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Educando a alumnos, docentes e instituciones

El instituto forma para que las personas conozcan sus derechos, sepan defenderlos y respeten los de los demás.

Estrella MartínezMartes, 10 de abril de 2012
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“La apuesta fue y sigue siendo por una escuela democrática que eduque en y para la democracia, cuyo eje transversal sean los derechos humanos. Una escuela donde los niños aprendan a conocer sus derechos, a defenderlos y a respetar los derechos de los demás”, dicen orgullosos desde el Instituto Peruano de Educación en Derechos Humanos y la Paz, una asociación educativa sin ánimo de lucro.
El trabajo del instituto está orientado a contribuir a la construcción de una cultura de paz, con equidad y justicia en Perú. Para conseguirlo, sus miembros enfocan su labor en docentes, líderes sociales, población indígena, niños, jóvenes, mujeres, miembros de las fuerzas armadas y policiales, así como en otros servidores públicos del país. Sus armas son un conjunto de propuestas metodológicas, participativas e innovadoras, que se sirven de unos materiales apropiados para unos destinatarios tan variados. Estos materiales incluyen guías, cuadernillos, cartillas, juegos, libros, vídeos, etc. Todo ello se puede consultar en la web www.ipedehp.org.pe.
El instituto se encuentra posicionado en el espacio público, “asumiendo un liderazgo convocante y articulador con capacidad de propuesta e incidencia en los temas de su competencia”, comentan desde la organización. Efectivamente, el instituto trabaja para que sus aportaciones sean tenidas en cuenta en el diseño de las políticas públicas con el fin de conseguir un fortalecimiento de la sociedad civil y de las instituciones. Y es que tan importante es poner en marcha procesos educativos “orientados a desarrollar las capacidades de las personas”, dicen desde el instituto, como “destinados al desarrollo de las organizaciones”. He aquí donde radica la importancia de los procesos de desarrollo y gestión institucional que han puesto y siguen poniendo en marcha desde la asociación.
El camino elegido para conseguir estos retos pasa por la formación de todos y, especialmente, de profesores y alumnos. Es el pilar fundamental ya que “nuestra propuesta educativa contribuye al desarrollo integral de la persona como sujeto con derechos y responsabilidades”, explican. Gracias a este desarrollo de la persona, basado en la promoción de la reflexión crítica, “se pueden fortalecer las capacidades de la sociedad civil, pues la escuela constituye un ámbito privilegiado de interacción social”.
Con esta máxima de educar a todos como estandarte, la asociación hace especial hincapié en los sectores más vulnerables. Dentro de todos los proyectos que tiene el instituto llama la atención el llamado Promoción del acceso y permanencia de las niñas en la Educación Primaria en zonas rurales del Cusco.
En el departamento de Quispicanchi (Cusco) el 75’3% de la población es pobre. La pobreza extrema afeca al 51’3% de una población donde más del 53% de sus habitantes no sabe ni leer ni escribir. Las mujeres son quienes más sufren las consecuencias de esta situación, que queda especialmente reflejada en el acceso a la Educación. “Estas mujeres nos decían que no querían ser mujeres porque se sufría mucho”, explica Rosa Mª Mujica, del instituto peruano. Este proyecto de escuelas rurales comenzó en 2008 y, desde entonces, las niñas que han superado el sexto grado han pasado de ser el 39% de los estudiantes al 50%.
La ONG Entreculturas incluyó este programa en su informe Las niñas a clase. Una cuestión de justicia, que analiza la situación de las mujeres y las menores en la Educación, además de ofrecer una serie de propuestas para gobiernos y organismos internacionales. Desde Entreculturas afirman que “la Educación juega un papel fundamental, pues puede perpetuar la desigualdad o ser una importante herramienta de cambio”. Este informe de la organización jesuita recoge el testigo del instituto peruano. “Queremos promover la igualdad educativa para niños y niñas, mejorando las capacidades pedagógicas de los profesores, educando a las familias rurales en equidad de género y derechos humanos”, explica Gemma López Poveda de Entreculturas. Una línea que el programa peruano marca con talleres para docentes y familias, trabajo en el aula, elaboración de material y actividades de difusión. “Todo para incrementar la conciencia de profesores y familiares sobre la importancia de que las niñas vayan a la escuela y finalicen, cuando menos, Primaria”, concluyen desde el instituto.

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