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“Sé lo que es tener 15 años, tener un sueño y que te digan que no”

El caso del loro que hablaba demasiado es una novela policíaca, la segunda de una serie protagonizada por la intrépida y eficaz jovencita Berta Mir, una moderna sucesora de Sherlock Holmes

Estrella MartínezMartes, 26 de abril de 2011
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Jordi Sierra i Fabra tiene 63 años y una vida consagrada a la escritura. Este laureado rockero es para muchos un imprescindible de la literatura juvenil aunque su extensa y heterogénea obra está llena de trabajos para todos los públicos y gustos. Ahora presenta El caso del loro que hablaba demasiado, segundo libro de la saga protagonizada por la joven detective Berta Mir.

¿Cuántos libros has escrito?
Sin contar antologías voy por el 415 y publicados 380 más o menos. El próximo año salen mis memorias y se van a llamar Mis primeros 400 libros. Cuando salgan llevaré 40 años publicando, 400 libros escritos –bueno, algo más– y habré llegado a los 10 millones de libros vendidos. Y supongo que seguiré siendo el tío más feliz del mundo porque estaré haciendo lo que me gusta y pasando de que me digan que tengo que parar… ¡Qué voy a parar! ¡Cuando me muera ya pararé!
Efectivamente, hay quien te critica por escribir mucho y rápido.
Escribo rápido pero, por ejemplo, la documentación de este libro ya la tenía hecha porque es un tema –el tráfico de animales– que me ha estado interesando durante años y sabía que algún día escribiría sobre él. Para que te hagas una idea, entre el material que recopilé había 10 páginas sobre un importante traficante de una revista que arranqué en el dentista. Soy un depredador.
Empezaste muy pronto.
Empecé a escribir con 8 años. Soy tartamudo y por aquel entonces lo era mucho. Tuve un accidente grave y en el hospital descubrí que escribiendo no tartamudeaba y decidí ser escritor. Mi padre me lo prohibió, en la escuela me dijeron que era tonto y me ponían ceros en Lengua… ¿Por qué tengo una fundación? Pues porque sé lo que es tener 15 años y tener un sueño y que te digan no. Mi padre lloraba si me pillaba escribiendo. ¿Sabes lo que es ver a tu padre llorando?
Hoy lo de ser escritor se sigue viendo como algo de muerto de hambre. Claro que es difícil vivir de esto, pero yo sigo el ejemplo de que todo es posible.
¿Quiénes fueron tus maestros?
Yo no tengo una carrera. Cuando era joven mis maestros eran Silver Kane, Ronald Curtis, gente que escribía novelas baratas y yo las imitaba.
Llevo siempre encima esto –se mete la mano en el bolsillo y saca un USB–. Aquí están todos mis libros inéditos, nunca me separo de ellos. También llevo fotografiadas las portadas de los libros que leía en mi infancia porque yo me formé con cosas así. Leía libros malos, cutres y horteras como yo.
Pero la cosa es que yo escribo lo que me pide el cuerpo, no sigo modas ni tendencias. Nunca me ha movido el interés económico, ni cuando era pobre.
¿Queda Berta Mir para rato?
De momento es un libro por año y tengo pensados cinco, pero, si el tercero no arranca, no se vende, no consigo el crossover –intento llegar a mi público adulto y al joven–, pues no pasa nada, se para y ya está.
La novela policíaca ha estado ligada a la gente joven.
Sí, pero la novela policíaca para jóvenes no existe, no hay una serie negra y esto lo es. No me gusta decir que he escrito esto para cubrir un hueco, pero sí que estuve pensando qué podía aportar yo. Uno tiene su propia responsabilidad, mis lectores saben que un libro mío va a ser rápido, ágil, con algo incisivo, un final sorprendente a poder ser…
Volvamos a tus dos fundaciones…
No te vayas a confundir, no soy ningún santo. Por ejemplo, voy a Tailandia y una niña a la que han prostituido me cuenta su historia. Llego aquí, escribo un libro, lo vendo como churros y me forro de pasta. Si yo usara ese dinero para cambiar el coche me sentiría inmoral. Y en cuanto a la fundación –las dos llevan su nombre–, por desgracia en España no tengo lo que quiero. En Medellín el Banco de Colombia nos ha regalado un espacio para hacer clases. Aquí estoy solo, no tengo nada porque no soy tan rico como para hacer lo que quiero. Allí trabajan 50 personas, hemos recibido premios a la promoción de la lectura y somos una referencia cultural en una ciudad marcada por la conflictividad.
