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Talleres cercanos a la vida cotidiana para conectar y motivar a los alumnos

Cuando convives a la vez que trabajas con niños y niñas en un centro de compensatoria tu labor se convierte en mucho más de lo que el grueso de la sociedad entiende que un maestro o maestra debe hacer en una escuela.
Martes, 15 de noviembre de 2011
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Gracias a los talleres los alumnos interiorizaron valores. (Foto: CEIP Severo Ochoa)

Lo que muchas veces escapa al razonamiento del que ve al profesorado como un mero asalariado del estado, es que además de enseñar y educar nosotros tenemos que encauzar vidas, alimentar esperanzas, socializar a los marginados, preocuparnos por los que nadie se preocupa, dar cariño a los que no lo tienen… En nuestro centro nos damos cuenta de que hay personas en nuestro país que lo pasan mal a un nivel tan profundo y básico que asusta. Hay un tercer mundo en nuestro país. Lo sabemos, pero no lo interiorizamos. No lo sentimos porque no convivimos con los problemas reales de esas personas. No actuamos porque lo que sabemos es lo que nos muestra el noticiero.

Desde nuestra posición de maestros observamos y sufrimos en primera línea lo que es el abandono, la marginación, la delincuencia, la pobreza, la drogadicción, los malos tratos y la desestructuración familiar. Lo vemos día a día en personitas que están empezando a vivir y que no saben que hay otro mundo diferente al que viven. La mayoría de las veces llegan al centro sin saber que allí pueden aprender que ellos se merecen otra vida: la que la sociedad actual, pasota y despreocupada les niega; la que les puede hacer salir de la marginación. Nuestra misión es, por tanto, bastante más compleja y laboriosa que enseñar y educar.

Por todo esto surgió en el Colegio “Severo Ochoa” de Málaga la necesidad de trabajar de una forma diferente. Los maestros creímos que debíamos volcar nuestros esfuerzos en motivar a nuestro alumnado con actividades más atractivas para ellos que las puramente académicas. Por ello, la base de nuestro proyecto educativo está planteada a través de talleres. Con ellos se consigue fomentar el vínculo entre la actividad directa y la construcción de los conocimientos. Por otro lado, el trabajo lúdico de los talleres implica y requiere una formación constante de los miembros que componen nuestro centro, así como un trabajo de coordinación y unión entre todos.

Con los talleres pretendemos conectar con el alumnado desde un aprendizaje lo más práctico posible y con actividades cercanas a su vida cotidiana. Si conectamos con el alumno podremos motivarlo hacia la cultura, el conocimiento y el trabajo, entendiendo estos conceptos como básicos en su futura vida de adulto, ya que van a perfilar su personalidad. Para conseguirlo hay que luchar contra la lacra del absentismo trabajando con las familias y propiciando actividades atractivas cuyos frutos sean más visibles que los meros logros académicos, a los que no les dan importancia alguna. Consiguiendo acabar con el absentismo lograremos avanzar en temas como la salud, la higiene, la pautas sociales y ciudadanas, la responsabilidad familiar y social, la prevención contra la drogadicción y, en definitiva, la necesidad de salir de la marginación.

Los talleres que pusimos en marcha el curso pasado fueron los siguentes:

