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La catapulta de la Educación Infantil

Empezar la escuela con buen pie resulta fundamental para la evolución posterior del alumno. Tan importante es contar con buenos profesores en la Educación Infantil y primeros años de Primaria que los efectos de un feliz desembarco en las aulas se prolongan hasta que el estudiante llega a Secundaria. Así concluye un estudio de la Universidad de Durhan (Gran Bretaña) que ha analizado el rendimiento de 70.000 alumnos durante sus siete primeros años de escolarización.
Miércoles, 17 de octubre de 2007
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Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

La cruzada contra las league tables –clasificación de todos los centros ingleses de Primaria y Secundaria según la puntuación obtenida en unas pruebas que se realizan a nivel nacional– cuenta con un nuevo arma que añadir a su arsenal.
Según un estudio coordinado por Peter Tymms, profesor de Educación de la Universidad de Durham (Gran Bretaña) y director de su Centro de Curriculum, Evaluación y Gestión, los primeros años de escolarización (Infantil e inicio de Primaria) dejan una huella imborrable sobre la evolución posterior del alumno.
Tan intenso es el estigma de un buen (o mal) estreno en las aulas, que sus efectos son detectables al final de la Primaria. Desde una óptica cognitiva y pedagógica, resulta más decisivo recibir una Educación de calidad a manos de profesores competentes con cinco que con 10 años.
Y sin embargo, la obsesión por sacar brillo al nombre del colegio en las pruebas que nutren de cifras y datos a las league tables (en Primaria se realizan al terminar la etapa) está consiguiendo que los niños mimados de la enseñanza pre-Secundaria sean los cursos finales. A ellos van los mejores recursos humanos y materiales. Un error garrafal, a juicio de Tymms, que no aboga por desviar fondos desde los cursos 5º y 6º hacia la Infantil o 1º de Primaria, sino tan sólo por prestar al arranque escolar de cada alumno el cuidado y la atención que merece.

Valor añadido

En un documento sobriamente titulado Los siete primeros años en la escuela, Tymms y su equipo analizan el devenir académico en Lengua y Matemáticas de más de 70.000 alumnos desde que son escolarizados a los 4-5 años, hasta que rematan la Primaria con 11-12 años.
Para comparar resultados a lo largo de estos siete años, el concepto clave es el valor añadido (value-added) del colegio. Un baremo que se obtiene comparando el rendimiento de un mismo centro de un año para otro: si mejora, aumenta el valor añadido (se entiende que por la calidad de los servicios educativos que suministra, independientemente de la composición socioeconómica de su alumnado); si empeora, cae el valor añadido.
Tymms concluye que los alumnos que habían acudido a centros con bajo valor añadido en los primeros cursos acusaron las consecuencias de esta enseñanza mediocre al final de la Primaria. Lo mismo ocurría en sentido inverso: si al alumno le cayó en gracia un buen profesor en un centro con ambición de mejora, los efectos se expandían hasta el paso a la Secundaria.
Más aún, aunque las bondades de un elevado valor añadido en un curso concreto se trasladan siempre a cursos posteriores, la conexión más fuerte tiene su origen de los primeros años de escolarización.
“Es algo que ya sabíamos, diría incluso que los efectos trascienden la Primaria y llegan incluso hasta la edad adulta”, afirma Juan Sánchez Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, con sede en Madrid (AMEI).
Sánchez Muliterno añade que la neurociencia ha demostrado que la “conformación del sistema nervioso ocurre básicamente durante la primera infancia. Una buena Educación Infantil se traduce en una buena estructura cognitiva”.
El presidente de la AMEI lamenta que, si bien la Infantil “va ganando terreno”, aún no se le concede la importancia que “éste y otros estudios le reconocen”.

El azote de Blair
La popularidad del profesor Tymms creció como la espuma a finales del 2004 tras salir a la luz un informe que sembró la duda sobre el milagro educativo durante los primeros años de la era Blair.
Contratado por la Comisión de Estadística –un organismo independiente que supervisa el rigor y la exactitud en la avalancha de datos que procesa el Gobierno británico–, Tymms llegó a la conclusión de que el fulminante despegue en los resultados de Primaria (medidos a través de pruebas que se realizan a escala nacional) no tenía correlación con un aumento de nivel semejante entre los alumnos ingleses (galeses, escoceses y norirlandeses tienen otro sistema de evaluación). En otras palabras, las notas de las pruebas nacionales habían mejorado en mayor proporción que el aprendizaje real de conocimiento, por lo que para explicar el incremento en las calificaciones había que recurrir a otras causas.
Otros investigadores han seguido desde entonces la senda marcada por el profesor Tymms. Hace unas semanas, el think tank conservador Civitas iba incluso más allá al afirmar sin tapujos que la Administración laborista había bajado deliberadamente el nivel para hinchar los resultados.


