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Brotes verdes –ahora sí– en las cifras de fracaso escolar

José Mª de MoyaMartes, 15 de junio de 2010
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E sta vez sí parece que va en serio el cambio de tendencia en la evolución del fracaso escolar de nuestro país, cosa de la que nos alegramos. De confirmarse los datos del IFIE publicados la semana pasada por este periódico, nos encontraríamos ante la primera reducción significativa de este indicador desde que en 2000 iniciara una escalada sin precedentes como consecuencia del llamado ‘efecto Logse’.

Como hemos explicado hasta el hartazgo, desde que a finales de los 90 comenzaran a salir las primeras promociones de alumnos Logse de pura raza, todos los indicadores educativos experimentaron una caída en picado sin precedentes. Tasa neta de escolaridad a los 17 años, esperanza de vida escolar a los 6, tasa bruta de población que se gradúa en Bachillerato, población joven que no completa la Secundaria superior… y, por supuesto, el fracaso escolar en la ESO. Recomiendo a quienes gusten de autoflagelarse con estas y otras cifras la relectura del célebre informe El ‘Efecto Logse’ y otros cuentos. Ahí quedan recogidas para la historia las cifras de bajas en esta contienda. Es el legado al millón largo de jóvenes a los que este sistema educativo privó de cualquier oportunidad y expulsó de las aulas con el único certificado bajo el brazo que podía expedirles, el de fracasado escolar. Cómo disgusta a quienes han consentido con esta lacra durante años que utilicemos ese término: prefieren eufemismos para tapar las vergüenzas. Alguien pensará que nos gusta dramatizar, pero no y me explico.

Desde 2000 ha ido aumentando el fracaso hasta 2007 a razón de más de medio punto anual, desde el 26,6% hasta el 30,7%. En dos momentos –2002 y 2006– ha habido levísimas inflexiones de décimas que el gobierno de turno se encargó de vender como un cambio de tendencia. Como ya avisamos, se trataba de espejismos porque no respondían a ningún cambio efectivo de política. Ha sido el programa de refuerzo PROA y sus medidas de sentido común las que están empezando a ofrecer los primeros buenos resultados con una reducción de nada menos que 2,2 puntos para 2008. La pregunta incómoda es: ¿Cuántas historias truncadas hubiéramos salvado de haber aplicado este tipo de medidas en 2000 cuando esta publicación empezó a alertar del desastre?

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