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A mayor cualificación profesional de los padres, mejores serán las notas de los hijos

Adrián ArcosViernes, 7 de octubre de 2011
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Que de la familia depende, en gran parte, el éxito educativo de los hijos no es nada nuevo. Son muchos los estudios que muestran cómo la actitud de los padres y el entorno en el que se desarrollan los niños resultan claves para que no abandonen los estudios y para que saquen buenas notas. Pero, además, también resulta determinante el nivel de cualificación laboral de los padres. En este último punto se centra el estudio realizado por el Gabinete de Análisis Demoscópico (GAD3) en exclusiva para MAGISTERIO, y que se basa en el análisis sociológico de los 475.000 exámenes que conforman el último Informe PISA correspondiente a 2009.

Para clasificar y calificar las profesiones, PISA utiliza la clásica denominación norteamericana de trabajadores de cuello blanco (white collar workers, por la camisa blanca con corbata) y trabajadores de cuello azul (blue collar workers, por el mono de azul). Los de cuello blanco son aquellos que se ocupan de las tareas directivas, ejecutivas o administrativas, según su cualificación, siempre en oficinas o despachos. Los de cuello azul son aquellos empleados que trabajan habitualmente en fábricas, talleres o industrias (mecánicos, obreros de la construcción, vendedores…). Ambos grupos pueden pertenecer a organismos públicos o a empresas privadas.

De los datos de PISA se desprende que cuanto mayor es la cualificación profesional de los padres mejor es la puntuación media que logran los hijos. Las notas medias más altas corresponden a los alumnos cuyos padres están trabajando en profesiones de cuello blanco altamente cualificadas. Por el contrario, los hijos de trabajadores de cuello azul poco cualificados obtienen los peores resultados. La diferencia entre ambos tipos de cualificaciones llega a sobrepasar incluso los 60 puntos.

Este hecho se produce también en el caso de las madres, ya que a mayor cualificación, mejores son los resultados académicos de los hijos. En este sentido, las notas de los alumnos cuyas madres son legisladoras o altas funcionarias son excepcionalmente altas (en este caso, la diferencia entre las madres de cuello blanco altamente cualificadas y las de cuello azul con cualificación media alcanza los 70 puntos).

En España también se produce la misma correspondencia, aunque las diferencias de puntuación entre los alumnos cuyos padres son empleados de cuello blanco y aquellos que son hijos de trabajadores de cuello azul son algo menores que a nivel mundial, especialmente en el caso de los padres (la diferencia en el caso de España es de 49 puntos, frente a los 61 a nivel mundial).

Un buen lugar de estudio
El estudio de GAD3 también analiza la influencia que un buen lugar de estudio tiene en los resultados escolares. En este sentido, los alumnos que disponen en su hogar de mesa, habitación propia y de un lugar específico para estudiar obtienen mejores calificaciones en todas las materias que aquellos estudiantes que carecen de un espacio adecuado. La diferencia se hace especialmente intensa en el caso de disponer de pupitre o escritorio en casa, ya que alcanza los 70 puntos. Con respecto al lugar de estudio, la diferencia llega a los 45 puntos, mientras que tener una habitación propia resulta lo menos influyente, con diferencias de hasta 39 puntos.

Además, según el informe realizado por la consultora, las chicas aprovechan mejor que los chicos todos los elementos de estudio que hay en el hogar (mesa, habitación y lugar). De esta forma, de entre todos los alumnos examinados que disponen de lugares específicos de estudio en sus casas, las chicas sacan notas más altas que los chicos, y en todas las materias. Las diferencias son de seis puntos en el caso de tener escritorio o pupitre, nueve si se dispone de habitación propia y siete si se tiene lugar específico para estudiar.

Con respecto a la influencia de los padres, en el último número de la revista Psicothema también se publica una investigación que demuestra cómo los niños que viven en un entorno intelectualmente estimulante, con padres que interactúan con ellos, adquieren después mejores habilidades verbales, matemáticas y de razonamiento. Y esto se logra cuando los padres tienen un alto nivel educativo y profesional, dedican una mayor atención a sus pequeños e interactúan con ellos, lo que hace que los niños aprendan más estrategias para solucionar problemas y desenvolverse en la vida cotidiana.

Para el estudio, realizado por un equipo de investigadores españoles, se ha evaluado a 2.162 adolescentes de entre 13 y 18 años a través de pruebas de inteligencia para medir sus habilidades verbales, numéricas y de razonamiento. Asimismo se ha analizado el nivel educativo y profesional de los padres. Ruth Castillo, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga, es la autora principal de la investigación que ha contado con la participación de expertos del Instituto Karolinska de Estocolmo, el CSIC y la Universidad de Zaragoza.

Tener un buen cargo
En sus conclusiones la investigación demuestra que la probabilidad de que un joven con padres de alto nivel educativo tenga un buen desarrollo cognitivo es casi 1,7 veces superior al de aquellos con padres de bajo nivel formativo. Esta proporción se incrementa entre 1,8 y 2,4 veces si los padres de ese joven tienen un nivel profesional elevado, es decir, un buen cargo. Estas habilidades de conocimiento, según el estudio, se hacen evidentes en la mejora del lenguaje y de la capacidad de memoria de los jóvenes.

