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“¿Quién ha visto a la Concertada manifestarse por lo que le falta?”

Marián Laporta es la presidenta valenciana de la Plataforma ‘Mejora tu escuela Pública’ (MEP), una iniciativa nacida en la sala de profesores de los institutos para que el docente asuma la mejora de la enseñanza como una responsabilidad personal que comienza en su propio centro.
Pablo RoviraMiércoles, 16 de marzo de 2011
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nPregunta. ¿Cómo llega a Valencia la Plataforma?
nRespuesta. En junio de 2009 participamos en unas jornadas nacionales en Madrid y nos gustó la idea de MEP de trabajar por la Educación de los chavales y formar a los padres para que se impliquen en la escuela pública. Nos pareció aire fresco para el sector y creemos que hay mucha calidad en la escuela pública que tiene que salir a la luz. Así, trabajamos en la promoción de las buenas prácticas que se llevan a cabo en los colegios e institutos.

Por otro lado, promocionamos la organización de escuelas de padres en los centros. Por ejemplo, en mi centro (IES “Misericordia” Nº 26 de Valencia) ya hemos organizado una sobre la Educación de hijos adolescentes que imparte la orientadora Mª Ángeles Soto.

nP. ¿Se puede mejorar la Escuela Pública?
nR. Creo que sí, pero vamos más allá. Lo que queremos es empezar por la escuela pública de cada uno de nosotros, sin grandes reivindicaciones. Cómo me implico yo en mi escuela. Observamos que pese a haber muchas convocatorias de proyectos educativos, a veces se quedan desiertos por la falta de compromisos personales para llevarlos a cabo.

nP. Las recomendaciones internacionales ponen al docente como núcleo de la mejora educativa. De alguna forma, ¿ponéis el énfasis en que el profesorado asuma y se comprometa con ese rol?
nR. Sí. Estamos en el momento de las plataformas para que los ciudadanos democráticos nos involucremos y más en la Educación cuando se llegan a hacer leyes sin contar con el profesorado y se convierten en un arma arrojadiza en manos de los partidos políticos.

nP. ¿Qué tiene la escuela pública y que una parte de la sociedad desconoce?
nR. Muy buenos profesionales que posiblemente no salga nunca en la prensa. Los medios con los que contamos pueden ser buenos o malos, según se mire, pero la Educación, por ejemplo, no se arregla si nos quedamos en darle un ordenador al niño, sino en proporcionarle las herramientas para moverse digitalmente. Y en la Escuela Pública encontrarás mucha vocación docente.

nP. ¿Seréis de las pocas plataformas de la Escuela Pública que no se empecina en acusar a la Concertada de todos sus males?
nR. Estamos en un mundo libre y es importante que los padres puedan decidir una enseñanza de calidad. Los padres no buscan un centro de tal o cual titularidad, sino una escuela de calidad. No es lo mismo. Tenemos que luchar que haya una escuela, y por supuesto también pública, de calidad en este país y eso se hace con leyes que apoyen la calidad y el esfuerzo y que nosotros, como profesionales, estemos luchando por este objetivo.

nP. ¿Puede ser contraproducente para la Escuela Pública insistir públicamente en sus problemas sin destacar sus virtudes?
nR. Decir que en la Pública está todo mal es arrojarse piedras sobre el propio tejado ¿Cuándo has visto que se manifieste la escuela Concertada por las cosas que le faltan? Jamás lo he visto. No creo que tanta insistencia le haga ningún favor a la Pública, que sí que le haría si destacáramos lo bueno y todos nos beneficiáramos de ello. Es decir, si conociéramos las buenas prácticas que llevan a cabo otros docentes en otros centros.

nP. Si no se cuentan las buenas prácticas, su efecto es importante, pero limitado.

nR. Claro, hay que contar las cosas. Lo que no se transmite, no existe. En este sentido, en junio queremos organizar unas jornadas con las buenas prácticas que se presentaron al concurso nacional.

nP. A veces también parece que la sociedad desconoce lo que le puede ofrecer el profesorado de la Pública.

nR. En los medios sale mucho el tópico del funcionario que no trabaja y con muchas vacaciones, pero ofrecemos mucho a la sociedad. De momento, hemos pasado una oposición, que quiere decir mucho, y también poco si no continuáramos, como lo hacemos, formándonos. Y este esfuerzo formativo lo llevamos al aula en el día a día para formar a los alumnos.

nP. También es verdad que a la Pública se le exige mucho. ¿No es hora de también exigirle, desde el punto de vista educativo, a la familia?
nR. En la Escuela Pública hay padres que educan muy bien a sus hijos y otros que no saben cómo educarlos. A mi, por eso, me gusta la tutoría personalizada para que los padres sean conscientes de que el docente está para colaborar con ellos en mejorar la Educación de su hijo.

nP. Un estudio estatal señalaba que lo que más valoran los padres es el tutor de sus hijos, y lo que menos, el AMPA.

nR. Creo que es un error. Participar en el AMPA es una cuota mínima para la familia que permite sacar iniciativas enrriquecedoras para el centro. Por ejemplo, las escuelas de padres. Fortalecer las AMPAs es positivo para mejorar la relación entre familia y escuela.

nP. A quién parece que nadie les pide cuentas es a los medios de comunicación ¿Cómo mejorar la escuela pública por la mañana y perder la batalla por la noche?
nR. Las series transmiten una imagen de centro escolar que es falsa, donde nadie trabaja ni nadie estudia. Desgraciadamente, a veces estas cosas influyen más que nosotros.

nP. A mi juicio, la escuela Pública tiene dos hándicaps en comparación con la Concertada. El primero es el alto nivel de rotación de plantilla que hay en algunos centros.

nR. La clave es tener un buen proyecto educativo de centro y de dirección. En este sentido, es bueno que un grupo de profesores se involucre en un proyecto educativo y que la Administración lo facilite permitiendo las comisiones de servicios.

nP. El segundo punto es la separación entre colegio e instituto que hace que el paso de Primaria a Secundaria sea, si no hay coordinación, un salto al vacío.

nR. Cierto es que en primero de ESO algunos alumnos se ‘marean’ un poco, pero otros aprenden a sobrevivir. Es necesaria esta coordinación. En mi centro, al menos, sí que existe. En este punto juega un papel fundamental la inspección.

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