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El grupo de desempleados sin la ESO, ‘resistente’ al descenso del abandono

Pablo RoviraMiércoles, 13 de noviembre de 2013
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“El grupo de población de los no ocupados y sin título de ESO es el más resistente a la reducción del abandono educativo temprano”, según concluye el Informe 2013 sobre el estado del sistema educativo que acaba de publica el Consejo Escolar del Estado, con datos referidos al curso 2011-12. Por ello, según el Consejo Escolar, la reducción del abandono educativo temprano observada durante los años de crisis económica “afecta de forma exclusiva a los jóvenes con título de la ESO y empleados, que son, probablemente, los que disponen de mayor capacidad de respuesta o iniciativa personal ante la crisis”.

Al detalle, el informe señala que “con frecuencia, el porcentaje de los jóvenes que abandonan el sistema reglado de Educación y formación y que obtienen el título de graduado en Educación Secundaria es superior al de los jóvenes que, además de presentar abandono educativo temprano, no obtienen el graduado, sin que se aprecie una tendencia común en las diferentes comunidades y ciudades autónomas. Esta información apunta a la necesidad de implementar políticas correctoras adaptadas, en este caso, a las especificidades de cada territorio”. Efectivamente, con datos de 2012 (en la tabla adjunta aparecen los datos de 2005 a 2011) el porcentaje de abandono educativo sin título de ESO en España era de 11,6 y con título de ESO de 13,3%. Pero esta frecuencia se rompe, por ejemplo, en comunides como Castilla-La Mancha, Murcia o Extremadura, donde el abandono educativo es mayor entre los jóvenes sin título de ESO que entre aquellos que al menos tienen esta titulación básica.

En cuanto a la evolución del abandono educativo, señala el Consejo Escolar del Estado, “cuando se considera la población que abandona el sistema escolar sin haber obtenido el título de graduado en Educación Secundaria, se observa un comportamiento oscilante; la tendencia es creciente hasta el año 2009 –con una variación de +3,8 puntos entre 2009 y 2005–, para luego comenzar a decrecer –con una variación de 3,1 puntos entre 2012 y 2009–. No obstante, cuando se analizan los datos de evolución, a lo largo del periodo considerado, separando los que no tienen el título de la ESO de los que sí lo tienen, se advierte que la variación total absoluta corresponde a un aumento +0,7 puntos porcentuales para ese primer subgrupo de población, lo que contrasta con una reducción de –6,6 puntos para el segundo subgrupo constituido por los que sí disponen del título de la ESO”.

Así, como se observa en la tabla, en 2005 el abandono educativo en España se distribuía en una relación de 2 a 1, de tal forma que dos tercios correspondía a jóvenes con al menos la ESO y un tercio con jóvenes que ni siquieran obtenían la Secundaria Obligatoria; una distribución que en 2012 es prácticamente al cincuenta por ciento, ya que en este periodo el abandono educativo sin la ESO se ha incrementado, por lo que la reducción global de este indicador ha sido, fundamentalmente, a costa de reducir el abandono entre los jóvenes que sí conseguían la ESO.

Baja el de ocupados
El Informe del Consejo Escolar también desagrega el abandono entre la situación laboral de los jóvenes. Así, señala que “en todas las comunidades y ciudades autónomas, el porcentaje de los jóvenes que abandonan prematuramente el sistema reglado de Educación y formación disponiendo de empleo es inferior (9,3%) al de los jóvenes que, no estando ocupados, optan por el abandono educativo (15,6%). Ello advierte sobre la mayor incidencia del abandono sobre el grupo de los no ocupados. A este respecto, y por la elevada diferencia entre estos porcentajes, destacan, de entre todos los territorios del conjunto nacional, Ceuta, Melilla, Andalucía y Canarias”.

En cuanto a la evolución del abandono educativo en el periodo 2005-2012, el Consejo Escolar apunta que “en el caso de la población de jóvenes que abandona el sistema escolar y que no tiene empleo, el impacto del abandono es creciente a lo largo de todo el periodo considerado, con una variación total absoluta de +6,2 puntos, entre 2012 y 2005. Se advierte, sin embargo, una inversión en el reparto de la incidencia del abandono educativo temprano entre empleados y desempleados, ya que en 2005 predominaba, con mucho, la contribución de los empleados, y en 2012, aun a pesar de la disminución de la cifra total, la situación es opuesta”. De este modo, si el abandono educativo de ‘no ocupados’ era en 2005 del 9,4% y el del subgrupo de ocupados del 21,4%, en 2012 pasa a ser del 15,6% y del 9,3%, respectivamente. No obstante, esto no tiene por qué deberse a un cambio educativo, sino a que la crisis, al disparar el de-sempleo juvenil, especialmente en la población menos cualificada, haya cambiado la situación laboral de los jóvenes en situación de abandono educativo.

“Registro fósil”
Otra de las consideraciones recogidas en este Informe 2013 es que “el abandono educativo temprano, medido en 2012, crece con la edad, del 15,7% que presentan los jóvenes de 18 años residentes en España, al 31,2 % de los que tienen 24 años. A partir de esta información, y como es propio de las pirámides de edad, cabría predecir que, de mantenerse o incrementarse esta tendencia a la baja, España, en el horizonte 2020, podría acercarse francamente al nivel de referencia del 15%. Así, ese 31,2 % de abandono educativo de los jóvenes de 24 años en 2012 podría interpretarse como una suerte de “registro fósil” que estaría reflejando los niveles de abandono existentes en España para los jóvenes que tenían 18 años seis años antes, es decir, en 2006 (compárese con la cifra del 30,5 % de la tasa total en ese año)”. Es decir, que a medida que van entrando en la cohorte del indicador (18 a 24 años) generaciones más jóvenes con menor tasa de abandono, se sustituyen los grupos de edad superiores con tasas más elevadas.

Además, añade el Consejo Escolar, “las enseñanzas de remediación, o de “segunda oportunidad”, al facilitar la reincorporación de los jóvenes al sistema reglado contribuyen a reducir, en alguna medida, las cifras de abandono, y se sumarían con el tiempo a esta reducción de las tasas de abandono”. Eso sí, teniendo en cuenta que “conforme aumenta la edad, aumenta también la resistencia a la reincorporación al sistema reglado”.

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