acercamiento no es sólo corporal sino afectivo, intelectual, comunicativo, en definitiva que es un proyecto de convivencia, o yendo más allá: de convivencialidad.


El anecdotario del aula

Las profesoras encargadas de desarrollar este proyecto decidimos no dejar pasar lo que estamos viviendo, sino documentar cuidadosamente estas situaciones para poder reflexionar sobre ellas y orientar nuestra práctica educativa:
—A través del anecdotario del aula registramos lo que está sucediendo y compartimos esta información con los padres mediante el tablón de información, donde todos los jueves se pincha la hoja de psicomotricidad y la fotocopia del diario del aula de cada mes para que se puedan informar.
—Las familias se han sentido así también implicadas y participantes: pronto conocen los nombres de todos los compañeros de aula de sus hijos y tienen un contacto estrecho con ellos.




EI “La Luna”, Getafe (Madrid)

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