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Nuestro buen amigo Miguel Hernández

En el año 2010 se conmemoraba el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Ésta fue la excusa para que mi grupo de alumnos de 5 años se aproximara al conocimiento de la vida y la obra de este gran poeta durante el curso. ¿Cómo lo hicimos? Con las actividades y estrategias metodológicas que a continuación relato. Se ambientó el aula con fotos de Miguel Hernández, su familia, Orihuela, su casa-museo y un cartel conmemorativo del centenario. Además, a medida que se iba trabajando, se fueron exponiendo algunos de sus escritos.
Martes, 26 de abril de 2011
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Visita a Orihuela.

Intentamos acercarles a la vida del poeta a través de distintos materiales y actividades:

  • Lectura de su biografía, que quedó expuesta en la clase como ambientación y para que todos pudieran leer cuando lo desearan.
  • Dedicamos varios días a analizar distintos libros infantiles que narran la vida del escritor.
  • Leímos varias notas y artículos relacionados con su trayectoria profesional, buscados en internet. También se les enseñó distintos cuentos para niños con selecciones de poesías de Miguel Hernández. En concreto escogí 14 de ellos para que fueran los que más intensamente se trabajaran en clase.

Toda la información fue remitida a las familias a través de avisos periódicos, así como las notificaciones sobre las gestiones para visitar Orihuela y, más concretamente, la casa-museo del poeta.

La selección
El trabajo con la poesía seleccionada se desarrolló poco a poco. A lo largo de un mes se fueron presentando los escritos y con cada uno de ellos se realizaron las siguientes actividades:

  • Explicación del sentido general del poema y de la época en la que fue escrito.
  • Lectura íntegra de éstos empleando una entonación adecuada.
  • Interpretación de cada verso, estrofa y metáforas u otros recursos poéticos empleados.
  • Búsqueda y análisis exhaustivo del significado de palabras desconocidas con el apoyo de diccionarios y de imágenes obtenidas de la Red.
  • Diálogo y debate sobre las ideas, opiniones y emociones que les producía cada poema, a qué lo asociaban o las imágenes que les venían a la cabeza al respecto.
  • Se hacían varias lecturas de los textos, que luego quedaban expuestos en el aula en gran formato. Después, la poesía era recitada el mismo día de la explicación y también en días sucesivos.
  • Se realizaron las llamadas lecturas acumulativas. A medida que se iban trabajando más poemas, se podían releer todos los tratados con anterioridad en función de las peticiones de los alumnos.
  • Para hacer las relecturas se aprovechaban distintos momentos de la jornada: al entrar en clase, antes de despedirse, a la vuelta del recreo, etc. Duraban escasos minutos para así evitar el cansancio.
  • Se les presentaron lecturas realizadas por otros a través de internet o en CD. Con ellas vieron más claro cómo se lee poesía, cómo se entona.
  • Los poemas musicados por Joan Manuel Serrat u otros cantantes también los escuchábamos al final del proceso de conocimiento y comprensión de cada escrito y, después, como música de fondo cuando los estaban recreando en los dibujos.
  • Como se ha citado, se llevó a cabo la representación plástica de los textos de Hernández, usando para ello lápices, rotuladores y ceras de distintos tipos, plasmando en dibujos sus impresiones sobre lo leído. Las hojas donde realizaban los dibujos llevaban escrito el poema trabajado en ese momento.

Al final del proceso, con las 14 composiciones recreadas por cada uno, se confeccionó un cuadernillo de espiral que tuvo distintos usos ulteriores.

Se les enseñó también dos cuentos que Miguel Hernández escribió a mano e ilustró en la cárcel para su hijo Manuel llamados Dos cuentos para Manolillo. Su impacto en ellos fue grande por la alta carga emocional que conllevaba dicho manuscrito.

El 2 de junio viajamos en tren a Orihuela acompañados por los familiares de los niños para visitar la ciudad natal del poeta. Estuvimos viendo, con la inestimable colaboración de Mª Teresa, nuestra guía, la catedral, la casa-museo, el Colegio “Santo Domingo”, donde inició sus estudios y, ya por nuestra cuenta, el palmeral. Todos éstos eran lugares significativos en la vida del poeta.

La Fundación Miguel Hernández regaló a cada niño una pequeña antología del escritor. La actividad estuvo muy bien, en especial, la visita a la casa del poeta. En su huerto, los niños leyeron algunas poesías y, en general, resultó muy especial toda la experiencia.

Fin de curso
El resto del mes de junio, cuando ya se había acabado el proceso de presentación de poemas y habíamos visitado Orihuela con sus cuadernillos personales en los que recogían las recreaciones plásticas sobre las poesías, se hicieron relecturas diarias que ellos mismos solicitaban y, en especial, se re-leían las poesías elegidas para ser recitadas en un momento muy especial del curso.

Para la elección de poemas que serían leídos en dicha ocasión se efectuó una votación en la que los 14 trabajados en clase eran los candidatos. Los dos textos ganadores fueron Las abarcas desiertas y Menos tu vientre.

La graduación
Ambas composiciones fueron las que más impactaron y gustaron al grupo. Se releyeron más veces que el resto y a diario, durante la mayor parte de junio, para ser recitados en el gran día: la fecha de su graduación, el 22 de junio, delante de todos los padres y madres.

Dicho día, en un acto muy emotivo, todo el grupo leyó las poesías seleccionadas delante de sus familiares, que quedaron impresionados, les aplaudieron con ganas y hasta alguno que otro se emocionó.

Tenían tantos deseos de leer poemas de Miguel Hernández que con dos no tuvieron bastante y pidieron recitar más, pero la graduación estaba compuesta de más actos y había que seguir el plan fijado.

De todas formas, ese mismo día se llevaron sus cuadernillos a casa y pudieron enseñar el resto de los poemas aprendidos a sus familias.

El calado
Con sus poemas se emocionaron, se conmovieron, les gustaba escucharlos recitados o cantados por otros y por ellos. Han experimentado sentimientos puros y fuertes, vivencias y emociones”, explica Jose Ángel Fernández, el profesor que ha dirigido esta iniciativa.
“Muchos familiares se implicaron y compraron bonitos libros infantiles sobre el literato. La figura del poeta en sí también les conmovió y fue muy emocionante cuando visitaron su Orihuela natal, su casa y los lugares más cercanos a las vivencias del escritor”.
“Mis alumnos han llegado a sentir pasión por las obras de este poeta, lo cual era algo impensable para mí, por lo que ha sido una gratísima sorpresa que me ha demostrado la fuerza de la poesía de Miguel Hernández, más cercana a la infancia de lo que pensamos. Los niños y niñas saben entenderla y sentirla, y les apasiona si se la sabemos hacer llegar”, concluye el docente.

José Ángel Fernández
CEIP “Antonio Machado” de Alhama de Murcia

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