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En la recta final de la LEC Maragall busca más apoyo, pero PP y ICV no la respaldan

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, recibió el pasado 30 de abril al conseller Ernest Maragall en su primera reunión formal con un representante autonómico, en un gesto deliberado de deferencia hacia la Generalitat.
Diego FranceschMartes, 5 de mayo de 2009
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ICV no apoyará el texto pese a que el conseller Maragall busca estos días todos los apoyos. El de CiU ya parece estar asegurado e, incluso, el conseller busca acercamientos al PP para que la LEC “pueda ser gobernada por todos”. Aunque a CiU no le gusta la transferencia de poder educativo a los ayuntamientos ni la nueva zonificación, en cambio sí está satisfecho con el tinte nacionalista en política lingüística y en la creación de cuerpos docentes autonómicos.

Según el diputado del PP en el Parlament, Rafal López, “al final la LEC es una oportunidad perdida”, ya que se basa en los presupuestos de leyes estatales anteriores, además de ser un desarrollo del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Consecuencia de ello será la posibilidad de que desde esta autonomía se defina el curriculum propio en su totalidad y la paralización del Decreto que obliga a impartir la tercera hora en castellano.

Por lo tanto, pese al impulso inicial de que la LEC pudiera ser la ley definitiva, la verdadera “ley de país” que Maragall siempre quiso para reformular por completo el sistema educativo catalán, la falta de apoyos la puede convertir en la “oportunidad perdida” que critican los populares.

Pero además, la LEC no convence a los sindicatos de izquierda. Y, para la derecha, el texto peca de intervencionista, aunque se presente a la opinión pública como respetuoso de la libertad y de la autonomía escolar. Es en este punto donde el PP encuentra más escollos para dar su sí. Al final se votará título por título, por lo que el resultado de apoyos y rechazos será variado.

De cara al profesorado, Rafael López señala que lo más grave es el ataque al concepto de Función Pública, con la creación de nuevos cuerpos autonómicos que van a impedir la intercomunicabilidad con los estatales, un perjuicio para el concurso de traslados. El PP proponía que estos cuerpos fueran voluntarios, que se asegurase la cobertura de Muface (la LEC pretende crear un organismo específico para Cataluña) y que fueran una copia de los cuerpos estatales.

López constata que el profesorado con el que ha estado en contacto no la apoya porque implica una mayor burocratización de la enseñanza, al crear una nueva instancia administrativa competencial, la de los ayuntamientos. “Además, –añade este diputado– se otorga mucho poder al director sin profesionalizarlo”. En este sentido, López habla de “cabreo” del profesorado, al que se le ha echado las culpas de la situación que ha propiciado esta nueva ley, sin que al final se le otorguen nuevos recursos ni medios para realizar su labor en el aula. No se reducen las ratios, no se asegura la autoridad docente y, sin embargo, se le impone una nueva instancia administrativa añadida a las que ya había.

Para Rafael López, la LEC “cambia todo menos lo que hace falta”, al no centrar los recursos en el aula y, en cambio, ocuparse de crear nuevas estructuras.

Por lo que respecta a la Concertada, CiU parece haber garantizado sus exigencias, pese a la mentalidad inicial de prevención a la libertad de los padres basada en la idea “de izquierdas” de que la Administración decide todo y sobre todos.

En lo lingüístico, gracias a CiU y a ERC, la ley asegura la presencia del catalán desde la primera enseñanza a través de la “atención individualizada”. Mientras tanto, Maragall ha reanudado el diálogo con los sindicatos, pero se mantiene la huelga general de junio.

Informe del Parlament (en catalán)
Dictamen provisional (en catalán)
Enmiendas (en catalán)

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