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Expertos en cine y Educación analizan la industria de la animación española

“En España, con presupuestos muy razonables, se pueden hacer buenas películas de animación”, con estas palabras abordó el pasado 27 de febrero, Nicolás Matji, productor de la película Las aventuras de Tadeo Jones, la I Jornada de Animación Infantil y Protección del Menor.

Beatriz YuberoMartes, 5 de marzo de 2013
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El evento, organizado por ATR, Usuarios de Medios de Madrid, abordó el análisis del sector de la animación infantil en España y, para ello contó con la colaboración de expertos como Matji, que considera que es imprescindible una buena promoción e internacionalización del producto que se vende a los niños. En concreto la película Las aventuras de Tadeo Jones ha conseguido facturar 18 millones de euros, con 2,7 millones de espectadores en España y 2,8 en Iberoamérica. El secreto de este éxito se debe, según el productor, a que “teníamos un personaje que caía muy bien”.
Nicolás Matji defendió, por tanto, el papel de la industria de la animación que, como dice, “ofrece un producto que envejece –cinematográficamente– mucho mejor”. Además, Matji fue tajante a la hora de exponer que “la animación es un sector por el que este país tiene que ir, sí o sí”.
Sin embargo, según el productor, “nunca hay dinero”. Por ello es necesario, no sólo apelar a los “pensamientos majaretas para personajes animados”, sino además, es necesario “echarle mucho morro”, según el productor.

Análisis de la industria
Carlos Biem, presidente de Diboos, ve el futuro del sector con optimismo y es que, según Biem, “los niños se están habituando al videojuego que les contesta, les habla y, sobre todo, les enseña”.
Por su parte, Yago Fandiño, responsable de contenidos infantiles de TVE, habló del papel que desempeña el canal Clan respecto a la animación española y de la necesidad de contar, hoy en día, con una televisión pública en la que “no vale sólo con ser educativo, también hay que entretener”. A este respecto Fandiño se refirió a su principal público, los niños, como sus “jefes” y de cómo la televisión, actualmente, intenta solventar los “choques generacionales. Tengo unos jefes que hacen clic, pero además vienen con mochila, y esa mochila son los padres”. Desde su posición en TVE, Fandiño elogió el momento en que se encuentra la animación en España y animó a los profesionales a salir al exterior.
Por su parte, Jesús Vicente, director y académico de U-tad, Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital, destacó el esfuerzo que ha realizado la universidad para elevar el rango académico de esta profesión e insistió en “la necesidad de formar a buenos profesionales”.
Desde el ámbito de la Educación, José María de Moya, director del periódico MAGISTERIO, se mostró partidario de que a los niños se les cuenten historias en las cuales los personajes transmitan valores de un modo natural. “Los valores no se enseñan, se inculcan o transmiten”, señaló Moya, quien también resaltó que “en las series de televisión lo que hay que cuidar son las conductas, los comportamientos”, y recalcó, “hay algo peor que trasladar un mal ejemplo, y es que ese personaje se vista de bueno”. Por ello, José María de Moya insistió en la necesidad de que los medios se hagan de nuevo “un planteamiento de responsabilidad social corporativa”. Los niños, dice el director de MAGISTERIO, “necesitan héroes claros, sentimientos nobles, quizá no tanto cinismo y sarcasmo”.
A este respecto, José Antonio Ruiz San Román, sociólogo, profesor en la Universidad Complutense y colaborador de ATR, trazó el nuevo perfil de las asociaciones de usuarios de los medios. “Las asociaciones de usuarios han pasado de una línea frentista a la del espectador enfadado”, dice Ruiz, que considera que “en este diálogo en busca de lo que falla en los medios los usuarios tienen un papel muy importante”.
Por otro lado, y respecto al papel que juega la publicidad en el sector de la animación en este país, Antonio Pueyo, consejero delegado de Simba para España y Portugal, fue muy claro al explicar que “nosotros somos una industria del juguete, no educadores, ni padres, ni jueces”. Por ello, Pueyo apeló al autocontrol que han de ejercer los medios de comunicación y defendió a la industria juguetera exponiendo que “el juguete es plástico e imaginación y lo demás lo pone el niño, no no-sotros”.
Tras el debate, algunas de las conclusiones pasaron por el desarrollo de la industria en España y de perspectivas cada vez mejores basadas en “la creación de un personaje que enganche”, según Matji.

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