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La Educación emocional y social mejora la conducta y el aprendizaje

La Fundación Botín hizo público el pasado jueves, día 17 de octubre, un nuevo informe para dar a conocer el estado de la Educación emocional y social en distintos lugares del mundo.

María HernándezMartes, 22 de octubre de 2013
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Lo hizo de la mano de la jornada Experiencias locales, emociones globales, un espacio donde los principales colaboradores y redactores del informe charlaron en público con algunos de los encargados de poner en marcha las experiencias de la Red de Centros Educación Responsable en colegios e institutos españoles.
El informe de la Fundación Botín 2013, Educación emocional y social. Análisis internacional, es el tercero realizado en los últimos cinco años sobre experiencias educativas en un total de 16 países. En esta ocasión se analiza cómo se está llevando a la práctica este modelo educativo en Argentina, Austria, Israel, Noruega y Sudáfrica, y su aplicación para conseguir el bienestar y el desarrollo emocional, cognitivo y social de la población infantil y juvenil.
Desde el año 2007, la Fundación Botín viene difundiendo el estado de la Educación emocional y social en distintos lugares del mundo a través del análisis de experiencias significativas en esos países. Además, ha aplicado estos conocimientos a un modelo educativo propio que ya se desarrolla en centros escolares de Cantabria, Madrid, La Rioja y Navarra, formando la Red de Centros Educación Responsable. El director general de la Fundación Botín, Iñigo Sáenz de Miera, afirmó durante el acto de presentación del informe que haber realizado el estudio en países tan diversos “demuestra la importancia que tiene para la fundación su línea de investigación educativa”. Añadió que “conocer experiencias alrededor del mundo que se preocupan por el bienestar y el desarrollo emocional, cognitivo y social de la población infanto-juvenil y que utilizan estrategias creativas y eficaces para conseguirlo, nos da pistas y nos ayuda a continuar desarrollando instrumentos y metodologías válidos para el propio programa educativo de la fundación”.

Jornada de presentación
La cita Experiencias locales, emociones globales reunió a colaboradores en la realización del informe y a personas que, a través de algunos de los centros españoles que utilizan Educación Responsable, ponían en valor las prácticas llevadas a cabo con Educación emocional y social.
Christopher Clouder, director del equipo de trabajo del Informe Fundación Botín 2013 y presentador y moderador de la jornada, indicó que después de cinco años de estudios en los distintos países, “nuestras conclusiones muestran consistentemente que los niños que viven y ven la experiencia del aprendizaje para la vida como algo enriquecedor e innovador y, por supuesto, como un reto, son más capaces de afrontar las incertidumbres con compresión, creatividad y sentido de la responsabilidad”.
Las conferencias comenzaron con la inauguración de la doctora en Psicología, Begoña García Larrauri, que defendió que el humor mejora considerablemente el proceso de enseñanza-aprendizaje. Según García Larrauri, hay estudios que demuestran que preguntados los alumnos por las características que más valoran en un profesor, una de las más destacadas en todos los niveles educativos es que el docente tenga buen humor y lo manifieste en clase.
Alicia Nacenta, coordinadora de Educación Responsable en el Colegio “Miguel Delibes” de Madrid, presentó en la Fundación Botín las estrategias que llevan a cabo en el centro para mejorar el ambiente en el aula. Son los alumnos mismos quienes elaboran las normas de convivencia, destacando el efecto contagio que se produce entre los estudiantes con su Decálogo de las relaciones extraordinarias. En la misma charla, Johannes Finne, profesor del Diakonhjement University College, expresó que cuando los centros escolares disponen de unos programas de Educación emocional y social, son capaces de fomentar su propia capacidad para actuar como igualadores sociales respecto a problemas de conducta, dificultades de aprendizaje y diferencias entre entornos culturales.
Belinda Heys, por su parte, presentó el programa Happiness, que lleva la felicidad y el bienestar a las aulas austriacas a través de una asignatura obligatoria semanal. “Si creemos que la felicidad se puede practicar y mejorar, tiene que tener espacio en la Educación”, decía Heys. Por su parte, Maite Gil, coordinadora del proceso de transferencia de Educación Responsable en La Rioja, cree que lo fundamental del programa de la Fundación Botín es que mejora la Educación de manera que los alumnos no se conviertan en meros reproductores de conocimientos.
La última de las charlas tuvo como ponentes a Eliezer Yariv, miembro del servicio psicológico del Keriat Motzkin en Israel, y a Santiago Ferrerio, coordinador de Educación Responsable en el Colegio “María Sanz de Sautuola” de Santander. Ambos coincidían en la idea de que los niños tienen que ser parte de la solución en los problemas de conducta y conflictos que surgen en las aulas. Elementos como la disciplina o el diálogo tienen que estar siempre presentes en las relaciones entre profesor y alumno.

La Educación emocional mejora la covivencia escolar
Son muchas las conclusiones que se pueden destacar de la implicación de la Educación emocional en las aulas y sus resultados, expresados en el informe por colaboradores de cada país.
En Argentina, dice IsabelMaría Mikulic, “las emociones poco se han tenido en cuenta como procesos relevantes del desarrollo, hasta ahora, momento en que se anima a pensar en términos de Educación emocional y social”.
En la actualidad, el Gobierno austriaco está abordando distintas deficiencias percibidas en su sistema educativo. Así, en un contexto un tanto polémico, se está tratando de implantar la Educación emocional y social en Austria.
El psicólogo israelí, Eliezer Yariv, destaca en el informe que el plan de estudios emocional y social escolar en Israel, debería completarse con medidas de organización escolar en todo el sistema, así como con estrategias de intervención eficaces para tratar las conductas inadecuadas una vez se hayan producido.
En Sudáfrica, dice Peter Van Alphen, “desde el bienestar emocional y social en las aulas, se garantiza la formación de ciudadanos sanos y equilibrados, la base de una nación que ofrece libertad y autonomía en cualquier ámbito”.
Estudios aseguran que en las aulas noruegas hay mucho ruido e interrupciones continuas en clase. Los alumnos parecen carecer de estrategias de aprendizaje y sus habilidades de resolución de problemas son inferiores a las de otros países equiparables.

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