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Veto infranqueable al castellano en la Educación Primaria catalana

El Departamento de Educación de Cataluña omite de nuevo la opción de estudiar la Primaria en castellano en los formularios de preinscripción para el próximo curso. La decisión se opone a la Ley de Política Lingüistica y varias sentencias judiciales.
Miércoles, 18 de abril de 2007
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Estudiar la Educación Primaria en idioma castellano se ha convertido en una auténtica quimera para los alumnos catalanes. Como viene siendo habitual en los últimos años, el Departament d´Ensenyament ha omitido de los formularios de preinscripción para el próximo curso 2007-08 la casilla en la que las familias indican la “lengua habitual” del alumno. Una condición indispensable para que la Administración conozca la cantidad de estudiantes castellano y catalanoparlantes, y disponga en consecuencia los medios para satisfacer sus respectivas demandas educativas.
La decisión no es ni mucho menos nueva. De hecho se trata de una estrategia para prohibir por omisión la enseñanza en castellano de la Primaria que la Administración catalana lleva aplicando desde el curso 1998-99. Precisamente de 1998 es la Ley de Política Lingüística que establece lo que sigue: “Los niños tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua habitual, ya sea esta el catalán o el castellano. La Administración ha de garantizar este derecho y poner los medios para hacerlo efectivo”.
Por si esto no fuera suficiente, varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña han dictaminado en los últimos años que la inclusión de las dos casillas catalán/castellano resulta imprescindible para “poder hacer efectivo” el derecho de los estudiantes “a recibir en su lengua habitual la enseñanza primaria”.

Nível

Según José Antonio Martínez Tortosa, de Convivencia Cívica Catalana, todo esto “da muestra del nivel de cumplimiento de las leyes por parte de la Administración” regional. Martínez Tortosa añade que, a pesar de la dificultad para comparar competencias lingüísticas, su organización maneja datos que confirman que los alumnos catalanes de Primaria tienen peor nivel de castellano que sus iguales en el resto de España.
Justo lo contrario de lo que sostiene Antoni Arasanz, presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de las Escuelas Libres (Fapel), para quien el PISA se ha encargado de demostrar que los estudiantes catalanes escriben mejor en castellano de lo que se hace en otras regiones del estado.
Arasanz estima que la polémica es artificial, ya que “son los padres los que no quieren la opción de castellano” para sus hijos. “Cuando ha habido algún problema concreto”, continúa, “al final se ha visto que existía una motivación política oculta”.
“Es un argumento cínico”, responde Rodríguez Tortosa. “Nosotros sólo pedimos que se respete ese derecho. ‘Usted deme la posibilidad y ya decidiré yo si lo ejerzo o no’”.
Por su parte, el presidente de Fapel reconoce que en Primaria el catalán ejerce un dominio absoluto, aunque en Secundaria el “castellano es minoritario”.
La controversia inundó la semana pasada la esfera política, con Ciutadans y el PP exigiendo la inclusión de la doble casilla, y el resto de partidos restando importancia al asunto y defendiendo la postura del Departament.


Polémico reportaje

Casi al mismo tiempo que la Administración catalana empezó a repartir los impresos de preinscripción para el próximo curso, la televisión autonómica madrileña Telemadrid emitió un reportaje elaborado por El Mundo TV que describía un panorama desolador sobre la situación del castellano en la vida pública catalana.
Tachado por muchos de sensacionalista (otros dijeron que en él sólo quedaban reflejadas las posiciones más extremas, sin dar voz a la mayoría moderada), lo cierto es que las imágenes mostraban el periplo de una supuesta madre en busca de un colegio público en Barcelona donde su hija pudiese recibir las clases en castellano. Todos los intentos resultaron infructuosos.
Otra crítica que despertó la emisión de Telemadrid se centró en su lejanía de la realidad social de Cataluña, donde todos los habitantes hablan castellano, algo que no se puede decir del idioma catalán.


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