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Una sólida iniciativa que desea cambiar el mundo

El objetivo es que sepan que sus actitudes a nivel local repercuten a nivel global. El pasado 1 de febrero tuvo lugar en el IES “Ramiro de Maeztu” de Madrid el I Encuentro Escuelas Globales: la Educación para el Desarrollo como herramienta educativa integral. La Federación de ONG de Desarrollo de la Comunidad de Madrid (Fongdcam) organizó esta reunión.

Estela CuestaMartes, 8 de febrero de 2011
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Formar ciudadanos responsables. (Foto: Jorge Zorrilla)

El enfoque de la Educación para el Desarrollo, que intenta generar conciencias críticas, activas y comprometidas para construir una nueva sociedad civil, tanto en los países del norte como en los del sur, fue reconocido por la Unesco en 1974. Quienes se dedican a ello afirman que, tras una experiencia de más de cuatro décadas, el sistema ha traído nuevos discursos y metodologías que repercuten positivamente en una Educación de mayor calidad.

A este I Encuentro de Escuelas Globales acudió la directora del Centro de Educación e Investigación para la Paz (Ceipaz), Manuela Mesa, que tras insistir en la necesidad de la perspectiva norte-sur, recordó “la importancia de la acción institucional para que el esfuerzo de todos los actores que participan pueda llegar a ser una realidad”. Al mismo tiempo, criticó el Plan Director de Cooperación de la Comunidad de Madrid, “no sólo porque el presupuesto no se ajusta a las necesidades, sino también porque el programa Rumbo al sur de la Comunidad de Madrid es todo lo contrario a lo que sí es Educación para el Desarrollo”.

En cuanto a la formación que se da en los colegios en ED, Miguel Ardanaz, de Fongdcam, se refirió como “dos muros que no logran juntarse” porque, a pesar de que hay centros que están trabajando en ello, en la inmensa mayoría son los voluntarios de las ONG quienes se desplazan para realizar actividades sobre estos temas.

‘Ecoescuelas’
Otra de las asistentes fue la coordinadora de la red nacional de Ecoescuelas, Eva García González. Esta red pertenece a la Fundación para la Educación Ambiental (FEE), que centra su trabajo en el desarrollo de investigaciones y actuaciones que promuevan la conciencia con este sentindo. En ella están representados 47 países y, como añadió Eva García González, “se trabaja en todos con la misma metodología, pero siempre teniendo en cuenta las señas de identidad de cada lugar”.

Cuando los voluntarios de la Ecoescuela llegan al colegio trabajan con los chicos para que éstos cambien sus hábitos. “El objetivo es conseguir la participación activa de toda la comunidad educativa, concienciar a los jóvenes de que sus actitudes a nivel local repercuten a nivel global y, por último, moverlos a la acción”.

‘Magnificat’
César García Rincón, el último ponente de esta jornada, es el responsable del programa Magnificat en los centros marianistas españoles. Explicó que el objetivo de esta iniciativa es construir actitudes y dejar huella ecosocial en los alumnos. “Los tres pasos son pensar, sentir y hacer, al tiempo que se crean habilidades y motivaciones prosociales”, declaró García Rincón.

El ponente puso como ejemplo su experiencia en el Colegio “Nuestra Señora del Pilar” de Pola de Lena (Asturias). “Tras dar mi charla, una monja me enseñó un organigrama con respuestas negativas donde aparecían los modus operandi en los casos de que el comportamiento de un alumno no fuera el adecuado. Después de analizar el  esquema, me quedé perplejo y les recomendé que hicieran otro con un tipo de respuestas que educasen en positivo”, dijo el responsable de Magnificat. Durante su discurso incidió en lo importante que es educar en positivo para prevenir conductas antisociales.

 

Una Educación basada en el respeto por el entorno

La FEE desarrolla programas basados en el desarrollo sostenible y Educación ambiental en playas, puertos y centros educativos. Pertenece a la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), de la que Jose Ramón Sánchez es presidente.

Estos programas son Bandera azul o Ecoescuelas. Trabajan sobre los temas de agua, energía y residuos para derivar en otros como consumo responsable o incluso, desigualdades norte-sur.

El concepto de Educación Ambiental nació en los años 70. Al principio, la atención se centró en temas como la conservación de los recursos naturales o la protección de la flora y la fauna. De forma paulatina se ha ido ampliando hasta las dimensiones tecnológicas, socioculturales, políticas y económicas, que son fundamentales para entender las relaciones de la humanidad con su entorno y así poder gestionar correctamente los recursos del mismo.

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