fbpx

El fracaso escolar se dispara hasta el 30,8% tras crecer 1,2 puntos en 2006

El fracaso crece ya a un ritmo de más de un punto por año y supera el 30%
Martes, 2 de septiembre de 2008
0

Autor: José M. LACASA

El fracaso escolar vuelve a estar descontrolado. A pesar de ser la piedra de toque de la calidad del sistema, a pesar de ser el origen de los pésimos resultados españoles en los indicadores de Lisboa 2010 (abandono educativo temprano y nivel educativo de los jóvenes), a pesar de que afecta a más de 135.000 chavales todos los años, a pesar de dos reformas en cuatro años y a pesar de que todos los partidos con gobierno en alguna comunidad consideran prioritaria la Educación, la realidad es esta: el fracaso escolar alcanza la cifra del 30,8%, ha crecido 4,2 puntos desde 2000 y 2,3 puntos tan sólo en los dos últimos años.
 
La deriva del fracaso escolar nos lleva a las siguientes evidencias. Primera, que estamos a un paso de que el fracaso escolar afecte a la tercera parte de los alumnos españoles, a cuatro de cada diez hombres y a la cuarta parte de las mujeres. Segunda, que con las cifras actuales de fracaso escolar, los dos objetivos de Lisboa 2010, que ya eran inviables para esa fecha, simplemente se alarga la imposibilidad hasta el 2014 (aunque mañana sutituyéramos a todos los alumnos españoles por finlandeses). Tercero, que dejamos en riesgo de “quiebra social” a cerca de la tercera parte de nuestros jóvenes, riesgo que mantendrán hasta que tengan edad de jubilarse. 

 

Causas vs. “la causa”
¿Qué está pasando? Como siempre, el fracaso es multicausal, y cada uno incide en alguna causa dependiendo de su visión de las cosas y de dónde se ponga el acento.
Por ejemplo, la inmigración lleva siendo la responsable de todo lo que le pasa a la Educación española desde antes incluso de que hubiese inmigrantes. Lo cierto es que el crecimiento de este fenómeno comenzó a sentirse como muy pronto a partir de 2002, y desde luego un primer análisis permite sostener que el crecimiento durante los dos últimos años coincide con un crecimiento exponencial de la inmigración en España.
Sin embargo, una segunda mirada a los datos permite ver que las cosas no cuadran tan fácilmente, porque el fracaso no ha crecido más en aquellas comunidades con mayor presión migratoria. Influir, debe de influir, pero, ¿cuánto? Un análisis de la EPA (Encuesta de Población Activa) permite saber que los titulados en Secundaria superior entre los 20 y los 24 años habían disminuido un 2% entre 2000 y 2006 debido a los inmigrantes. Aunque la extrapolación de estos datos no es exacta, sí permite al menos concluir, aunque sea provisionalmente, que la inmigración ha hecho crecer el fracaso escolar alrededor de dos puntos en seis años. Sin embargo, el hecho es que ha crecido más de cuatro.
Otra forma de verlo es recordar lo que hacía el Ministerio de Educación entre 2004 y 2006: paralizar las medidas diseñadas contra el fracaso escolar por los anteriores responsables del Ministerio, y crear otras nuevas. No podemos saber si las medidas de la LOCE habrían tenido algún efecto, ni sabemos aún si las diseñadas por la LOE lo tendrán, lo que sí sabemos es que lo realizado efectivamente por el Ministerio de Educación contra el fracaso escolar fue en esos dos años cero.
Otra de las causas generales apuntadas por algunos habla del periodo de expansión económica y la facilidad para encontrar empleo que tuvieron en esa época los jóvenes: en los próximos años, una vez finiquitado el ciclo expansivo y desarrollándose la innombrable crisis, veremos a ver si el fracaso desciende o no.
Sin embargo, si sólo se pone el acento en la variación, se está desenfocando el problema: porque lo grave no es sólo que aumente o no un año u otro, sino que tenemos un fracaso crónico desde hace una década, que afecta a un porcentaje muy alto de los jóvenes españoles, y que no ha mostrado síntomas de reducirse en prácticamente ninguna comunidad. Y si alguna Consejería o Ministerio ya ha tomado medidas, o bien no están funcionando, o bien aún no han comenzado a hacerlo. Porque de momento, la causa productora de fracaso contra la que han tenido que luchar alumnos, profesores y políticos todos estos años se sigue llamando Logse.

