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En “Piruetas” los niños oyentes y sordos comparten la misma realidad educativa

El centro desarrolla un proyecto de integración único en toda Europa
Laura del PozoMartes, 26 de octubre de 2010
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En el año 1999 abrió sus puertas en la Comunidad de Madrid un proyecto pionero y único en España, la escuela de Educación Infantil “Piruetas”, un centro público de Educación Infantil para la etapa de 0-3, donde los niños oyentes y sordos comparten una misma realidad educativa. “Desde su origen, el centro se define como preferente para la integración de alumnos sordos que, hasta ese momento, se estaba realizando en escuelas ordinarias”, nos relata la directora de “Piruetas”, María Isabel Ponce. “Nuestra escuela es única en España. En Europa sólo existen dos centros similares en Alemania y Dinamarca, aunque sus alumnos son algo mayores”.

En la actualidad, la escuela tiene matriculados a 115 niños, de los que 18 son alumnos con deficiencias auditivas, “aunque no me atrevería a cerrar la cifra ,ya que a lo largo del curso van incorporándose nuevos menores que, además, vienen de toda España”, explica Mª Isabel Ponce. Y es que el centro es un punto de referencia para hospitales y Unidades de Atención Temprana, donde se detectan y diagnostican los casos. “La mayoría de los niños llegan diagnosticados desde el hospital, sobre todo desde el Niño Jesús, que es un centro pionero en cuanto a detección y número de implantes”, aclara la directora.

Cuatro pilares
La Escuela Infantil “Piruetas” desarrolla un proyecto basado en cuatro pilares fundamentales:
n La Educación compartida de niños sordos y oyentes en un mismo contexto. “Partimos de una misma base que es el aula”, nos cuenta Mª Isabel Ponce. “Nuestro objetivo es integrar en un mismo currículo todos los contenidos de la clase, eliminando barreras”.

n Un cambio de perspectiva respecto a la forma de comprender la integración, entendiendo que ésta nunca debe significar la asimilación de un menor con dificultades, sino que hablamos de una integración que permita la convivencia y la Educación compartida de los dos grupos de pequeños. “Queremos dar normalidad a la Educación del niño y que éste no se sienta en desventaja o diferente”.

n Un proyecto bilingüe, donde conviven en un mismo espacio la lengua de signos y la oral, para lo que el centro cuenta con una plantilla de profesionales altamente cualificados, educadores especialistas en Infantil, un Equipo de Atención Temprana (EAT) y un Equipo de Orientación Específica de Deficiencias Auditivas (EOEP).

n Y el trabajo con las familias, incorporando en una misma realidad todos los valores, tradiciones y costumbres. “El diálogo con los padres es fundamental, porque descubrir que sus hijos son sordos suele suponer un choque emocional muy serio. Por eso, desde la escuela tratamos de brindarles todo el apoyo y asesoramiento necesario”, aclara la directora del centro.

Y un currículo único
Una de las características más destacables de este proyecto único, que es la Escuela “Piruetas”, es la creación de un currículo único para esta etapa de Infantil. En él se han modificado los objetivos y los bloques de contenidos, y se han diseñado estrategias metodológicas diferentes, actividades y recursos adaptados especialmente para desarrollar todas las capacidades congnitivas básicas. Asimismo, se cuenta con la colaboración de dos asesores sordos, un hombre y una mujer, que transmiten una imagen de normalidad a todo el alumnado del centro y que participan en los talleres de lengua de signos y en el trabajo individualizado con los pequeños.

Por otra parte, la escuela también ofrece a los niños un apoyo extraordinario a través de sesiones individuales con logopedas y psicopedagogos. “En ocasiones nos encontramos ante menores con deficiencia auditiva que, además, tienen otro tipo de dificultades y necesitan un refuerzo especial. Éste corre a cargo de los logopedas o de los asesores sordos, dependiendo del caso. Trabajamos en grupos pequeños y en horario no lectivo. Además, las sesiones se diseñan en función de las necesidades del alumno, aunque suelen tener una frecuencia de dos o tres veces por semana”, explica Mª Isabel Ponce.

El centro dispone de espacios diseñados y adecuados a las particularidades de sus usuarios, decorados de tal manera que estimulen los sentidos de los menores, especialmente el visual y táctil. En su creación participan las familias, que se integran así en la vida del centro.

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