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“No es fácil que un profesor confíe en un alumno con síndrome de Down”

El malagueño Pablo Pineda fue el primer europeo con síndrome de Down en terminar una carrera universitaria: Magisterio. Ha desempeñado distintos trabajos y participa activamente en conferencias y encuentros con la finalidad de cambiar la mentalidad de la gente en relación al síndrome de Down. 

Estrella MartínezMartes, 30 de abril de 2013
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Entretanto ha publicado el libro El reto de aprender. Un relato desde la diversidad, su personal visión sobre cómo debería ser la Educación.

Lo de que seas el primer síndrome de Down europeo en terminar una carrera es algo positivo, sin duda, ¿pero te has encontrado con alguien que te haya dicho que lo tuyo es excepcional, que el resto de personas con síndrome de Down no lo pueden conseguir?
A mí me da mucho coraje que la gente piense que los síndrome de Down no podemos llegar a cotas superiores. Yo creo que sí podemos llegar. Yo soy testimonio de ello, ya sea para una carrera o para lo que sea. No es que yo sea más inteligente de lo normal, más espabilado. No, yo lo que he tenido es mucha suerte, he creído en mis posibilidades y me han estimulado y educado constantemente, todos los días. Ésa es la clave. Luego estudiar una carrera o lo que sea es una opción que uno elige. Esto es lo mismo que con el resto de personas, unos eligen una carrera y otros no. Pero lo que está claro es que como yo he hecho una carrera, los demás con síndrome de Down también pueden.

Te he oído quejarte de que se os trata como a niños, de que se os sobreprotege. ¿Qué tenemos que hacer las personas que no somos síndrome de Down para normalizar nuestra relación con vosotros?
Lo primero es que nos tienen que ver como personas, que el que nos mira nos vea como a personas. Si a mí me miras como a una persona, yo ya estoy en igualdad de condiciones contigo. Con esto ya pasamos del: ¡ay, mi niño!, que se debe a que la gente cree que nunca vamos a crecer, que vamos a ser siempre unos eternos niños. Esto es lo que hace que se nos trate con ese paternalismo, esa conmiseración, le damos pena a la gente, lástima. Por eso nos tratan como a criaturas, como a niños, como a personas desvalidas e indefensas, cuando no es verdad. Esto es lo que hay que cambiar, estas ideas. Me gusta decir a las personas, y sobre todo a los estudiantes, que sintonicen bien sus megahercios para sintonizar con el síndrome de Down. Que nos conozcan, que se acerquen a nosotros porque esto al final va a ser bueno también para ellos, que se van a enriquecer gracias a su interacción con la discapacidad. Además la discapacidad no es algo que esté tan alejado de nuestra vida como nos quieren vender. Cualquier accidente te lleva a una discapacidad, por ejemplo, y esto lo tienen que saber los jóvenes.

En tu currículum figura la Concha de Plata al mejor actor del Festival de cine de San Sebastián gracias a una película cuyo título es una declaración de intenciones: Yo, también. Te adelantaste a Obama con el “yes, we can”.
(Risas). Sí, el título es muy potente. Está diciendo a la gente que nosotros también podemos, que nosotros también somos personas.

El título de tu libro no se queda corto tampoco, El reto de aprender. Un relato desde la diversidad.
Casi nada, también es un mensaje potente. Es que aprender es un reto para todos. En el libro no cuento mi experiencia propiamente, sino que hablo más bien de cómo me siento. Digo lo que creo que es la Educación, cómo debe ser la Educación. Cómo debe ser un buen profesor, los padres, todo eso, aunque, obviamente, escribo basándome en mi experiencia.

Lo ideal sería, por tanto, asimilar que la Educación es un reto para todos?
Claro, todos tenemos distintas limitaciones, con lo cual, aprender es un reto para todo el mundo. Asumir esto es importantísimo para todas las personas y no sólo para las que tenemos alguna discapacidad.