Diferencias regionales
El análisis de los resultados regionales deja ver que la distribución del fracaso escolar tiene una componente norte-sur evidente, aunque ligeramente escorada hacia el Levante: todas las comunidades con más fracaso escolar que la media están en la mitad sur, y todas las comunidades por debajo de la media están en la mitad norte. Por grados, las que tienen un fracaso escolar más elevado son las ciudades autónomas, la Comunidad Valenciana y los archipiélagos, mientras que las que menos tienen se agrupan en el tercio noroccidental de la península.
No deja de llamar la atención la componente norte-sur en el fracaso, puesto que agrupa tanto a comunidades ricas como pobres, tanto turísticas como agrícolas o industriales. Pero lo cierto es que PISA 2006 mostraba, desde esta perspectiva, un panorama similar.
En lo que no muestra similitudes PISA 2006 con el fracaso escolar 2006 es en los análisis de detalle. Aunque este tema merece ser tratado con mayor profundidad en otro artículo, tan sólo un avance: ¿cómo es posible que La Rioja, con un porcentaje muy bajo de alumnos por debajo del nivel mínimo según PISA 2006, puede tener un fracaso escolar diez puntos mayor que Asturias o el País Vasco, cuando ambos tienen un porcentaje mucho mayor de alumnos por debajo del mínimo en PISA? No se precipite al decir que Asturias o País Vasco tienen razón, porque la exigencia es el secreto de los buenos resultados de La Rioja en PISA 2006. No se precipite en decir que La Rioja tiene razón, porque el fracaso escolar –tal y como se plantea en España, pues impide al alumno seguir estudiando– es un castigo muy duro, y aunque el sistema riojano está al nivel de los mejores del mundo, excluye a muchos alumnos que en cualquier otro sitio podrían haber continuado con sus estudios.

Diferencias por sexos
Las diferencias entre hombres y mujeres son muy elevadas en España. La diferencia media es de 14 puntos a favor de las chicas, y en todas las comunidades el fracaso escolar es claramente mayor en los chicos menos en Ceuta (donde apenas hay diferencias). La evolución de los últimos años ha permitido reducir la brecha en poco más de un punto.
Las diferencias son mayores en zonas turísticas y en el sur rural español, y menores en aquellas comunidades más desarrolladas: Madrid, Cataluña, País Vasco y Navarra, además de Aragón y Melilla.
Si analizan un poco más de cerca las cifras de fracaso de los varones, no pueden por menos que sentir escalofríos: dos regiones, Ceuta y la C. Valenciana, se sitúan al rededor de un 50% (sí, ha entendido bien, la mitad de los chicos no acaba la enseñanza obligatoria), mientras que otras siete comunidades se sitúan por encima del 40%. Sólo cinco comunidades tienen menos del 30% de fracaso masculino, algo a lo que estamos acostumbrados pero que es muy difícil de comprender.
Pero, volviendo a PISA 2006, sigue sorprendiendo que, en el autoproclamado país de la equidad, un chico ceutí o valenciano tenga alrededor de un 50% de probabilidades de fracasar, mientras que una chica asturiana o vasca sólo tenga un 10% de probabilidades de no acabar la ESO. Parece, pues, evidente que el que dentro de un mismo sistema escolar el sexo o el lugar donde se viva parezcan determinar las probabilidades de acabar la enseñanza obligatoria, acaba de raíz con todas las pretensiones de equidad del sistema.
En resumen, no es de extrañar que, por enésimo año consecutivo, el Mepsyd haya vuelto a evitar que un responsable diera la cara presentando estos datos.