En relación con el tipo de colegio, el informe revela que “la probabilidad de tener mayor capacidad intelectual es 1,5 veces mayor en los alumnos que asisten a centros privados en comparación con los que se acuden a los públicos”. De hecho, en general, el estudio demuestra que los factores socioeconómicos tienen una influencia sobre el desarrollo cerebral, sobre todo en el lenguaje y en la memoria. En definitiva, el informe publicado en Psicothema confirma el papel que desempeñan los padres en la creación de un entorno intelectual estimulante en el hogar, y su gran influencia en el desa-rrollo cognitivo de los hijos.

En la misma dirección apunta el informe de 2009 titulado Sistema educativo y capital humano, realizado por el Consejo Económico y Social (CES). Aquí se resalta el papel fundamental que pueden desempeñar los padres en el itinerario educativo de los hijos desde las edades más tempranas, estimulando su aptitud para el aprendizaje y fomentando el hábito de la lectura, educando en valores y especialmente inculcándoles el valor de la Educación, proporcionándoles un entorno de condiciones adecuadas para el estudio o apoyándoles en la realización de las tareas extraescolares.

El papel de la madre
Este informe del CES establece como elementos más influyentes el número de libros en el hogar y el nivel de formación de los padres, y más concretamente el alcanzado por las madres. Para el CES “esto viene a explicar los resultados de España, dado el conocido retraso educativo de su población, que se constata además en PISA al comparar el nivel educativo de las madres de los alumnos españoles participantes con el promedio de la OCDE”.

El estudio constata que “hay un elevado porcentaje de madres con estudios primarios o secundarios obligatorios (42% frente a un 19% en la OCDE), y, en cambio, porcentajes reducidos de las que tienen estudios secundarios postobligatorios (26% frente a 42% en la OCDE) y estudios superiores (24% frente a 35% en la OCDE)”. Según el CES “el nivel educativo de las familias es el que, en términos generales, también vendría a explicar los diferentes resultados obtenidos por las comunidades autónomas”.

Ahora bien, el informe advierte de que “no todas las familias tienen, por razones culturales y socioeconómicas, las mismas expectativas o las mismas condiciones para garantizar ese apoyo”. De ahí que considere necesarias “iniciativas de los poderes públicos de sensibilización y de respaldo a la formación y a la participación de los padres para permitirles asumir un papel de complemento muchas veces imprescindible en los resultados educativos de los hijos y en la prevención y evitación del fracaso escolar”.

El último informe del Consejo Escolar del Estado también trata este tema y lamenta que “algunas familias con dificultades económicas o las que no reconocen el valor de la Educación pueden animar a sus hijos al abandono escolar temprano”. Sin embargo, también destaca que “en algunas culturas, las familias con bajo nivel socio-económico son más ambiciosas en el nivel educativo de sus hijos que las de nivel socio-económico más alto”.

En cualquier caso, el CES aconseja que “las Administraciones proporcionen recursos humanos y materiales para dar este apoyo a los alumnos en el horario extraescolar, especialmente en las situaciones más evidentes de potencial fracaso y de carencias familiares por razones de desestructuración, exclusión social, etc”.

CÓMO ACTÚA EL ÍNDICE SOCIAL, ECONÓMICO Y CULTURAL (ISEC)

  • Para explicar la influencia del contexto social y familiar en los resultados que obtuvieron los alumnos en la Evaluación General de Diagnóstico (EGD) del pasado año, el Instituto de Evaluación elaboró un índice estadístico de estatus social, económico y cultural (ISEC), calculado a partir de cuatro componentes: el nivel más alto de estudios de los padres, la profesión más alta de los padres, el número de libros en el domicilio familiar y el nivel de recursos domésticos.
  • En el informe observamos cómo se produce una diferencia muy notable entre los niveles educativos de los padres, llegando a alcanzar los 70 y 80 puntos de diferencia entre los niveles extremos de la variable.
  • En la EGD también vemos cómo la variable “ocupación de los padres” tiene un comportamiento similar a la de “nivel de estudios de los padres”. No se producen diferencias apreciables en las distintas competencias dentro de cada uno de los niveles de ocupación, mientras que existen diferencias de más de 60 puntos entre los niveles extremos de ocupación.
  • En la muestra utilizada en la EGD se constata que en el 51,2% de los casos la madre y el padre tenían el mismo nivel de estudios, en el 25,1% el nivel de estudios más alto correspondía a la madre y en el 23,7%, al padre.
  • El informe también explica las diferencias entre el alumnado de la Pública y la Privada a través de la influencia del ISEC de sus familias. En la Competencia en comunicación lingüística, por ejemplo, la diferencia de 47 puntos a favor de los centros privados se reduce a 27 al detraer el efecto del nivel socioeconómico y cultural de las familias de los estudiantes y a 15 puntos cuando se detrae adicionalmente el efecto del nivel socioeconómico y cultural acumulado. La misma tendencia se observa en el resto de las competencias evaluadas.
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