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La reforma de Educación para la Ciudadanía modifica el contenido pero no la estructura de la asignatura

Sara MartínMartes, 19 de junio de 2012
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La asociación Profesionales por la Ética ha publicado el informe La Nueva Educación para la Ciudadanía del PP, en cuyas páginas analiza los nuevos cambios legislativos planteados por el gobierno en la asignatura Educación para la Ciudadanía y critica que “pese a las modificaciones, la asignatura mantiene intactos su propósito y estructura para formar la conciencia moral de los alumnos”. El nuevo proyecto, presentado por el ministro de Educación José Ignacio Wert, pretende cambiar algunos de los objetivos y contenidos recogidos en los reales decretos 1513/2006 de 7 de diciembre y 1631/2006 de 29 de diciembre para Educación Primaria y Secundaria respectivamente. Además, la materia pasaría a llamarse Educación Cívica y Constitucional, una asignatura que –según Wert– estaría libre de “temas controvertidos” y de “adoctrinamiento ideológico”, algo que dudan grupos como la Asociación de Profesionales por la Ética, sindicatos, grupos políticos de oposición y asociaciones de padres.

Estructura intacta
El filósofo y coordinador del informe de Profesionales por la Ética que analiza el borrador de Wert, Mariano Bailly-Bailliére, afirma que “Educación para la Ciudadanía mantiene intacta su estructura para formar desde la administración de turno la conciencia moral de los niños”, cuya consecuencia directa es la modificación de las conductas de los alumnos. Para este filósofo, la nueva propuesta del PP reconoce la “moral de Estado obligatoria” y los nuevos cambios imponen “criterios morales controvertidos” sobre temas como la sexualidad o el aborto, interfiriendo en el derecho de los padres a educar libremente a sus hijos. La asociación de Profesionales por la Ética también recoge en su informe que esta asignatura sigue introduciéndose en “los valores de los alumnos y sus familias”, además de invadir su intimidad personal y familiar al establecer la evaluación de actitudes y comportamientos de los alumnos, tratando contenidos como “la Educación afectivo-emocional”, “la condición humana” y “la construcción de la conciencia moral”, aspectos que, según la asociación, se abordan “desde el relativismo”.

María Menéndez, portavoz de la plataforma Madrid Educa en Libertad –en la que participan numerosos padres– afirma que a pesar de las promesas electorales, “la asignatura no ha desaparecido”. Al margen de cuestiones ideológicas y de derechos, la portavoz señala que “los contenidos que quieren establecer ahora ya se abordan directamente en los colegios” sin necesidad de una asignatura específica, algo en lo que también se encuentra de acuerdo Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética: “en un currículo donde hay saturación de contenidos y demasiadas asignaturas, con un fracaso escolar tan preocupante, esta asignatura sobra, ya que genera más problemas que los que pretende solucionar”, una solución que comparte el Foro de la Familia.

Madrid Educa en Libertad y la asociación Profesionales por la Ética –entre otros– apuestan por “tener presente los objetivos europeos en el programa del resto de asignaturas” realizándose de manera trasversal en otras materias como, por ejemplo, Ética o Filosofía.

Por otro lado, la portavoz de Madrid Educa en Libertad, recuerda la situación en la que se encuentran las familias que objetaron la asignatura desde la promulgación de los reales decretos de 2006. “El Ministerio no ha resuelto el problema de los objetores a EpC, mientras que a muchos alumnos se les ha suspendido e incluso obligado a repetir curso por ser objetores”. Hasta el momento se han presentado 55.000 objeciones a la asignatura por parte de padres de alumnos y hasta Estrasburgo han llegado ya 400 demandas que alegan la vulneración de derechos fundamentales. Mientras, los tribunales españoles han comenzado a emitir sentencias en las que condenan la “intensa carga ideológica”de EpC, como es el caso del Tribunal de Justicia de Castilla y León.“Los padres seguiremos oponiéndonos a esta nueva asignatura mientras mantenga su carácter adoctrinador”, finaliza María Menéndez.

Jaime Urcelay, presidente de la asociación Profesionales por la Ética advierte sobre el peligro de llevar a la Educación el debate ideológico de los partidos. “Si sale adelante el borrador de Wert se consolidará la disputa de partidos políticos en la escuela”, y además, “futuros gobiernos podrán continuar con la adaptación de la asignatura a su ideología”. Urcelay señala que las recomendaciones europeas para la realización de proyectos de ciudadanía pueden desarrollarse a través de otras alternativas que “respeten la libertad de conciencia y el derecho de los padres a educar moralmente a sus hijos”. El enfoque actual de EpC en nuestro país, “no mejora el sistema educativo sino que acelera su deterioro”, concluyen desde la asociación.

Por su parte, Foro de la Familia, Educación y Persona, la asociación Kyrios, España Educa en Libertad y Unión Familiar Española han elaborado también un análisis “exhaustivo” valorando también el contenido del proyecto y en él, afirman que el nuevo proyecto olvida “el entorno digital en el que se desarrollan los contenidos, habilidades y criterios de evaluación” de la asignatura. “La formación de la Educación para la Ciudadanía en materia de nuevas tecnologías debería girar en torno a cuatro ejes: identidad, responsabilidad, privacidad y seguridad”, reconoce Cristina Ripoll, portavoz de Kyrios. Las herramientas digitales “tienen mucho que ver con la socialización”, finaliza Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia.

–Una iniciativa del Consejo de Europa para la Ciudadanía

  • El proyecto de Educación para la Ciudadanía es una alternativa formativa de caracter cívico que impulsó el Consejo de Europa en la Recomendación 12/2002 y que ya se ha aplicado en otros países de la Unión Europea aunque sin el carácter evaluable y obligatorio en las tres enseñanzas –Primaria, Secundaria y Bachillerato– regulado en España. El objetivo principal es la consecución de “una unión más estrecha entre los miembros europeos”. Esta declaración, junto con el programa sobre la Educación para la Ciudadanía democrática, fueron adoptados por el comité de ministros reunidos en Budapest en 1999, basándose en “los derechos y responsabilidades del ciudadano”.
  • “Europa comparte desde hace algunos años la preocupación acerca de los jóvenes que se socializan en el continente y que deben integrarse en los parámetros básicos de la Unión”, afirma Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia.
  • Según el último informe de la Comisión Europea, La Educación para la Ciudadanía en Europa que ha elaborado Eurydice –Red de Información sobre Educación en Europa–, actualmente todos los países miembros de la UE han integrado la Educación para la Ciudadanía –con enfoques distintos– en sus planes de estudio para Primaria y Secundaria –España también la incluye en 1º de Bachillerato–. Sin embargo, tan solo Inglaterra y Eslovaquia han puesto en marcha proyectos de formación para los docentes encargados de impartir la asignatura en los centros y participar en los programas. Benigno Blanco sostiene que a pesar de que se puedan encontrar ciertas similitudes, “lo que no hay en ningún país europeo es una asignatura con la carga ideológica que tenemos en España desde 2006”.
  • En España la asignatura Educación para la Ciudadanía es obligatoria y evaluable, lo que implica que algunos alumnos objetores de conciencia no hayan podido adquirir el graduado tras finalizar 4º de la ESO.
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