  • Jardinería: para conseguir interiorizar actitudes de empatía, respeto y diálogo en situaciones de trabajo en grupo al aire libre, logrando así una mejoría en las conductas disruptivas y sociales con nuestros iguales. Acondicionamos los jardines del centro, podamos, y aprendimos sobre los diferentes tipos de plantas, sus cuidados y su mantenimiento.
  • Cerámica: para que logren tener confianza en sí mismos y espíritu de superación tratando de que se esfuercen por hacer el trabajo lo mejor posible. Elaboramos piezas a lo largo del año haciendo un repaso de las diferentes épocas de la historia de Málaga y de España. El taller concluyó con una exposición a final de curso.
  • Manualidades: consiguiendo adquirir la conciencia propia y aplicar un conjunto de valores y actitudes personales relacionados entre sí como responsabilidad, perseverancia, conocimiento de sí mismo, autoestima, creatividad, autocrítica, control emocional, y la capacidad de elegir, de afrontar los problemas, de aprender de los errores y de asumir riesgos. Pintamos murales, rejas y patios, rehabilitamos diferentes muebles y elementos de las aulas. También elaboramos decorados y disfraces.
  • Cocina: con este taller pretendemos conseguir una interiorización de hábitos saludables en lo referente a higiene y alimentación, entendiendo la importancia de valorarnos y de cuidar nuestro cuerpo ante amenazas como las drogas. Hicimos un trabajo de selección de recetas –andaluzas, de España y del mundo–, elección de ingredientes, lista de la compra, presupuesto de la compra, actividades de uso del dinero, etc. Luego cocinamos los platos elegidos sin diferenciación de tareas por sexo. Por último, degustamos todos los platos.
  • Cuentacuentos: para adquirir confianza en sí mismo y gusto por aprender, sabiendo escuchar a los demás y hablando con respeto y corrección. Realizamos un cuentacuentos cada semana con actividades de introducción, desarrollo y refuerzo de los conceptos trabajados en él. A final de curso se representó el cuento que más gustó al alumnado en el salón de actos.
  • Teatro: llegando a interiorizar valores ciudadanos y democráticos que les permitan conocer sus derechos y obligaciones. A lo largo del curso realizamos numerosos espectáculos.

Podemos afirmar con gran ilusión que, salvo excepciones de familias muy desestructuradas y socialmente muy deprimidas, el resultado ha sido muy positivo. Todo este trabajo, esta lucha en algunos momentos, ha conseguido que bajen los índices de absentismo, que el clima de convivencia mejore, que la relación familia-escuela empiece a ser más fluida, y que se valore que la Educación y la escuela son las mejores maneras de conseguir nuestras metas. Cada vez son menos los alumnos que faltan a clase y están empezando a sentir que las faltas tienen que ser justificadas con razones de peso. Los padres y madres asisten al centro a ver la evolución de sus hijos y ven en los maestros a personas que están trabajando muy duro para que sus hijos tengan un futuro lo más esperanzador posible. Creemos que la motivación conseguida en el trabajo por talleres les ha hecho ver que la escuela es un lugar donde se aprende a la vez que se divierten, que son capaces de conseguir objetivos con su esfuerzo y su tesón, que pueden interactuar de forma correcta con sus iguales sin necesidad de imponer su criterio por la fuerza, y que la satisfacción que se siente cuando se realiza un trabajo en grupo resulta tremendamente emotiva y estimulante.

El centro ha sido uno de los finalistas del Premio a la Acción Magistral
Los resultados tan positivos obtenidos en el “Severo Ochoa” con los talleres fueron los que nos hicieron presentarnos al Premio a la Acción Magistral 2011. Necesitamos más recursos para seguir luchando por estos niños y la compensación económica –9.000euros para el centro y 9.000 para el profesorado implicado– sería una gran ayuda para que nuestros proyectos tengan un mayor calado en las familias con las que trabajamos. Los maestros que participamos en esta iniciativa –la totalidad del claustro– teníamos la intención de donar los 9.000 euros, que nos corresponde-rían a título personal en caso de ser elegidos ganadores del premio, para financiar los talleres y de esa forma poder afrontar los gastos que conllevan en cuanto a materiales y a adecuación de espacios se refiere.

Desde aquí queremos mostrar nuestro agradecimiento a todos los implicados en la coordinación de este premio que valora el trabajo del profesorado en España. Nos sentimos muy halagados de haber llegado tan lejos siendo un colegio tan humilde. El reconocimiento de haber sido nominados como finalistas nos infunde ánimo y motivación para seguir luchando por nuestros alumnos.

Bruno Gámez y Maribel Galacho
CEIP “Severo Ochoa” de Málaga

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