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Escuelas Católicas reflexiona sobre una escuela creativa, emprendedora y participativa

El presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Rupérez, inauguró el XII Congreso de Escuelas Católicas (FERE-CECA y EyG).

RedacciónMartes, 26 de noviembre de 2013
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Se celebró en Valladolid entre el 21 y el 23 de noviembre con la asistencia de 1.300 profesionales de la Educación. El encuentro se celebró bajo el lema Escuela creativa. Emprender. Participar. Dar sentido.
Francisco López Rupérez afirmó en su discurso inaugural que “la innovación es imprescindible para abrir nuevos caminos e idear nuevas soluciones”. Por su parte, Renzo Fratini, nuncio de Su Santidad en España, defendió que la Educación no puede prescindir de Dios, que sólo Dios es creador y que los padres y educadores participan en esa obra creativa dando vida y formando a los jóvenes. Dolores Reig, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya, a su vez, se centró en su especialidad: las nuevas tecnologías. Reig explicó que hay una evolución hacia un nuevo tipo de individuo, que podría llamarse “hiperindividuo o individuo conectado”, que está generando cambios en la sociedad y en el mundo. Es responsabilidad de los educadores que ese cambio se convierta en algo positivo. “Tenemos jóvenes con superpoderes que pueden hacer cosas fantásticas porque son más inteligentes, están más informados y tienen las herramientas para cambiar, generar una sociedad mejor y saben hacerlo, pero también pueden hacer cosas terribles”, apuntó.

Conclusiones
Después de días de intenso debate que contaron con la participación de expertos en diversos temas, los organizadores del congreso expusieron las siguientes conclusiones: en un contexto de crisis y cambios legislativos, Escuelas Católicas sigue demandando un ejercicio de responsabilidad para lograr el necesario acuerdo que pueda concluir en un pacto educativo. Pero además, con este congreso se ha pretendido demostrar que la crisis puede convertirse en una oportunidad a través de la creatividad, la participación, el carácter emprendedor y el sentido cristiano de nuestras instituciones titulares, centros y equipos directivos. Para ello, propone recrear el modelo organizativo, pastoral y pedagógico con el fin de seguir respondiendo con calidad e innovación a los cambios que venimos afrontando. Un modelo que se basa en los siguientes aspectos fundamentales:
– La creatividad es una cualidad del pensamiento que no se puede enseñar, aunque sí motivar y favorecer su desarrollo, porque todos estamos preparados genéticamente para ser creativos.
– La creatividad fluye en las personas cuando su trabajo se conecta con sus pasiones; cuando la Educación deja de ser un acto solitario para convertirse en algo cooperativo y colaborativo.
– Las escuelas católicas deben ser siempre inconformistas. Deben cuestionarse los modelos predominantes y visualizar cómo pueden hacer una escuela relevante, innovadora y católica.
– La irrupción de la interconectividad y las redes sociales ha supuesto un nuevo tipo de individuo. Por eso es hora de dar un paso adelante y definir cómo cambian las personas desde que viven la experiencia de la hiperconectividad.
– Para conseguir éxito el esfuerzo es crucial. Esforzarse es persistir a pesar de las dificultades y de los errores y fracasos.
– El mundo nunca había cambiado tan rápido como ahora. El avance de la investigación humana guía el cambio y la transformación de toda escuela.
– La democracia no puede funcionar si no se aprende desde pequeño. Por eso una Educación a favor de la democracia y de una ética tendría como consecuencia una sociedad más justa.
– Todos estamos tras la búsqueda de sentido. Dar sentido es lo mismo que dar orientación a la vida. La escuela católica quiere aportar su orientación fundamentada en Jesucristo y su mensaje salvífico y pacificador.

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