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Doctores Sonrisa: protagonistas de la humanización del hospital

El proceso de humanización de los hospitales es un objetivo que ha cobrado mucha importancia en los últimos años.

Mai MonteroMartes, 27 de marzo de 2012
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Entre los centros que intentan alcanzar esta meta se encuentra el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid. Para lograr que el paso de los niños por el hospital no sea tan traumático, el Niño Jesús cuenta con numerosas actividades para distraerlos, como visitas de voluntarios, salas especializadas, biblioteca, espectáculos de guiñoles, etc. Entre las asociaciones que se esfuerzan por amenizar esta estancia destaca la Fundación Theodora, que se encarga de visitar una vez a la semana a los niños ingresados.

La Fundación Theodora, que nació en 1993 y desarrolla su actividad en países como Suiza, Bielorrusia, Inglaterra, Hong Kong, Italia, Turquía, Francia y España, lleva trabajando en nuestro país desde el año 2000 y, actualmente, cuenta con 26 Doctores Sonrisa, los cuales visitan con asiduidad 20 hospitales de diferentes comunidades autónomas. Los Doctores Sonrisa son artistas hospitalarios que realizan su trabajo de forma retribuida. El proceso de su formación está dividido en teoría y práctica, durando esta última parte un año. Dentro de este periodo de formación se dedica una especial atención a conocer el protocolo de higiene que se lleva a cabo en un hospital. “No puedes entrar a una habitación con una enfermedad infecciosa y después visitar a un niño que va a ser operado o que se encuentra en la planta de oncología. Por eso existe un programa de planta para los niños hospitalizados y un programa de acompañamiento quirúrgico en el que acompañamos al niño y a su familia durante todo este proceso”, comenta Carmen o doctora Zepi, cuando dedica su tiempo a ejercer de Doctora Sonrisa.

Carmen, Yolanda y Carol son tres de los 20 Doctores Sonrisa que visitan los diferentes hospitales de España. La primera de ellas ejerció como profesora de EGB durante 13 años y siempre intenta inculcar valores educativos en sus visitas. Ellas son las encargadas de acudir los miércoles al Hospital Niño Jesús. También visitan el madrileño Gregorio Marañón para amenizar la estancia de los pequeños y evitar que para ellos sea una experiencia traumática. “Los niños son siempre niños y aunque hay algunos que están más afectados y a lo mejor no les apetece verte, en general cuando te ven es como si recibiesen una bocanada de aire fresco. Nosotras no hacemos un show, partimos de una improvisación y de un trato diferente en función de las circunstancias de cada paciente. Nuestra habilidad es saber llegar a él sin forzar, y no importa el tiempo, que suele oscilar entre 10 y 15 minutos cada visita, sino la calidad de estas”, explica Carmen.

Estas tres Doctoras Sonrisa se dividen entre el programa de planta y el programa de acompañamiento quirúrgico para cumplir las medidas de higiene estipuladas. Así lo relata Yolanda: “Normalmente siempre estamos rotando. Debemos cumplir a rajatabla las normas de higiene para que los niños que se encuentran más bajitos de defensas no se vean afectados”. El programa de acompañamiento quirúrgico de los Doctores Sonrisa tiene un grado de implicación mayor, ya que pasan mucho más tiempo con el niño y con sus familias. “Nuestro objetivo es normalizar este momento, ya que un médico, aunque tenga un trato amable y tranquilizador con el paciente, no puede dedicar tanto tiempo como nosotras”, afirma Carmen. Para Carol lo más reconfortante de este trabajo es vivir esta experiencia en primera persona, “la humanización del hospital no sólo ayuda a los pacientes, también a los padres y a nosotras mismas. Compartes mucho con ellos”.

Durante el tiempo que han durado estas preguntas, Carmen se ha estado vistiendo y maquillando para visitar a Daniel, un niño de 5 años recién operado, que espera junto a su madre, África, la visita de la Doctora Zepi. Cuando Carmen hace su aparición con su bata de colores, sus zapatos gigantes y sus juguetes, una sonrisa se dibuja en la cara de Daniel iluminándola.

La Fundación Aladina trabaja con adolescentes que padecen cáncer
La Fundación Aladina se compone de voluntarios, de todas las edades, que visitan el Hospital Gregorio Marañón y el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid para entretener a los adolescentes que se encuentran hospitalizados y proporcionarles un espacio propio en el que desconecten de la realidad que los rodea.

En el caso del Hospital Niño Jesús, la Fundación Aladina dispone de una sala donde los jóvenes, desde los 12 años, dedican su tiempo a realizar talleres educativos, jugar a videojuegos, ver películas y hablar de su experiencia diaria. La sala se abre de lunes a viernes de 16’00 a 20’00 de la tarde. El objetivo de esta iniciativa según Lorena y Valeria, coordinadoras de estas actividades y miembros de la fundación, es “que se olviden de lo que les ocurre y disfruten. Nuestro propósito es que su estancia sea lo más parecido posible a estar en casa, sin olvidar las importantes normas de higiene”. Los adolescentes disponen además de conexión a internet para que puedan comunicarse con el exterior, ya que algunos pertenecen a otras comunidades autónomas o incluso a otros países.

Otra de las actividades que desarrolla con éxito la Fundación Aladina0 es el tratamiento de Reiki para relajar y mejorar el estado de ánimo no sólo de los pacientes, sino también de los padres y del personal sanitario de los hospitales.

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