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Orientación laboral para los jóvenes olvidados

“Unos 50 millones de jóvenes en Latinoamérica se encuentran en situación de riesgo por su exclusión social”, recuerda Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Estrella MartínezMartes, 10 de septiembre de 2013
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Estos jóvenes no tienen acceso a un empleo, y de tenerlo es a través de contratos que forman parte de la economía sumergida, “violando en algunos casos sus derechos laborales e incluso humanos”, apunta Mesonero. El Grupo Adecco –especialista en recursos humanos– lleva más de 25 años presente en la región y “además de las relaciones empresariales tenemos claro que nuestro impacto en la región no debe ser puramente económico, sino de enriquecimiento social”, explica el director.
De este compromiso con la realidad latinoamericana ha nacido Crecer+ de la mano de la Fundación Adecco y Endesa. Esta iniciativa tiene como protagonistas a esos jóvenes –de entre 17 y 24 años– excluidos socialmente entre quienes se pretende impulsar el empleo. Para conseguirlo realizan módulos de trabajo que “inciden, sobre todo, en una formación en recursos humanos centrada en el autoconocimiento para motivar su interés formativo y el desarrollo de su perfil laboral”, explica Mesonero. “En primer lugar les ayudamos a identificar sus competencias para después iniciar una mejora de su perfil profesional”, continúa. “Con estas bases aprenden a desarrollar habilidades como la correcta preparación de un currículum, cómo afrontar una entrevista de trabajo y otras habilidades sociales para enfrentarse a situaciones laborales, así como orientación sobre la situación del mercado laboral con la oferta actual y las mejores alternativas según su formación y expectativas”, añade.
Tras esta preparación inicial, Crecer+ pasa a una segunda fase en la que “se prepara un itinerario de empleo personalizado en el que, con la ayuda de las empresas colaboradoras del Grupo Adecco, buscamos incorporarlos en una primera experiencia laboral que los motive a seguir buscando nuevas posibilidades”, completa el director. Como recalca Mesonero, en este punto del proceso Adecco actúa como “eslabón intermediario del proceso” de búsqueda de empleo, ya que éste no depende únicamente de un organismo, sino de la interacción de diferentes actores.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el desempleo juvenil podría estar afectando a más del 20% de la población joven en Latinoamérica, un lugar donde el paro de los jóvenes “tiene una tradición histórica de alto impacto en la progresión del desarrollo económico”, recuerda Mesonero. Para incidir en estas cifras, Crecer+ nace con una duración de tres años –hasta 2015–. Por el momento, el programa ha orientado a 560 jóvenes de Perú, Chile, Colombia, Argentina y Brasil, quienes ahora empezarán su itinerario de empleo.
Francisco Mesonero muestra su entusiasmo por la iniciativa, pues los más de 500 jóvenes que han pasado por la primera fase han valorado positivamente la propuesta, “sobre todo en lo referente a la posibilidad de conocer de primera mano la situación del mercadolaboral”. Y es que Mesonero recuerda que la relación que tiene el grupo con empresas de estos países “nos permite conocer de primera mano las necesidades y las posibilidades de trabajo real”.
Crecer+, por tanto, continuará en marcha para generar una alternativa real a las necesidades de empleo actual que existen en los distintos países de Latinoamérica.

El trabajo de la Fundación Adecco
A nivel general la Fundación Adecco apuesta por la inserción laboral de las personas que tienen dificultades para encontrar empleo: mayores de 45 años, personas con discapacidad, mujeres con responsabilidades familiares no compartidas, mujeres víctimas de violencia de género y deportistas y exdeportistas. En opinión del director general de la fundación, Francisco Mesonero, “cada uno de estos grupos sociales, identificados por diferentes investigaciones como grupos en riesgo de exclusión, debe recibir un programa de apoyo específico, orientado a sus necesidades”. Obviamente no es lo mismo una mujer que encabeza una familia monoparental que una persona con discapacidad visual. “Sus aproximaciones son completamente diferentes, así como sus expectativas y necesidades. Este proceso de identificación, acompañamiento e itinerario personal es en el que más podemos aportar”. Así, Mesonero recuerda que, a pesar de la crisis, en el último ejercicicio “logramos la contratación para 3.341 personas”.

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