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El increíble relato de los exámenes de inglés de Cambridge ESOL

Al pensar en un examen es fácil ponerse en la piel del que se examina, pero poca gente lo hace del examinador, del trabajo previo que también realiza y del posterior.

Estrella MartínezMartes, 2 de octubre de 2012
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Por eso resulta difícil de asimilar el viaje a las entrañas de los exámenes de inglés de la Universidad de Cambrigde.
Los creadores del First y compañía trabajan bajo el lema: Los certificados de inglés más valiosos del mundo –afirman que 12.500 universidades y empleadores reconocen sus títulos–. Puede parecer pretencioso, pero tras conocer el proceso de creación y corrección de cada uno de estos exámenes sería injusto no conceder, al menos, el beneficio de la duda a esta máxima. Quien haya hecho alguno de estos exámenes sabrá algo de la seguridad y control: colocación de los pupitres, vigilantes que te acompañan al baño si tienes que salir durante la prueba, etc. Una pequeñísima muestra del rigor y la profesionalidad que los envuelven.
Los exámenes de inglés tienen carácter internacional y pueden presentarse a ellos todas las personas que no tengan este idioma como primera lengua –lo que incluye a los inmigrantes que viven en el Reino Unido–. Su elaboración corre a cargo de 400 trabajadores permanentes que hay en Cambridge y de colaboradores repartidos por el mundo. Todo para que el año pasado cerca de tres millones y medio de personas en 130 países pudieran hacer los exámenes.

Creación y corrección
Michael Milanovic, chief executive de Cambridge ESOL, explica que los exámenes se hacen pensando en una “escala común” para que tengan la “misma dificultad en todos los países del mundo”, una pregunta hecha en un lugar donde el nivel de inglés es muy bueno, puede resultar fácil, sin embargo, la misma pregunta en un país donde el nivel es bajo, puede ser difícil, por lo que esta cuestión no sirve para un examen real.
En primera instancia elaboran centenares de preguntas de examen con las que, posteriormente, realizan los pretest –pruebas de exámenes–. Estos pretest se envían a centros de todo el mundo para que los candidatos –llaman así a las personas que se presentan a sus exámenes– los hagan extraoficialmente. Cuando las pruebas ya hechas llegan a Cambridge –en 2010 recibieron170.000–, no sólo se examinan los resultados, sino que se “analizan otros aspectos que serán los que nos digan exactamente cómo es de difícil cada pregunta”, dice Milanovic, lo que les hará llegar a esa escala común con unos exámenes “precisos y justos”. Una vez hecha la completa calibración de los pretest, Cambridge se queda con las preguntas que son válidas y las incluye en lo que llaman banco. De él sacan todas las cuestiones que aparecen en los distintos exámenes. Para evitar que alguien piense que los candidatos que hacen el pretest tienen ventaja a la hora de hacer el examen real, Cambridge guarda en ese banco las preguntas durante años. De esta manera, un examen de Advanced de diciembre de 2012 nunca se hará con preguntas elaboradas durante este año. Por otro lado, la existencia del banco garantiza que el nivel de dificultad sea el miso en todas las convocatorias, por lo que aquí no vale eso de voy a presentarme ahora a ver si es más fácil que el de la última vez.
Cuando los exámenes reales –se pueden hacer en papel y vía on line– se devuelven a Cambridge, son corregidos por personas y ordenadores. A la correción habitual de un examen se unen unas comprobaciones estadísticas para ver que nadie haya copiado: situación del centro en sí –los resultados obtenidos en otras convocatorias, por ejemplo–, comparación de las respuestas de los candidatos que han estado sentados cerca, etc. Sólo después de este proceso se pone la nota que ha obtenido el candidato. Por último, el personal de Cambridge coge los exámenes evaluados y realiza estadísticas, analiza lo que ha funcionado y lo que no, etc.

La NASA de los exámenes
Quien vea las fotos que acompañan a este texto puede pensar que se trata de un reportaje sobre IKEA. No va desencaminado. En su afan por la seguridad, el control, la excelencia y la ecuanimidad, Cambridge ESOL no sólo cuida la elaboración, realización y corrección de sus exámenes, sino también su traslado. Las imágenes, que parecen sacadas del almacen de la firma sueca están tomadas en el Centro de Distribución DC10. Allí la palabra clave es seguridad. Visitar el lugar implica dejar todos tus objetos personales en la puerta y vestir de una manera determinada. Un sistema de videovigilancia comprueba que ni tú, ni ningún trabajador, pasa más tiempo del previsto en alguna zona. “Aún así, aquí se trabaja muy rápido, no te da tiempo a leer nada”, comenta Stuart McCann, gerente de operaciones, y “todos están concentrados en la seguridad del producto”. Los trabajadores firman también una cláusula que garantiza que nadie de su círculo se presentará a un examen de Cambridge ESOL. Es inevitable, por tanto, sentir que estás visitando la NASA o el Pentágono, pero no, son sólo exámenes, aunque ¡qué exámenes!
En el DC10 empaquetan los exámenes en sobres precintados, los ordenan y etiquetan con un complejo sistema de códigos, los envían a los distintos países, etc. Al año salen de aquí “unos 12 millones de exámenes”, lo que supone un gasto anual de más de siete millones y medio de euros en la compañía de transportes UPS. “Llegamos incluso a lugares remotos de Pakistán o África”, presume McCann, que comparte con el resto de compañeros de Cambridge, con los que pudo hablar este periódico, una gran pasión y orgullo por su trabajo, sea en el departamento que sea. Para todos ellos las pruebas son más que unos simples exámenes.
Ante este panorama, el candidato puede consolarse sabiendo que los que han hecho su examen también ha trabajado muy duro siguiendo un método casi científico.

Curiosidades
Antes llamado Cambridge ESOL Examinations, ahora en pleno proceso de cambio a Cambridge English Examinations. Distinto nombre pero sigue siendo un departamento sin ánimo de lucro perteneciente a esta prestigiosa Universidad británica.
nnSólo en España convocarán en 2013 más de 250 exámenes repartidos en los distintos niveles: KET, PET, KET para Colegios, PET para Colegios, First, First para Colegios, Advanced, Proficiency, BEC P, BEC V, BEC H, ILEC, ICFE y TKT.
Todas las pruebas se alinean con el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas.
El año que viene los exámenes de Cambridge cumplirán 100 años de vida.

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