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“El objetivo es la conexión del pasado con el presente a través de obras de arte"

El Museo del Prado ha convocado el primer Encuentro entre el profesorado para tratar de acercarse a los docentes y conocer sus planteamientos sobre las visitas a las colecciones.

José Mª de MoyaMartes, 2 de febrero de 2010
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(Foto: Jorge Zorrilla)

El próximo mes de abril se celebrará en el Museo del Prado la primera edición del proyecto Encuentro entre el profesorado, destinado a difundir en el ámbito profesional la labor de los docentes en torno a las colecciones de la pinacoteca.

¿Cuál es el objetivo de este encuentro el próximo 17 de abril?
Queríamos ofrecer un espacio a los docentes para que entre ellos mismos hablasen del Museo, mostrasen cómo lo usan, qué metodología emplean y cómo implican el proyecto en sus explicaciones a los alumnos. Se trata de un espacio de comunicación entre profesores que además servirá para ver qué soluciones pueden encontrarse a sus necesidades.

Será un momento para que aprendan ellos, pero también vosotros.
Sí. El objetivo es que los docentes utilicen el Museo para aplicar la mejor metodología para los chicos y descubrir cuál funciona mejor. Tenemos una serie de propuestas que queremos explotar y hacer llegar al mayor número de personas posible. Un museo recibe durante todo el año un gran número de visitas y por eso no es fácil descubrir qué aspectos se destacan. Queremos que este encuentro sirva de orientación.

¿Qué sensación tenéis del uso que hace el profesor del Museo del Prado?
Hasta ahora lo que vamos conociendo es bastante bueno. Los profesores utilizan la visita a las colecciones muy a menudo en el desarrollo de su currículo para ofrecer a sus estudiantes un contenido más amplio. Sin embargo, nos gustaría que asimilaran todavía mejor algunos conceptos, por ejemplo, qué temas contienen los cuadros y las colecciones, y más concretamente, nos interesa que conozcan el Barroco.

¿Cómo se aplica la metodología de trabajo en clase por parte del profesor?
Nos damos cuenta de que la cosa es distinta si los colegios vienen de la Comunidad de Madrid o si vienen de fuera. Porque, si sólo vienen una vez porque han hecho un viaje a propósito, les interesa ver las obras más importantes. El trabajo consiste en hacer un estudio previo en la propia clase, luego se viene aquí y, por último, se trabaja en clase de nuevo para ver las conclusiones que se extraen de la visita. En cambio, hay otros centros que plantean otra tipología de visita, pero lo que está claro es que cada vez se hace un estudio de planificación más extenso que los profesores plantean dentro de sus asignaturas.

¿Sería lo más apropiado introducir una actividad de este tipo en el plan de trabajo del profesor y añadirlo a su currículo?
Sí, eso es lo que queremos. Plantearlo con esa doble vertiente, de profesores y alumnos, y tener en cuenta qué querrían los padres de este tipo de visitas. Por una parte, es muy importante el contenido y, por otra, la interpretación de las obras de arte. Hay que enseñarles a conectarlas con la sociedad contemporánea, pero nunca dejar que se pierda el contenido histórico de la obra.

¿Sería idóneo que a lo largo de toda la etapa educativa del alumno se visitase al menos una vez El Prado?
Sí, aunque todavía no se ha implantado un modelo para esto. Pero la verdad es que hay algunos profesores que sí repiten porque saben de la importancia de las visitas. Y cuantas más actividades tenga el Museo, más habituados estarán los profesores a venir. Creo que cada vez están más convencidos y tratamos de que la oferta sea variable para acceder a la mayor parte de ellos.

¿En qué momento suelen venir los chicos y cuál sería la visita recomendada?
Pues suelen hacerlo en todas las etapas, pero normalmente nos visitan estudiantes de Secundaria y Bachillerato, ya que para ellos tenemos un programa que incide más en los temas fundamentales. Aunque también lo hacen los de Primaria e Infantil. Además, en éstos últimos observamos lo sorprendente que es ver a niños tan pequeñitos fascinados cuando identifican un cuadro famoso y preguntan acerca de él. Después realizamos encuestas y entrevistas de las visitas para conocer qué elementos añadir y cómo va evolucionando el programa.

Gracias al Museo del Prado se abre el arte para la Educación en los colegios. ¿De qué manera pensáis crecer ahora?
Mediante un cambio de orientación. Para ello hay que seguir los cambios que realmente necesita la Educación y, en este sentido, el museo es un elemento riquísimo para contribuir y para seguir esos cambios. Hay que ver qué elementos, metodología, sistemas, etc. existen. Hay muchas cosas que hacer, y no nosotros solos, sino en colaboración con profesores e instituciones.

¿Qué experiencia supone abrir el Museo a las familias?
Hemos hecho algunos programas para familias, pero de momento son pocos. Esto nos permite hacer algún tipo de actividad más en la salas, pero aún no hemos llevado el proyecto para trabajarlo en talleres en las aulas. Aunque sí hemos tenido experiencias muy gratas con las familias y creemos que es una línea importante a seguir y tenemos en previsión lanzar el programa denominado Juego de pistas.

¿En qué consiste?
Es una especie de folleto en el que se presentan dos itinerarios del museo con preguntas y pegatinas. Los padres ayudan al hijo a concentrarse, a buscar diferencias y le ayudan a fijarse en cuestiones muy básicas: cómo identificar los elementos del cuadro y por qué están colocados de esa manera.

¿Crees que falta sensibilidad artística entre la juventud actual?
No es que falte sensibilidad artística, pero sí falta más cultura y formación. Yo creo que hay jóvenes que tienen una sensibilidad muy especial y que lo expresan de formas muy distintas. Existen muchos artistas jóvenes con inquietudes artísticas en diferentes sentidos y campos, pero lo que ocurre es que da la sensación de que se olvida lo que fue nuestro pasado histórico artístico, y no debería ser así.

El ambiente que rodea a nuestros hijos es el de los videojuegos, televisión, internet… ¿Crees que una Educación por el arte contribuye a cambiar ciertas actitudes de hoy en día?
Sí, nosotros creemos que sí. Y es cierto que tenemos algunas propuestas de trabajo para ver determinados comportamientos y ayudar en circunstancias difíciles a través de historias mitológicas que ayuda-rían a reflexionar. Queremos establecer otra actividad llamada Prado joven, una visita los viernes –entre las 20 y las 22 horas– sólo para los jóvenes.

¿Podremos conseguir un plan de fin de semana con los hijos dedicado a los museos o a la cultura en general?
No tenemos ese hábito de momento. Con los planes de ocio cultural se pueden transmitir otro tipo de experiencias, como la belleza o el conocimiento, y pasarlo bien a la vez. Cosas que no sólo impresionan al chaval, sino que al adulto también.

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