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Una silla roja por todos los que no pueden ir al cole

“Mi padre trabajaba en las minas de oro hasta que cayó enfermo. Después no teníamos nada y tuvimos que dejar la escuela. Cuando las tropas de Kabila de Catanga ingresaron en nuestra aldea, saquearon todas las cabras y gallinas y nos hicieron cargar bultos pesados."

Estrella MartínezMartes, 9 de octubre de 2012
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«Después de ser saqueado tres veces, yo estaba enojado y me enrolé en el ejército para vengarme, y para huir de los ataques. En el ejército me pagaban 100 dólares al mes y me sentía feliz”, afirma un adolescente de 17 años de la República Democrátiva del Congo.
Este adolescente sin escolarizar es un ejemplo de los 61 millones de niños y niñas de todo el mundo que no acuden a la escuela. Para dar visibilidad a esta realidad, la ONG Entreculturas ha puesto en marcha la campaña La Silla Roja, una iniciativa que busca “concienciar sobre una grave situación, facilitar cauces de recaudación de apoyos de proyectos del Sur e incidir y defender las políticas públicas”, explica Raquel Martín, coordinadora del Área de Sensibilización de Entreculturas. El contenido simbólico de esta campaña reside en la citada silla roja, cuya primera meta es visibilizar esta realidad para poder concienciar sobre la misma. La ONG anima a que todas las aulas españolas –¡lo ideal sería llegar a los 61 millones!– pongan una silla con esta característica durante todo el curso, pero siempre vacía, para recordar durante cada día que hay muchos niños en el mundo que no tienen la suerte de poder ir al colegio.
El Colegio “Menesiano” de Madrid es uno de los centros que ha puesto en marcha esta iniciativa solidaria. Aurora González, profesora del centro, recalca la importancia de que “las instituciones educativas colaboren y respalden causas sociales”, una opinión que entra en conexión directa con el tercer objetivo de esta iniciativa. Entreculturas es una de las organizaciones que está detrás del informe La Ayuda en Educación a Examen 2012, que afirma que la Ayuda Oficial al De-sarrollo se ha reducido a la mitad entre 2008 y 2012. “Esta drástica reducción tiene consecuencias claras en las vidas de las personas y los colectivos más vulnerables: se traduce en escuelas que no se construirán, docentes que no se formarán o niños y, sobre todo, niñas que no podrán acceder a la escuela”, afirman desde la ONG. Para llamar la atención de las instituciones sobre el compromiso que deberían tener con la Educación, Entreculturas anima a firmar una carta –está en la web www.lasillaroja.org–, que enviarán al secretario general de Cooperación Internacional.
Tan importante como el apunte cuantitativo sobre las cosas que no se harán, es el cualitativo, por lo que Entreculturas defiende, no sólo el acceso a la Educación, sino que ésta sea de calidad, “lo que supone asegurar buenos contenidos a través de adecuadas propuestas curriculares, docentes con buena preparación, logros de aprendizaje significativos, procesos de gestión y administración eficientes, y permanencia de estudiantes en la escuela”, añade Valeria Méndez, responsable del Departamento de Estudios e Incidencia de Entreculturas.
Además de tener la silla roja en clase, la ONG pone a disposición de los profesores en su web material didáctico para poder trabajar en los distintos niveles educativos sobre esta silla, que tiene patas y asiento, pero a la que le falta tu “respaldo”, explica el vídeo promocional de la campaña. Entreculturas anima a participar en ella a toda la comunidad educativa.

Trabajo de campo: América y África
La segunda pata de La Silla Roja es facilitar cauces de recaudación de apoyo a proyectos en el Sur, por lo que también incluye una campaña de donaciones para contribuir a la escolarización de los niños de estos lugares. Las donaciones se pueden hacer a través de la propia página web (www.lasillaroja.org) y servirán para cotribuir a proyectos que ya están en marcha como:
-Guatemala, Proyecto Educativo Laboral Puente Belice en las colonias más pobres de la capital, donde uno de los riesgos más graves de la exclusión social es acabar formando parte de las maras, que son unas bandas violentas de crimen organizado. Según la Secretaría General de Planificación guatemalteca hay unos 70.000 chicos en todo el país que forman parte de estas maras.
-Sudán del Sur: este recién creado país tiene uno de los Indicadores de Desarrollo Humano más bajo del planeta. Menos de la mitad de los niños recibe Educación Primaria y el 85% de los adultos son analfabetos.
-Zimbabue: la tasa de desempleo es del 80% y la de inflación es la más alta del mundo, lo cual deja a la mayoría de las familias en la pobreza más absoluta. A esta situación contribuye los miles de desplazados y refugiados que hay en el país.

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