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“Queremos contribuir a que el sistema educativo se dirija al ideal de integración”

La Fundación Bertelsmann quiere impulsar la cohesión social dentro del aula, para que tanto los educadores como los centros se impliquen en la promoción de los valores prosociales. Por este motivo, y hasta el próximo 15 de octubre, la Fundación ha puesto en marcha la campaña Eres joven, ¡trinfarás! Se trata de un concurso que pretende lograr que los jóvenes realicen un proyecto en el que el lema sea La integración requiere igualdad de oportunidades en la Educación.

RedacciónMartes, 5 de octubre de 2010
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La directora de la Fundación, Michaela Hertel, cuenta a MAGISTERIO cuales son los fines de este concurso.
Pregunta. ¿Qué objetivos se pretenden conseguir con la campaña Eres joven, ¡triunfarás!?
Respuesta. Queremos conseguir una mejor apreciación de la diversidad cultural en España y fomentar la cohesión social. Eso es muy importante, pero de forma más concreta, al tratarse de un concurso dirigido a los centros escolares, también queremos contribuir a que el sistema educativo se oriente al ideal de participación e integración, sensibilizar a niños y jóvenes, y dar visibilidad al compromiso de la juventud, que es muy alto en esta cuestión.
P. ¿A qué público va destinado?
R. A alumnos, padres y profesores. Queremos que con el concurso que hemos convocado se animen a comprometerse para la igualdad de oportunidades, presentando ideas para la integración en sus centros escolares a través de la web del concurso (www.eresjoventriunfaras.org).
P. ¿Por qué habéis elegido la integración de los inmigrantes como tema de la campaña?
R. Nuestras sociedades serán sostenibles en la medida en que sean capaces de gestionar de manera constructiva la diversidad cultural. La clave está en el sistema educativo. No podemos permitirnos perder o malgastar el talento de nuestros hijos. Hace falta la integración a través de la Educación para asegurar la viabilidad económica de nuestra sociedad en el futuro. El coste de una falta de integración será mucho más elevado para el contribuyente. Pero sobre todo es una cuestión de valores. Éticamente no podemos defender que en nuestro país la procedencia altere las oportunidades de aprendizaje y de vida. No podemos justificar que un niño tenga desventajas por ser diferente. Cada niño tiene el derecho a desarrollarse según sus capacidades y competencias, y todos tenemos la obligación de hacer lo posible para que cada niño goce de esta oportunidad. La igualdad es la base para la participación en la vida económica, social y cultural y para la cohesión.
P. ¿Cree que en las aulas españolas o europeas hay una buena acogida a los alumnos de otras procedencias?
R. El informe PISA nos demuestra que en muchos países europeos el sistema educativo, en lugar de disminuir la desigualdad de oportunidades, todavía refuerza la brecha entre niños con una buena situación de partida y los que tienen una situación más difícil. Todavía queda mucho por hacer.
P. ¿Son adecuadas las políticas gubernamentales de cara a la integración escolar?
R. Los poderes públicos son muy conscientes de que hay que dedicar mayor atención a las necesidades de los niños inmigrantes.
P. ¿Se deberían potenciar los programas de acogida de alumnos inmigrantes?
R. De hecho se están asignando recursos para su atención, aunque éstos no siempre son suficientes.
P. ¿Están formados los profesores para atender a alumnos de otras lenguas o culturas?
R. Hay que reforzar la educación intercultural, tanto de los profesores como de los estudiantes. Esta formación intercultural debería estar ya prevista en los planes de estudio y programas escolares. La atención educativa a los niños inmigrantes no puede ir dirigida meramente a cubrir sus lagunas en lo más básico, como por ejemplo el aprendizaje del idioma, sino que ha de aspirar al desarrollo del talento y en general de todas las potencialidades del alumno. Y es sobre todo la integración social lo que más importa. Por otra parte, hay que desarrollar las competencias interculturales y la personalidad para prepararnos a una vida en una sociedad cada vez más globalizada. La adquisición de competencias interculturales es compleja y requiere un aprendizaje durante toda la vida.
P. ¿Cómo se podría mejorar la formación de los profesores de cara a este fenómeno?
R. Uno de los enfoques de la formación de los profesores debería ser tratar la heterogeneidad cultural y social, la Educación Intercultural, y eso requiere también su inclusión en los currículos escolares. Se trata de integrar en las asignaturas temas como el cambio de perspectivas y reflexionar sobre nuestros marcos de referencia –competencia de reflexión–, interacción constructiva, actitudes y valores –valorar la diversidad, tolerar la ambivalencia–. Nos parecería interesante que los profesores trabajasen en tres niveles: autoconciencia, conocer sus propios valores, revisión del lenguaje, reflexionar sobre su propia actitud y papel; conocimiento, es decir, conocer la situación legal, social y económica de los alumnos y las diferencias culturales o los puntos comunes, y competencias, conocer los métodos para tratar la diversidad en el aula, competencia de actuación en casos de conflictos interculturales y gestión de la diversidad cultural y social en los centros.
P. ¿Cuál es la principal barrera que impide que los niños vivan la interculturalidad de forma natural?
R. Lo que nosotros hemos observado es que son sobre todo los adultos quienes tienen un problema. Los niños suelen vivir la interculturalidad con mucha más apertura y normalidad, y tienen esta ventaja en comparación con sus padres.

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