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La Educación expandida: todos aprenden de todos

Espacio Fundación Telefónica ha presentado Educación Expandida, que cuenta con un libro y un documental homónimos que incluyen el desarrollo de esta propuesta.
Estrella MartínezMartes, 6 de noviembre de 2012
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Telefónica respalda esta iniciativa puesta en marcha por las organizaciones Zemos98 y Platoniq en el IES “Antonio Domínguez Ortiz” del trístemente célebre barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas.

En su trabajo Zemos98 defiende que “la Educación puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar”. Así, para desarrollar la Expandida partieron de la premisa de que todo el mundo tiene algo que quiere enseñar y que quiere aprender. Con esta base Platoniq visitó el IES y planteó a un grupo de alumnos la elaboración del Banco Común de Conocimientos (BCC). Los alumnos elegidos se encargaron de explicar a sus comañeros del instituto y a la gente del barrio en qué consistía el proyecto. Todo el mundo –con independencia de si era estudiante, profesor o alguien ajeno al centro– tenía que poner en un pósit lo que quería aprender y en otro lo que es capaz de enseñar. Los alumnos elegidos se encargaron de organizar el BCC con los pósit y de agrupar a las personas, de tal manera que pudieran aprender lo que querían y enseñar a otros lo que sabían. Esto dio pie a peticiones tan curiosas como “que me enseñen a gustar a Jenny”.

Juanjo Muñoz era director en el IES cuando se puso en marcha esta iniciativa en 2009. Se muestra muy crítico y defiende que los docentes tienen mucha culpa en la situación educativa actual porque “se parte de lo que el profesor sabe y no de lo que los alumnos saben. No pasa nada por asumir que somos parte del problema, pero también tenemos parte de la solución”. La expandida es una herramienta que quiere ser parte de la solución con una Educación horizontal, que, en el caso de este IES, ha permitido a unos alumnos enseñar a limpiar el carburador de su moto a una profesora y a otros de sus compañeros, por ejemplo.

Juanjo reconoce que hubo profesores reacios a la iniciativa, “sentían invadidos el espacio en el que son protagonistas y dominadores del cortijo”. A los que sí les encantó la propuesta fue a la mayoría de los alumnos. “Me dio la oportunidad de aportar todo lo que tenía. Aprendí de los demás y ellos de mí. Este proyecto nos empujó a seguir aprendiendo, nos dijo que valíamos”, comenta Jennifer.

Desarrollado el proyecto con éxito, Juanjo plantea para qué sirve entonces un instituto después de una experiencia positiva donde todos aprenden de todos. En su opinón lo que realmente hace falta es que haya “un debate educativo serio mayoritario”.

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