PETER TYMMS  PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE DURHAM

“El juego es la forma natural de aprender en la primera infancia”

Teniendo en cuenta la importancia de los cursos más tempranos, usted recomienda situar a los mejores profesores en Infantil y los primeros años de Primaria. ¿Puede ser que el efecto a largo plazo –detectable al final de la Primaria– de tener un buen profesor al principio de la escolarización se mitigue si quitamos a los docentes más competentes de los últimos años de esta etapa?
Supongo que podría ser una posibilidad, aunque intuyo que es muy improbable. Lo que realmente necesitamos no es quitar los mejores recursos de ninguna etapa, sino mejorarlos en todas ellas y reconocer la gran importancia de los primeros años.

En España existe una especialidad para Educación Infantil. No sé si ocurre lo mismo en Inglaterra, pero ¿diría que los profesores de esta etapa deberían recibir una formación especial que ponga el acento en las necesidades cognitivas de estas edades?
Sí, resulta fundamental destacar que los niños tienen necesidades diferentes en las diferentes etapas. No podemos simplemente mover profesores de unas etapas a otras: necesitamos especialistas.

¿Piensa que el currículo de Infantil, sobre todo el de la etapa 3-6 años, debería reforzarse desde un punto de vista académico?
El juego es vital para los alumnos más pequeños, y sería un gran error que éstos tuvieran que hacer un trabajo académico equivalente al de alumnos mayores. Pero el juego puede ser utilizado como un vehículo para aprender. Los alumnos pequeños tienen una gran disposición al aprendizaje y, de hecho, el juego es la forma más natural de aprendizaje entre los niños de poca edad. En los países occidentales los niños aprenden muchas menos matemáticas que sus iguales en Asia: deberíamos hacer que jugaran mucho más con números y también con palabras.

En la mayoría de países la Infantil no es obligatoria. Muchos ni siquiera invierten lo suficiente para que todas las familias que quieran escolarizar a sus hijos en estas edades puedan hacerlo gratuitamente. ¿Es una locura desde un punto de vista pedagógico?
No es una locura, pero estén los niños en la escuela o en casa, necesitan que se les anime sistemáticamente a aprender aspectos básicos de Matemáticas y Lengua, así como a relacionarse con otros. No es la ubicación (casa, guardería o escuela) lo que importa, sino lo que allí se hace.

Usted y otros investigadores han puesto en duda los logros educativos de la era Blair. ¿Se atrevería a afirmar que se ha dictado una estrategia desde arriba para exagerar los resultados?
Parece bastante claro que en Inglaterra las estadísticas oficiales han exagerado el impacto de las políticas que se han llevado a cabo en los últimos años. ¡Pero esto no es un incidente aislado! La triste verdad es que en todo el mundo se gastan miles de millones de euros en reformas educativas que al principio se anuncian a bombo y platillo como un gran éxito, hasta que un análisis más riguroso demuestra que han tenido un impacto mucho menor del que se pensaba. A los políticos les gusta dejar su sello durante el poco tiempo que están en el poder, pero mejorar un sistema educativo lleva décadas.

Estuvo enseñando en África durante algunos años. Sabrá que existe un compromiso internacional para universalizar la Educación Primaria en este continente antes de 2015. ¿Sólo un sueño?
Como decía, los cambios profundos suelen llevar mucho tiempo, y, si bien los objetivos del 2015 pueden parecer inalcanzables, sí se han hecho grandes avances en África, y confío que en el futuro inmediato se progrese mucho más aún. También hay que recordar que se trata de un lugar enorme, y deberíamos hablar de países específicos, no del continente en su conjunto, ya que las diferencias son notables.

Uno de los problemas es la falta de buenos profesores que permitan alcanzar el objetivo de la Primaria universal. ¿Animaría a los profesores del mundo desarrollado a que sigan su ejemplo?
Sí, sin duda. Puede ser algo maravilloso.


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