Eres un tipo comprometido y tu literatura está claro que también lo es.
Intención de influir no tengo, esto es peligroso. Hace 20 años publiqué el libro El último set y me escribió una chica diciéndome que iba a suicidarse y al leerlo cambió de opinión. Entonces pensé que le había salvado la vida, pero después me dije, cuidado, no te confundas, porque igual que te ha pasado esto, si un día alguien muere tras haber leído un libro tuyo, no será tu culpa. Lo que ocurre es que cuando hago una novela, que disfruto escribiéndola, mis inquietudes se manifiestan. Pero lo primero es que yo hago novelas, quiero que la gente se lo pase bien. No digo: voy a hacer un libro sobre animales enmascarado en un caso policíaco, es al contrario.
¿Habría que leer más libros tuyos en los colegios para fomentar la lectura?
Yo tengo esa diatriba en los colegios. Les digo que, si los niños han de leer cuatro libros obligatorios, que sea como mucho un clásico y tres modernos. Entre los tres modernos uno que sea un Moby Dick o un Michael Ende, que serían clásicos pero no como La regenta, y dos actuales.
Yo de niño leía El Quijote, únicamente. Odiaba a Cervantes y además nunca lo acabábamos porque el curso siempre terminaba antes. Ahora me deben de odiar a mí, pero hay una ventaja y es que me pueden conocer.
Tú fomentas mucho la relación con tus lectores.
Qué quieres que te diga, si tengo una fundación no puedo estar ajeno, estoy unido a la gente. Me acaban contando su vida, me escriben cartas, soy como su confesor. Por eso también es normal que de cada diez ideas que tengo, en siete el protagonista tiene entre 15 y 20 años.
¿Cuál es tu relación con las nuevas tecnologías porque tu web es muy activa con apartados como uno para leer gratis?
No es mi caso, pero sí que conozco a autores que me han dicho que han publicado su libro hoy y al día siguiente está entero en 20 páginas web, hace poco me comentaba esto Lorenzo Silva. No sé cómo acabará pero yo seguiré escribiendo. Es verdad que también me he aliado con ellas. Tengo mi web y gracias al apartado para leer gratis las seguidoras me han pedido que publique en libro mis poemas y lo haré en una editorial digital. Éste será mi primer libro exclusivamente on line. Hemos de evolucionar, hay que estar al día. Hace 12 años el primer tío que publicó un libro en internet fui yo. Al cabo de medio año salió Pérez-Reverte y todo el mundo decía “ah, el primero”. Pues no, el primero fui yo. Pero claro, como él es más famoso, se llevó las medallas. Y eso me cabrea mucho porque las mentiras duelen. Teníamos el libro El caso del Goya robado con un final no escrito e hicimos un concurso para jóvenes en la Red.
A propósito de lo que acabas de decir, ¿te sientes un escritor de segunda?
No, a mí ya sabes que me acusan de ser rápido, de escribir demasiado, pero de esto nunca, al menos que yo sepa. Uno lo siente, evidentemente. Lo sientes por lo que ves. Por ejemplo, cuando saco un libro para adultos me entrevista un montón de gente. Con este libro de hoy, sin embargo, es distinto, ya no hay tanto interés. Y aún así yo creo que muchos de mis libros no tienen edad. A mí me ha dicho más de un editor: “este libro tuyo es para adultos, pero lo voy a publicar en la sección juvenil porque ahí vendes más”.

Ronda rápida
Preguntas frecuentes.

¿Cuántos libros llevas? y ¿de dónde vienes?
Autor español vivo que ha escrito más libros.

Yo sólo quería ser feliz. No quería batir ningún récord. El sambenito te cae como una losa. Quiero hacer buenos libros y punto.
Siguiente título de la saga.

El caso del chantajista pelirrojo, aunque aún falta que aprueben el título…
20 años como periodista musical.

Lo dejé en pleno éxito porque quería ser escritor. Quería irme a Asia, África, vivir con tribus… Siempre he sido un romántico.
Casi 10 millones de libros vendidos.
J.K. Rowling vende eso a diario, pero mi lema es haz lo que sea donde puedas, ¡pero hazlo!
Descartada la jubilación…
Escribir no es ‘jubilable’. Sigo siendo un crío que escribe y que se emociona con todo.
Período de gestación.
Tardé un año en crear a Berta Mir y su mundo.
En tus libros hay…
Esperanza. En muchos la hay por duros que sean. Soy un autor muy duro en mis obras.

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