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España se desfonda tras perder la carrera de los objetivos de Lisboa

Con la carrera perdida por alcanzar los objetivos de Lisboa 2010, España parece desfondarse: en 2006 estamos por debajo de lo logrado en 2000, mientras que nuestros rivales marcan evoluciones muy positivas.
Miércoles, 10 de octubre de 2007
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Autor: José M. LACASA

No es sólo que España esté en los últimos puestos de cara a conseguir los objetivos de Lisboa 2010, sino que además la evolución de casi todos los indicadores es negativa. En Lisboa se definieron cinco objetivos principales que tendrían que alcanzarse en 2010 como primera medida para conseguir la convergencia de los sistemas europeos.
Hoy sabemos que gracias a la aplicación de la Logse y a la falta de reformas efectivas, España tiene perdida la carrera. Pero es que además nuestra evolución es negativa, mientras que todos aquellos países que se encontraban en niveles parecidos al nuestro han tomado las medidas oportunas y no hacen más que mejorar.
Empezando por el único indicador en el que mejoramos entre 2000 y 2006, la evolución reciente no invita al optimismo. El número de graduados en Ciencia y Tecnología por cada 1000 jóvenes entre 20 y 29 años no dejó de crecer desde el 2000 hasta 2003, momento en que superamos ampliamente la media de la UE. Después, el estancamiento y la subsiguiente caída. Esta “sorprendente” evolución para los que no quieren ver que coincide con la llegada al indicador de los alumnos de la Logse, es la misma que ya sufrieron las etapas previas de nuestro sistema educativo.
Entre los indicadores afectados de lleno por la aplicación de la Logse –abandono educativo temprano y porcentaje de graduados en Secundaria superior– la evolución fue muy negativa durante cinco años, pero ya comienza a verse la luz al final del túnel, y al menos hemos dejado de caer. Incluso se aprecia una sensible mejora –de escaso recorrido aún– en el caso del abandono temprano, aunque aún se mantiene por debajo de los niveles de 2000.
En cuanto al otro indicador, el del porcentaje de jóvenes por debajo del nivel 2 de lectura en la escala PISA, sólo sabemos lo ocurrido hasta 2003 –caímos, pero a casi todos los países les pasó lo mismo–, y hasta diciembre no sabremos los datos de 2006. Aún así, España se encuentra muy lejos del objetivo, y será difícil llegar a él en PISA 2009.
En el indicador que falta, el de la participación en el aprendizaje permanente de la población adulta, estamos por encima de la media, aunque no es posible medir su evolución por un cambio en el sistema de medición.

Mercado laboral

Algunas voces han apuntado a que la razón de que España tenga tan malas cifras de abandono temprano está en la facilidad con que los jóvenes encuentran trabajo, pero no está claro: por un lado, la tasa de paro juvenil en España está en la media de la UE, aunque sí es cierto que hay muchos más jóvenes trabajando.
Pero también es cierto que no es sólo el sistema productivo el que influye en la escuela, sino que también la existencia de grandes masas poco cualificadas modifica nuestro mercado laboral. Por ejemplo, cuanto más abandono temprano, más tiempo tardan los jóvenes de un país en encontrar empleo, y mucho más tardan en acceder a su primer contrato fijo.

Evolución de los principales objetivos de Lisboa 2010 (2000-06)
  Bajo Abandono Nivel de Graduados
  rendimiento temprano Secundaria en MST (*)
  en lectura (18-24 años) superior (x1.000 jóvenes)
Bulgaria sd + ++ +
Rep. Checa 0 0 ++
España +
Grecia + + ++
Italia ++ ++ ++
Malta sd ++ ++ +
Portugal ++ + ++ ++
Rumanía sd ++ + ++
Turquía sd ++ ++ ++
FUENTE: Comisión Europea. Progress Towards the Lisbon Objectives in Education and Training, 2007.
sd: sin datos. 0: Variación no significativa. + (++): Evolución (muy) positiva. –: Evolución negativa.
(*) MST: Matemáticas, Ciencia y Tecnología.

Abandono temprano y tiempo que se tarda en encontrar empleo fijo


FUENTE: CE. Progress Towards the Lisbon Objectives in Education and Training, 2007.

Educación y empleo
No son pocos los que han explicado los datos españoles de abandono educativo temprano en función de la facilidad con que nuestros jóvenes encuentran empleo. Pero no está claro qué causa qué: por ejemplo, hay una relación entre el abandono educativo y la mayor tasa de temporalidad (medida como la media del número de meses en que se tarda en encontrar un empleo fijo). También se relaciona con el tiempo que permanecen en paro.
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