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La mayoría cree que la evaluación debe ser obligatoria, pero sin consecuencias

Diego FranceschMartes, 9 de febrero de 2010
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En los profesores no ha calado aún la cultura de la evaluación, ni mucho menos sus consecuencias en el desarrollo profesional o en sus condiciones de trabajo. La semana pasada se presentó al encuesta sobre La formación y el desarrollo profesional de los docentes, encargada por Fuhem para el Instituto IDEA. Las principales conclusiones indican que los profesores dan más importancia a la formación pedagógica inicial del docente en general, a la formación especializada en el caso de los de Infantil y a aquélla destinada a los directores.

Existe una clara resistencia hacia la evaluación docente. Aunque tres de cada cuatro cree que debe ser obligatoria, no se está de acuerdo en que deba influir en las condiciones laborales.

Más del 90% cree que la experiencia práctica es el factor que más influye en la calidad. Un dato que se puede relacionar con la insatisfacción de los docentes hacia su salario y de-sarrollo profesional, ya que el incremento en el tiempo se considera inadecuado. Mientras que el sueldo inicial es semejante al de otros países, el aumento es muy escaso y no está de acuerdo con esta mayor experiencia docente.

En cuanto a las diferencias, los de Primaria y los de Privada –que son los de sueldos más bajos– son los que menos justificada encuentran esta diferencia con sus colegas de otras etapas o tipos de centros.

En cuanto a la formación permanente, se valora más la formación en los propios centros y la necesidad de colaborar con la Universidad. Los docentes consideran que las condiciones laborales y el desarrollo profesional son claves para aumentar la calidad.

La directora del estudio, la catedrática de Psicologia Evolutiva y de la Educación, Elena Martín, asegura que “estamos ante una excelente oportunidad para introducir los cambios que permitan mejorar la situación de los docentes en aras de la calidad, y vencer las resistencias que todavía se constatan”. Los cambios normativos en la formación –los nuevos grados de Maestro y el Máster de Secundaria– y el debate en torno al Estatuto Docente permiten creer que es el momento de realizar este cambio de mentalidad. El 60% de los encuestados considera que el nuevo plan de estudios mejorará los antiguos estudios de Magisterio. Y más del 60% cree que el Máster también mejora “mucho” las enseñanzas del antiguo CAP. Por último, tres de cada cuatro cree que los profesores mentores en los centros es una buena iniciativa.

Esto significa que el profesorado es crítico con la formación inicial que se recibía hasta ahora. Incluso en las etapas en que mejor se valoran, Infantil y Primaria, no llega a la mitad de los encuestados los que la consideran buena o muy buena. Aunque hay importantes diferencias: los estudios de Magisterio se consideran los de más calidad, a pesar de que socialmente son los que menos se valoran, mientras que la formación inicial de los profesores de ESO y Universidad tiene una valoración negativa. En cuanto a la formación pedagógica, son muchos los que ya han abandonado la idea de que no es precisa para los docentes de la Universidad. A pesar de ello persiste la idea de que lo importante son los conocimientos disciplinares.

Respecto al ciclo de 0 a 3 años, tres de cada cuatro docentes cree que debe ser impartido por profesorado especialista en esta etapa, lo que superaría el debate en torno a su consideración como etapa más asistencial que propiamente educativa.

Además, el 85% de los encuestados considera que los directores antes deben ser docentes (en contra de la idea de dotar a los centros de un profesional experto en gestión) y que deben recibir formación inicial para ello.

Principales conclusiones del estudio

–Contenidos de formación
Lo que se considera más importante es el conocimiento de la disciplina y la didáctica específica. Lo peor, las prácticas en los centros.

–Relación profesor-alumno
Se considera muy importante en Primaria, en Secundaria se da más importancia al conocimiento de la materia.

–Carrera propia para ser profesor en Secundaria
Uno de cada dos profesores de Secundaria y el 83% de los de Primaria cree que la formación inicial del profesorado de la ESO debe ser una carrera propia como en Primaria.

–Profesores mentores
Tres de cada cuatro profesores consideran que la incorporación de los profesores mentores a los centros es una buena iniciativa. Además, la mayoría cree que deberían tener reducción horaria, pero sólo un tercio piensa que su opinión debería pesar en la evaluación de los funcionarios en prácticas.

–Evaluación docente y actualización didáctica
La evaluación de la función docente y la actualización didáctica son los factores a los que se atribuye menor importancia, si bien más del 60% considera que son importantes o muy importantes.

–Vocación docente
La inmensa mayoría cree que para ser profesor hay que tener vocación docente.

–Seguridad laboral
Las opiniones están repartidas por igual en torno a la afirmación de que “la seguridad laboral que ofrece ser funcionario es una dificultad para la calidad de la enseñanza”.

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