Relato de una alumna de ESO que ganó un concurso de fotografía

Al principio sólo la usábamos en viajes y apenas me dejaban utilizarla. Como yo insistía bastante, me regalaron otra cámara para mí y ya no la solté.Cuando me compraron mi primera cámara réflex, una Sony Alpha 230, el concepto de fotografía cambió por completo. De repente era capaz de captar imágenes de una manera sorprendente y tenía la sensación de que esas imágenes no podría volver a verlas si no las recogía con mi cámara.
Me la llevaba a todas partes y me empezó a apasionar, desde entonces todo es fotografiable para mí: amigos, sitios a los que voy, cualquier cosa, hago fotos siempre que tengo tiempo libre. Las fotos que más me gustan son los retratos, especialmente de gente mayor y de niños y, sin duda, ahora prefiero el formato en blanco y negro. Nadie me ha enseñado a hacer fotos, pero siempre dejo que la gente que sabe de fotografía me dé consejos, ya que algún día me gustaría enfocar mi futuro profesional hacia algo relacionado con la imagen.

El concurso
La foto que presenté al Concurso de Fotografía para Jóvenes Visitantes de la Fundación Mapfre la hice con la Sony Alpha 230. Un día, volvía de dar un paseo y me llamó la atención el cielo. La cámara, a pesar de ser réflex, no tenía muy buena calidad de imagen, pero capturó la luz tal y como era en ese momento. Al editarla en blanco y negro me sorprendió el resultado.
En el colegio, Ana, mi profesora de Plástica, nos propuso presentarnos a un concurso de fotografía sin un tema concreto. Yo no estaba muy convencida de presentarme, ya que nunca antes había enseñado mis fotos a desconocidos, y se trataba de que la calificase gente con conocimientos sobre el tema. Finalmente, animada por los profesores y por los compañeros, varios alumnos nos decidimos y presentamos fotografías, y algunas de ellas fueron presentadas al concurso que había organizado la Fundación Mapfre.
Pasó algún tiempo sin tener noticias del concurso y un día Ana, bastante emocionada, nos comunicó que habían elegido mi trabajo como ganador y dos fotos de mis compañeros como finalistas. La verdad es que no nos lo creíamos, las fotos serían expuestas en la galería que unos meses atrás habíamos visitado para descubrir a verdaderos artistas.
El día de la inauguración de la exposición y entrega del premio volví a la galería y vi mi foto expuesta. Estaba muy nerviosa, ya que había mucha gente –familia, amigas y profesoras–, pero a la vez me sentía muy orgullosa de haber sido seleccionada entre tantos trabajos. El premio consistía en una cámara réflex, y me la entregó, ni más ni menos, que la infanta Elena. Sin duda fue una gran experiencia que me ha motivado mucho.
Aprovecho estas líneas para animar a todos los estudiantes que les guste la fotografía a que participen en este tipo de concursos y para agradecer a los colegios, organismos y empresas que organizan estas actividades, sin duda son experiencias muy gratificantes.

Andrea Puras
Colegio “Tres Olivos” de Madrid