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Decálogo para el éxito del aula digital

A raiz del plan Escuela 2.0, que pretende llenar las aulas españolas de ordenadores portátiles y Pizarras Digitales Interactivas (PDI), y para que el reto de la digitilización del aula no fracase, Prometheam ha elaborado el siguiente decálogo del aula digital.

Miércoles, 13 de octubre de 2010
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• La tecnología por sí sola no hace milagros. En la escuela, hay que utilizar las TIC con cabeza, de forma planeada y adaptándose a las necesidades pedagógicas, y nunca al revés. De igual modo, es imprescindible coordinar su introducción con los planes de estudio existentes.
• La formación del profesorado es imprescindible. El potencial de las PDI es enorme, pero si los encargados de enseñar no saben exprimir al máximo sus posibilidades, no avanzaremos. Toda introducción de tecnología en el aula ha de ir acompañada de orientación y formación específica para el docente.
• El alumno es el responsable del aprendizaje, y el profesor lo es de la enseñanza. Los segundos están obligados a facilitarles al máximo dicha tarea a los primeros.
• Vivimos en plena Sociedad de la Información. Las nuevas generaciones aprenden a utilizar la tecnología con total naturalidad, y de ahí que les resulte más fácil que a los adultos. Por ello, introduciendo las TIC en su día a día escolar, favorecemos que se muevan en un entorno similar al que ven todos los días: teléfonos móviles, ordenadores, videoconsolas…
• La tecnología posee un gran atractivo y, por ende, motiva. Con las pizarras digitales, este extra de motivación está al alcance de la lección diaria.
• Es necesaria la colaboración de todos los actores implicados en la Educación, desde profesores y directores hasta empresas, fundaciones y la propia Administración pública. Todos ellos han de involucrarse en el uso de las nuevas tecnologías.
• La interactividad es el concepto clave. El aula digital facilita que incluso los alumnos más tímidos participen en cada lección. Gracias a sus sitemas de respuesta al aprendizaje, el resultado puede conocerlo exclusivamente el profesor, quien a su vez puede detectar de inmediato las necesidades específicas del alumno, el nivel de asimilación del conjunto del aula y llevar a cabo una evaluación continua sin complicaciones.
• Mayor facilidad para preparar las lecciones. Las PDI facilitan que el profesor acceda a recursos hasta ahora impensables. Así, pueden incorporar video, imagen y material extraído de internet en cualquier momento de su explicación. Además, pueden compartir sus lecciones y mejorarlas, gracias a las comunidades on line para docentes.
• Apostar por tecnología específica para el aula: pizarras digitales que estén pensadas sólo para ser utilizadas en colegios. Asimismo, no todas permiten que el alumno se apoye en ellas mientras escribe. La confortabilidad y sencillez de uso es básica.
• El aula ha de estar permanentemente conectada a internet. La red debe estar presente en todo momento. Su ausencia es ya impensable, y lejos quedan los tiempos en los que su uso escolar era sólo esporádico.

José Antonio Dotor
Responsable de negocio de Promethean

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