Acabas de decir que en tu libro hablas sobre Educación, pero ¿qué es para ti la Educación?
La Educación es el legado que das. ¿Y cómo se deja este legado? Pues a través de algo constante, disciplinado. Educación es disciplina, tiene que haber disciplina, pero también tiene que haber valores. Educación es algo completo, no algo sesgado como hasta ahora, que tiene contenido, contenido, y más contenido. Educación también es una estrategia, pero además son otras cosas como la afectividad. Con lo cual, la Educación es un todo. Para mí es un tema de estado, no puede ser que cada vez que llegue un Gobierno nuevo traiga una ley educativa, por eso es un caos. Habría que plantearse: ¿qué es lo que estáis enseñando? ¿Qué es lo que estoy educando? ¿Qué es lo que estoy haciendo?

Sin embargo, tú siempre dices que has tenido mucha suerte con tus padres y profesores.
Sí, mis padres han influido muchísimo en mi Educación. Han participado siempre, me han inculcado valores de esfuerzo, de disciplina, pero también los profesores han hecho mucho porque han confiado mucho en mí y no es fácil que un profesor confíe en un alumno con síndrome de Down. Mis padres y mis profesores vieron que podían sacar de mí mucho más. 

Desde tus años de colegio y universidad ¿has visto cambios, se van eliminando prejuicios?
La Educación va cambiando, poco a poco va cambiando, ya no es lo mismo que hace 30 años, ni muchísimo menos, por fortuna… Los niños de ahora tienen esa suerte. Ahora es inconcebible que no haya un niño con síndrome de Down en un colegio o en un instituto, y esto ya es mucho. Que las leyes han ido cambiando, pues también, y esto ha sido un paso importante. La sociedad ha avanzado mucho, es cierto. Los medios de comunicación también. Yo protagonicé una película, pero primero fue la serie Médico de familia, que tenía un personaje con síndrome de Down. Hemos pasado de estar escondidos a ser visibles, a aparecer en los medios, en los anuncios, etc. La gente ha cambiado mucho su mentalidad.

Pero todavía queda mucho camino…
Por supuesto, eso siempre lo digo. No podemos conformarnos con lo que tenemos. No podemos conformarnos con lo que hemos avanzado, sino que tenemos que seguir avanzando. Hay temas que todavía casi no se han tocado como son el social, el afectivo, el laboral, temas que se están empezando a tratar ahora.

En el terreno laboral, por ejemplo, hay muchas personas que creen que es imposible que alguien con síndrome de Down tenga un trabajo. Tú has trabajado y trabajas, ¿te sientes de otro planeta?
La verdad es que esto ya está cambiando. Lo de que un síndrome de Down trabaje ya se está haciendo realidad. Ahora mismo yo trabajo con la Fundación Adecco precisamente para que esta mentalidad siga cambiando, para que cambien las empresas, y poco a poco se va consiguiendo. Ahora las empresas tienen la responsabilidad social corporativa, por ejemplo. Así que todo esto ya se está poniendo en marcha, aunque es cierto que queda mucho, ha sido un tirón lo que hemos dado.

En tu caso, que has estudiado Magisterio, ¿te gustaría dedicarte a la enseñanza?
La verdad es que sí, que me gustaría. Sé que es difícil porque ahí hay un reto muy importante: cómo cambiar la sociedad para que me vean como profesor. Imagínate unos padres que llevan al colegio a su hijo y se encuentran con que su profesor es síndrome de Down, te quedas pasmado, evidentemente. Pensarán, ¿cómo puede ser que un síndrome de Down dé clase a mi hijo? Esa idea todavía existe, siguen pensando de nosotros que somos inferiores a los demás. Existe esa barrera que nos sitúa por debajo, por eso es tan difícil que podamos impartir una clase. Esto hay mucha gente que no lo entiende, sobre todo la gente mayor.

Después de lo que hemos hablado, ¿puedes considerarte un héroe?
La palabra héroe es un poco fuerte.

Pero sí que eres ejemplo de alguien que quiere algo, lucha por ello y lo consigue, con independencia de si tiene o no discapacidad.
Eso sí, mi caso es válido para cualquier experiencia, para cualquier persona.

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