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El intercambio educativo para fomentar el respeto

La actividad de AFS Intercultura empezó en 1947con 52 estudiantes de 10 países europeos que fueron acogidos por familias estadounidenses. Desde ese momento, el objetivo principal de la organización ha sido el fomento de la paz y el entendimiento a través de programas educativos de intercambio que potencian el respeto a las diferencias, la armonía, la sensibilidad y la tolerancia. Estas propuestas posibilitan a estudiantes de todo el mundo asistir al colegio y vivir con una familia en un país distinto al suyo. Así pues, los centros españoles pueden ejercer como anfitriones de estudiantes extranjeros.
Estrella MartínezMartes, 15 de febrero de 2011
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Cualquier centro de enseñanza reglada en el territorio nacional puede invitar a sus aulas a uno o varios estudiantes de los 50 países en los que AFS tiene presencia. Si lo hace, podrá dar a “conocer nuestra cultura, lengua y tradiciones, además de ser una experiencia muy enriquecedora para el resto de su comunidad educattiva, abriendo un mundo de posibilidades a los estudiantes para que tomen conciencia de otras formas de pensar y de vivir”, defiende Juan Luis Carril, director general de AFS Intercultura España.

Esta iniciativa de recepción alcanza a toda la comunidad educativa pues sirve también para involucrar a las asociaciones de padres de los centros, ya que pueden colaborar en la búsqueda de familias que quieran ser anfitrionas. Los núcleos familiares interesados pasa-
rían a formar parte del programa de recepción bautizado como Abran su casa al mundo. De hecho, la cantidad de estudiantes presentes en los distintos países depende de cuántas familias se hayan dado de alta en esta iniciativa. En el caso de España, cada año vienen una media de 80 estudiantes, lo que implica que hay el mismo número de familias receptoras.

En cambio, unos 170 españoles se trasladan anualmente para estudiar en el extranjero, de los cuales un grupo lo hace becado por la organización. Hay más de 20 países de destino para elegir: Alemania, China, Japón, Estados Unidos, Egipto, Sudáfria, etc.

Los alumnos que vienen a España, al igual que los que se van, tienen que tener entre 15 y 18 años. Para los mayores de edad, AFS también oferta un programa de colaboración con una ONG en el país de destino.

Volviendo a los chavales, tanto los que salen desde España como lo que vienen aquí, se convierten en un alumno más en las aulas de destino. “No es necesario ningún tipo de apoyo extra por parte del profesorado –salvo los dos primeros meses por temas de idioma, por ejemplo–. El trato no debe ser especial en ningún caso porque de serlo perderíamos nuestra idiosincrasia, que nos lleva a convivir dentro de la cultura perteneciendo a ella”, añade el director Carril.

Programa para educadores
Esta iniciativa de AFS está destinado a docentes y especialistas en Educación –de entre 22 y 60 años– que tengan interés en conocer una cultura, una comunidad y un sistema pedagógico extranjero. Al igual que los alumnos, van o vienen para ejercer de lo que son, profesionales de la enseñanza. Por el momento, este programa incluye tres destinos: las lejanas Nueva Zelanda, Malasia y Sudáfrica.

“Todos los participantes interactúan con la forma de trabajar en los países de destino, integrándose en la comunidad docente como un miembro más y realizando las labores que le sean asignadas por el centro”, explica Carril. Además de esta labor de enseñanza, quienes viajen con un plan de AFS –ocurre también con los estudiantes– participarán en distintas actividades extra que complementan la vida realizada en el centro. Así, las estancias incluyen visitas culturales, actividades de cooperación al desarrollo, medioambientales, etc.

Antes de partir, tanto los docentes como los estudiantes, reciben orientación sobre interculturalidad y adaptación, así como un aprendizaje más específico sobre el destino elegido, donde se les habla sobre las costumbres, precauciones que deben tomar y todo lo necesario para integrarse rápidamente en el país al que se dirigen.

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