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Ejemplo de que el esfuerzo tiene premio

Desde que era pequeño el teatro siempre me llamó mucho la atención y esa fue la razón principal por la que decidí entrar a formar parte del grupo de artes escénicas de mi instituto, el IES “Emilio Ferrari” de Valladolid, hace ahora cuatro años.

Miércoles, 5 de octubre de 2011
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Además, el grupo llamado Haiku era famoso en todo el centro por haber ganado premios de diversa índole, por lo que el listón estaba muy alto y eso suponía un verdadero reto para mí y el resto de los nuevos integrantes.

Durante los tres años siguientes y bajo la dirección de Alejandro Espeso, cosechamos algunos éxitos, ninguno demasiado importante, incluso nos animamos a hacer un musical. En mi última etapa dentro del grupo, éste quedó reducido a tres chicos y tres chicas. Nos conocíamos perfectamente y nuestra complicidad sobre el escenario era total: el ambiente parecía propicio para que, por fin, todo nuestro esfuerzo y trabajo de años anteriores se viera recompensado con algún reconocimiento importante.

Empezamos con la obra Imagina, de José Ramón Fernández, Yolanda Pallín y Javier G. Yagüe, en la que encarnábamos a seis chicos de nuestra edad que se veían obligados a lidiar con los múltiples cambios políticos e ideológicos de la España de comienzos de los años 70. Con poco más apoyo que un banco de madera sobre el escenario plasmábamos los sueños y anhelos de nuestros personajes, muchas veces cohibidos por la represión y la tensión propias del final de la dictadura franquista.

Todas las esperanzas que habíamos depositado en la obra se desvanecieron cuando nos quedamos fuera de los tres primeros puestos en el Certamen Escolar de Teatro que se celebra en Valladolid a nivel provincial, en el que participábamos todos los años. Pero lejos de venirnos abajo, apostamos, con el respaldo de nuestro director, por inscribirnos en la VIII Edición de los Premios Buero de Teatro Joven, un concurso a nivel nacional respaldado por la Fundación Coca- Cola, en el que participan cada año mas de 250 grupos de artes escénicas como el nuestro.

Grabamos en formato audiovisual la obra Imagina y lo mandamos al concurso, conscientes de lo difícil que era pasar la primera fase y coronarnos como campeones de Castilla y León. Pero el que la sigue, la consigue y el tiempo acabó dándonos la razón; no solo ganamos la fase autonómica, sino que, un mes más tarde de actuar en Valladolid con motivo de nuestro triunfo, recibimos una llamada en la que se nos comunicaba que habíamos sido elegidos uno de los cuatro finalistas de los Premios Buero a nivel estatal.

La experiencia en Madrid
Esta buena noticia no solo significaba una recompensa a tantos momentos de esfuerzo, sino la oportunidad de actuar en el Teatro María Guerrero de Madrid y de convivir con el resto de los grupos finalistas –el Navarro Villoslada de Pamplona, el Oscar Martín de Elche y el Teatre de Ponnent Jove de Barcelona–.

Y así fue como, llenos de ilusión, viajamos a la capital para disfrutar de nuestro premio. Será muy difícil olvidar todos los momentos que vivimos durante aquella semana mágica: la primera vez que entramos en el teatro María Guerrero, los aplausos al término de la obra, la gente que conocimos y, por supuesto, la gala de la entrega de premios, donde nadie nos pudo borrar la sonrisa de la cara, ni siquiera cuando supimos que no nos llevaríamos el galardón. Eso era secundario, sabíamos que lo que habíamos conseguido estaba al alcance de muy pocos y que teníamos que estar orgullosos por habernos plantado en el escenario del María Guerrero vestidos de negro y gris, y con la única ayuda escénica de un banco donde meditar.

A día de hoy, después de nuestro periplo por Madrid, puedo decir a todos aquellos que no hayan imaginado, que si quieren, todavía están a tiempo. Solo tienen que sentarse en un banco y dejar correr su imaginación… nosotros, sin duda alguna, lo volveremos a hacer muy pronto… y espero que no os lo perdáis.

Certamen Buero Teatro Joven
Este concurso ha alcanzado su octava edición en el curso académico 2010-11. Se dirige a grupos de teatro formados por jóvenes que quieran presentar sus propuestas en escena, optar a ser el mejor montaje de su comunidad autónoma y llegar a la fase final en la que se elige a los cuatro mejores representaciones que se escenifican en un prestigioso teatro de Madrid. Un jurado determinará quién se hace con el galardón del certamen de entre esos cuatro finalistas.

Hay cuatro comunidades autónomas en las que este concurso se presenta con denominaciones propias pero con las mismas bases que en el resto de territorios de España. Así, en Cataluña toma el nombre de Premi Ovidi, en Aragón el de Premio Hermanos Argensola, en Canarias se les conoce como Premio Pedro García Cabrera, y en Baleares como Premi Jaume Vidal Alcover.

Existen dos categorías de participación: la escolar para grupos pertenecientes a centros de enseñanza públicos o privados, cuyos integrantes cursen estudios de 2º ciclo de ESO, Bachillerato o Formación Profesional. Y la no escolar que permite concursar a equipos de teatro aficionados pertenecientes a centros y asociaciones culturales, compañías teatrales independientes, etc. En ambas modalidades los participantes deben tener entre 14 y 21 años.

César González
Alumno de 2º de Bachillerato en el IES “Emilio Ferrari” de Valladolid

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