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La ratio alumnos por profesor bajó 20 puntos menos que por aula

En los últimos trece años, se ha observado una clara disminución de la población escolar. Esto ha incidido de manera directa en los ratios alumnos por profesor y alumnos por unidad. Pero, como bien notan los docentes todos los días, este descenso no ha sido paralelo.
Miércoles, 7 de marzo de 2007
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Autor: Olmedo MORALES

Acorde con la reducción de la población española en general, los estudiantes en edades comprendidas entre los 12 y 16 años ubicados en el Régimen General han pasado de 2.442.000 en 1993 a los 1.711.000 en el 2006. Es decir, la población escolar registrada el año pasado equivale al 70% de la matriculada en 1993.
Esto incide de manera directa en las ratios alumnos/profesor y alumnos/unidad, pero a consideración de los consultados, además de los bajos índices de natalidad ha influido la aplicación de diferentes políticas educativas, como las aplicaciones de la Logse, de 1990, y la LOCE, de 2002.
En concreto, la ratio alumno/profesor representa en el 2006 solamente el 66,3% de la existente en 1993; y en el caso de la ratio alumno/unidad, alcanza en el 2006, apenas el 85,4 por ciento de la existente en 1993. En ambos casos, la velocidad de esta disminución se ha frenado desde el año 2000.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reconoce que las ratios ‘alumnos por profesor’ y ‘alumnos por unidad’ son los elementos que determinan los recursos financieros que cada país dedica a la Educación de sus ciudadanos. A estos indicadores, se les concede igual importancia que al salario del docente y la cantidad de personal de apoyo.

Disminución positiva

A juicio de Isidro Cabello, vicepresidente la Asociación de Catedráticos de Enseñanza Secundaria de Catalunya (Acesc) y también ex Alto Inspector de Educación en dicha región, la reducción de ambos indicadores entre 1993 y 1998 se produce, en principio, por la aplicación del ciclo superior de la Educación General Básica (EGB), y posteriormente por la entrada de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
“La ratio alumnos/profesor desciende especialmente en los años centrales, como consecuencia de la aplicación de la Logse, que produjo una mayor dispersión de los alumnos en determinadas materias”, explicó el catedrático.
Por su parte, Augusto Serrano, secretario general de la Confederación STES, añade que la aplicación de la ESO permite la reducción de los grupos de estudiantes por aula en aquellas materias que requieren mayor apoyo puntual de los docentes, como las matemáticas.
“Es algo positivo porque si existe un grupo de 26 alumnos disponen de tres profesores, y en ocasiones destinan uno para aquellos que requieren más atención dentro del aula”, comenta.

Ratio bajo la lupa

No obstante, las opiniones se centran más en el descenso de la ratio ‘alumno por unidad’. Para el vicepresidente de la Acesc no es válido celebrar la disminución de este indicador, sin considerar algunos aspectos.
“Es probable que influya la bajada de la natalidad pero si un centro posee dos unidades con un total de 58 alumnos, mantendrá el mismo número de unidades aunque haya diez alumnos menos. Por el contrario, un centro que tuviese una ratio elevada y un aumento de matrícula, supone incrementar un grupo o dos más, por lo que disminuirá la ratio en la práctica”, argumenta.
Sobre esta misma línea crítica, Serrano considera que la disminución de la ratio alumno/profesor indica que se ha invertido en la contratación de nuevos docentes. Lo preocupante es que se mantenga un promedio de 25 alumnos por aula en el 2006. “Esta es una cifra global que implica la posible existencia de grupos de hasta 30 alumnos en la ESO”, agrega.
Para el líder sindical, el problema podría acentuarse con la aplicación de la LOE, que dice que podrá aumentar el diez por ciento de la plazas en zonas donde existan peticiones de matrícula. A su juicio, “esto implica que en lugar de 25 se pueden tener 28 alumnos, algo que podría ir en detrimento de la calidad de la Educación. La variedad del alumnado exige a una enseñanza más personalizada”, cometa Serrano.
De cualquier modo, a pesar que las bajadas en estas ratios suelen interpretarse como óptimas condiciones de la enseñanza, ambos consultados coinciden en que no necesariamente se traducen en las mejoras de los resultados educativos.

Evolución de la población escolar y de las ratios alumnos/profesor y alumnos/unidad (nº absolutos)
  1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
Población (miles) 2.442 2.347 2.248 2.149 2.052 1.963 1.886 1.823 1.774 1.745 1.734 1.728 1.720
Alumnos/profesor 17,8 17,5 16,9 16,4 15,4 14,9 14 13,4 12,8 12,5 12,3 12,1 11,9
Alumnos/unidad 28,8 28,1 28,4 28,3 27,5 26,9 26,5 26 25,6 25,4 25,1 24,9 24,6
FUENTE: Elaboración propia sobre datos del MEC.


Diferencias evidentes

La comparación del descenso de la población escolar y de las ratios alumnos/profesor y alumnos/aula es difícil de seguir. Por ello, en el gráfico se ha considerado la situación en 2003 como 100, y luego se han expresado las variaciones como porcentajes de esa cantidad inicial. Así es posible comparar cada una de las evoluciones. Por ejemplo, se advierte que la ratio alumnos/unidad ha descendido casi 20 puntos menos que la ratio alumnos por profesor (similar a la caída de alumnos).


Automatismo ‘marca Logse’

Más de un profesor se ha quejado a MAGISTERIO de que, aunque la ratio alumnos por profesor no ha dejado de bajar, y los alumnos no han parado de descender, ellos se encuentran desde hace años con su clase bien repleta. La razón es sencilla: no es una prioridad. Aunque la Logse permitió subir el número de docentes, lo hizo multiplicando las asignaturas y subiendo el personal que no pisaba una clase. Sin embargo, como bajar la ratio dentro del aula no se consideró tan importante –a pesar de meter “alumnos diversos” en la ESO– se permitió seguir un criterio automático. En un escenario de baja natalidad, no hubiera sido difícil bajar la ratio por aula, si se hubiera renunciado al igualitarismo: estudios internacionales dicen que es mejor formar clases de 15 alumnos donde se necesite que bajar a 25 las ratios de todas. Se dejó el criterio automático e igualitario: supresión de unidades en cuanto se podía, y café para todos. De ahí, los resultados.

J.M.L.


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