Melilla y Ceuta, o Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Una de las curiosidades que ofrecen estos datos es la referida a la comparación entre los resultados de fracaso escolar de Ceuta y Melilla. Ambas comunidades estuvieron siempre a la cola de España, aunque siempre se disculpaban sus datos por las especiales características geográficas y demográficas de ambas ciudades autónomas.
Por ejemplo, en 2000 ámbas ciudades se situaban con más de un 47% de fracaso escolar, a más de diez puntos de la siguiente. La evolución posterior de ambas –por cierto, los únicos territorios españoles aún bajo la competencia del Ministerio de Educación–es bastante errática (debido probablemente a su pequeño tamaño), aunque ninguna bajó nunca del 40%. Hasta este año.
Por fin, Melilla parece romper la barrera del 40%, se queda en el 37,5 y consigue mejorar no sólo los resultados de su vecina, sino incluso a comunidades como la valenciana y la balear. La evolución de Melilla en los dos últimos años ha sido insuperable: ha mejorado casi diez puntos, la mejor con mucho de España.
Mientras, ¿qué ha hecho Ceuta? Pues su trayectoria errática le llevó a su mejor situación en 2004 (42,6%), y desde entonces no ha hecho más que empeorar: en los dos últimos años ha empeorado casi lo mismo que ha mejorado Melilla. Sorprendente, cuando se supone que ambas tienen la misma gestión, la del Ministerio.
Quizás tenga que ver que el director provincial del Mepsyd en Ceuta, Juan José León, venga negando la existencia del fracaso en esta ciudad, y aduciendo que allí es sólo del 32%, basado en datos propios. Datos que son los mismos que los del Ministerio de Educación, que año tras año certifica que Ceuta se sitúa cerca del 50% de fracaso (este año, el 52%). Por increíble que parezca, el director provincial del Ministerio ha llegado a negar que los datos del Ministerio estén bien.

Claves de las diferencias regionales
• Tan sólo una comunidad, Murcia, parece tener el secreto de una evolución positiva constante, pues aunque otras comunidades muestran también una saldo muy positivo, aún no han conseguido estabilizar la mejora y lo hacen dando tumbos .
• Aunque sólo dos comunidades se sitúan claramente por encima de la media en cuanto a evolución, el hecho de que Andalucía agrupe al 20% del peso de España inclina la balanza.
• Aunque las otras dos regiones más populosas, Cataluña y Madrid, no ayudan en nada a mejorar el conjunto, pues empeoran 3,9 y 3,5 puntos respectivamente.
• Si bien el mapa del fracaso establece una clara división norte-sur, el mapa de la evolución cambia de sentido y la zona negativa prepondera en el este, aunque incluye Andalucía y Canarias.
• En el último año sólo mejoran cinco comunidades, cuatro de ellas en la zona baja de la tabla: Melilla, Murcia, Andalucía y Extremadura.
• Estos resultados dejan a todas las comunidades españolas fuera de los objetivos de Lisboa 2010 por el momento, aunque Asturias y País Vasco podrían acercarse si mejoran mucho el fracaso durante los próximos años.

Por sexos
• 14 puntos de diferencia. El fracaso escolar es 14 puntos inferior entre las mujeres que entre los varones.
• Las más distantes. Extremadura, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Canarias y Andalucía son las que tienen diferencias por sexo mayores.
• La menor brecha. Por el contrario, son Melilla, Aragón, País Vasco, Madrid, Navarra y Cataluña las comunidades con menos diferencias por sexo.
• Triste honor. Ceuta tiene el triste honor de ser la comunidad más equitativa en este aspecto: tanto si eres hombre como si eres mujer, tienes un 50% de no acabar la ESO.
• Menos distancia. La distancia entre chicos y chicas ha disminuido 1,4 puntos desde 2000, ya que el fracaso escolar de los chicos ha tenido una evolución menos mala.
0