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“Es mucho peor para un niño ofrecerle un mal producto que no darle nada”

José Mª de MoyaMiércoles, 11 de marzo de 2009
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Más de 50.000 espectadores de todas las edades disfrutarán de las 250 funciones de la XIII edición del Festival de Artes Escénicas para Niños y Jóvenes de la Comunidad de Madrid, que ofrecerá hasta el 29 de marzo espectáculos de teatro, circo, magia, danza y música. MAGISTERIO ha hablado con el director artístico de
Teatralia, Pablo Nogales.

P. A mí se me ocurren cuatro utilidades del teatro: promover valores, contar la historia, explicar la vida y aprender a comunicarse. ¿Te parecen correctas?

• R. Desde la perspectiva educativa, esas cuatro finalidades pueden funcionar muy bien. Nosotros partimos de que es un hecho artístico y lo que buscamos es que sea de la mayor calidad posible. Claro que el teatro transmite valores, sirve para comunicar, para explicar la vida, sin duda, y muchas de las funciones que nosotros tenemos inciden en esos caminos. Educar no es su mayor intencionalidad, pero sí formar, en el más amplio sentido.

P. Con lo que dices, entiendo que la expresión artística no tiene por qué ser útil.

• R. En el sentido de sacar una utilidad primaria pienso que no, pero sí es cierto que en definitiva el hecho artístico es útil, aunque sólo sea desde el punto de vista estético.

P. Ahora los niños van poco al teatro, al museo… ¿Demasiados videojuego y televisión quizás?

• R. Yo creo que sí, pero también hay muchas ofertas culturales y extraacadémicas. Algunas me dan cierto miedo, pero otras muchas cuentan con una calidad estética, cultural y formativa extraordinaria. El colegio no sólo es el lugar donde se imparten una serie de contenidos, sino que también aporta otras experiencias.

P. ¿Puede ser peor una oferta artística mala que nada?

• R. Sin duda. Es mucho más negativo para los niños un mal producto que no dárselo. Recuerdo un amigo que hace mucho fue al teatro y dijo ‘Si esto es teatro, no iré más’.

P. ¿Por qué se hace?

• R. Por falta de formación artística y pedagógica, si haces un producto para niños es lo mínimo. Además, hay una cuestión más dura: todo está pensado para el mercado y se sabe que se puede sacar mucho con tres funciones al día, aunque se hagan en las peores condiciones.

P. ¿Qué recomendarías a un director de colegio?

• R. Antes, habría que recomendar a las Administraciones con competencias en Educación que haya un equipo multidisciplinar que valore las ofertas que llegan al centro, para que ni el dato económico ni la presentación del folleto sea lo que mueva al director, jefe de estudios… a optar por una oferta. Si las enseñanzas artísticas estuvieran más valoradas en nuestro país y los claustros de profesores de Educación Artística tuvieran algo de más fuerza, posiblemente esos productos no estarían en el mercado porque no se comprarían.

P. ¿Las Administraciones deberían regular estos aspectos de formación de los centros como regula el currículo de Matemáticas?

• R. No me cabe la menor duda, pues enfrentarse a una obra de arte es necesario para la vida. Creo que el currículo debe contemplar una mayor formación artística.

P. A veces he pensado que en la palabra ‘teatro’ cabe todo y no todo es bueno. ¿En el arte todo es relativo?

• R. Es cierto, pero la cuestión no es si nos gusta o no, sino que técnicamente esté bien hecho. A veces algo no nos gusta pero sabemos que es bueno porque desde el punto de vista técnico y artístico es excelente.

P. Hay estudios que culpan de trastornos como la agresividad al tiempo que los chicos pasan con la consola o la tele. ¿El teatro puede ayudar?

• R. El otro día leí una frase de Albert Boadella: “el teatro debería estar regulado por la Administración sanitaria por su valor terapéutico”. Y yo creo que puede ayudar a dar un trasfondo de serenidad.

P. En la presentación de Teatralia incidisteis en el teatro para 14-18 años y para 0-3.

• R. La adolescencia es el grupo más desasistido, quizás porque es complicado captar su interés. Hemos acudido a espectáculos con ritmo, muy visuales. Pero es obligatorio hacer un esfuerzo especial para atender a ese público que siempre se queda fuera. En cuanto al teatro para 0-3, yo no sé qué genera la mente de un niño de esa edad, pero sí cómo reacciona.

Todas esas sensaciones auditivas y visuales se reflejan en sus caras al quedarse quietos mirando. Lo hacemos en grupos reducidos de 20, pues necesitan atención y espacios pequeños, acotados físicamente con un suelo blando, cercanos a su modus vivendi más natural.

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