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La UE quiere reciclar a profesores con experiencia y edad avanzada

Si hasta la fecha se incentivaban las prejubilaciones de profesores, a partir de ahora la Comisión Europea recomienda aprovechar la elevada edad y experiencia de los docentes. Para ello se deberá potenciar la formación y el reciclaje.
Miércoles, 24 de octubre de 2007
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Autor: Diego FRANCESCH

La Comisión Europea ha publicado una comunicación sobre La calidad de la formación del profesorado en la que, entre otros objetivos, pretende evaluar la formación inicial y permanente del profesorado y proponer medidas para mejorarla. La Comisión constata que la profesión docente es “cada vez más compleja, las exigencias van en aumento y los entornos en los que trabajan los profesores plantean cada vez más retos”.

Además, a diferencia de otras profesiones, la docencia presenta un elevado porcentaje de trabajadores de edad avanzada. La proporción de profesores entre 45 y 64 años es superior al 40 por ciento en muchos países. En algunos casos, hasta un 30 por ciento del profesorado tiene entre 50 y 64 años, “lo cual –según la Comisión– incide claramente en las necesidades de formación y reciclaje de los profesores”.

Consecuencia: conviene hacer que la enseñanza sea una opción profesional que atraiga a los mejores candidatos e, incluso, a personas de otras profesiones. Al mismo tiempo, dice la Comisión, cada vez será más necesario convencer a los profesores experimentados de que continúen enseñando en vez de jubilarse anticipadamente y, por tanto, será necesario facilitarles más desarrollo profesional y más apoyo. En definitiva, atraer a mejores profesionales y mantener a los que ya están “con elevada formación y motivación”.

Un análisis común a todos los países indica que se trata de una profesión de alta cualificación, con personas en aprendizaje permanente, basada en la colaboración y con una alta movilidad. Se anima a los profesores a que trabajen o estudien en otros países europeos para que se desarrollen profesionalmente.

Como recomendaciones concretas, la Comisión dice que todos los profesores deberían participar en un programa de formación durante sus tres primeros años de profesión o al acceder a un nuevo puesto. Además se recomienda que exista orientación y que estén tutelados por profesores experimentados. Y, en tercer lugar, que participen en debates regulares sobre sus necesidades de formación.

Necesidades del alumno

Con ello la Comisión quiere crear capacidades que permitan a los docentes identificar las necesidades específicas de cada alumno y responder a ellas con gran variedad de estrategias didácticas; ayudarles a que aprendan de forma autónoma a lo largo de toda su vida; a que adquieran competencias y a trabajar en entornos multiculturales y en colaboración con compañeros, padres y la comunidad en general. También se recomienda capacidad de dirección.

La Comisión sitúa la formación docente en un contexto de “aprendizaje permanente autónomo”, que implica que los profesores sigan reflexionando sobre el ejercicio de su profesión de forma sistemática; que realicen investigaciones en las aulas; que incorporen en su docencia los resultados de la investigación en las aulas y de la investigación académica; que evalúen la eficacia de sus estrategias de enseñanza y, en consecuencia, las modifiquen, y que también evalúen sus propias necesidades de aprendizaje. Para todo ello debería haber incentivos, recursos y los apoyos necesarios.

Estructura de edad de los profesionales en general y de los profesores.


FUENTE: Comisión de las Comunidades Europeas. Datos de 2005.

Formación universitaria
La Comisión Europea recomienda que en la formación inicial haya “experiencia práctica suficiente en clases reales”. En 18 Estados miembros, la formación inicial de los profesores de Segundo Ciclo de Secundaria dura al menos cinco años y da lugar a una cualificación universitaria. En el Primer Ciclo, 12 Estados requieren formación universitaria de al menos cinco años.
La Comisión cree que cabría la posibilidad de exigir cualificaciones de mayor nivel como las que ya se han adoptado en algunos países. Para ello deben impartirse máster y doctorados además de títulos de grado. Y deben reforzarse los vínculos entre formadores de profesores, profesores en activo, el mundo del trabajo y otros organismos implicados en la formación.
Por último, la Comisión recomienda que los responsables de formar a los profesores (y de formar a los formadores) deben tener experiencia práctica en el aula y haber alcanzado un nivel muy alto en las capacidades, actitudes y competencias que se exigen.
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