“Resulta sectario, radical y excluyente eliminar una ley solo por no ser la suya”

Lamenta la falta de apoyo de los grupos parlamentarios hacia la Lomce que, en su opinión, es la ley que necesita nuestro sistema educativo. Luis Peral, que fue consejero de Educación de Madrid durante la primera legislatura de Esperanza Aguirre (2003-2007), responde a las críticas que se han hecho sobre la reforma educativa que va a poner en marcha su partido.

¿En la Lomce no se ha podido llegar a un consenso, o no se ha querido?
La izquierda política y pedagógica considera la Educación como un coto reservado para ella, donde no admite otras leyes que no sean las suyas. Prueba de ello es que Zapatero no llevaba ni un mes en la presidencia del Gobierno, cuando mediante un real decreto aniquiló la LOCE que había aprobado el Congreso y el Senado en la etapa anterior. Al ministro Wert le avisaron de que si cambiaba una coma de la LOE, no iban a permitirlo. Y antes de que terminara el plazo de enmiendas en el Congreso ya firmaron el 17 de julio un acuerdo entre PSOE, Izquierda Plural, los partidos nacionalistas e incluso Amaiur. Por tanto, no es fácil tratar con personas que firman un acuerdo para derogar la ley y paralizar automáticamente su aplicación en el primer periodo de sesiones de la próxima legislatura.

¿Y qué va a pasar? Porque la Lomce corre el riesgo de convertirse en una segunda LOCE.
Resulta terriblemente sectario, radical y excluyente eliminar una ley solo por no ser la suya, sin esperar a que se de-sarrolle, se aplique y se vean sus resultados. Por segunda vez la izquierda política y pedagógica echaría abajo una ley de Educación solo por no haber nacido de ellos. Es una forma de gobernar con la que estoy en contra, porque ese acuerdo del pasado 17 de julio no tiene precedentes en la democracia española.

¿No le ha faltado al PP voluntad de consenso?
En absoluto. Vamos a poner como ejemplo un tema que ha tenido mucho recorrido, como es el de la lengua vehicular en Cataluña. Es una de las causas por las que CiU no ha querido apoyar esta ley, que, por otra parte, incluye muchas cosas que estoy seguro que desean sus electores: evaluaciones, transparencia, autonomía de centros, refuerzo del derecho de elección… Y, a pesar de todo, el discurso de CiU se ha centrado en la invasión competencial, y especialmente en la lengua vehicular. El ministro se ha hartado de decir que propusieran alternativas respetuosas, por un lado, con la inmersión lingüística, y por otro, con la doctrina de las sentencias del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo. Yo siempre pongo un ejemplo, una localidad que conozco muy bien, Vilaseca de Tarragona, que tiene 22.000 habitantes y siete colegios públicos de Primaria. ¿Se desbarata la inmersion lingüística porque en uno de esos siete centros el 30% de las asignaturas se dé en castellano? ¡Pues qué poco consistente y qué poca fuerza tiene esa inmersión!

¿Y con los demás grupos parlamentarios?
Una LOE que habla en su preámbulo de mejorar la calidad, de niveles insuficientes de rendimiento, de reducir el abandono y aumentar la flexibilidad, de vías formativas adaptadas a los intereses personales, de mayor autonomía de centros, de evaluación y rendición de cuentas, se habla también de la evaluación de los distintos ámbitos y agentes de la actividad educativa, de la vertebración territorial del sistema educativo… Unos grupos políticos que ponen todo esto en el preámbulo de la LOE y luego cuando viene una ley que defiende lo mismo, como no es la suya, votan en contra. ¿Estaba mal eso en 2006?

¿Cómo mejoran la calidad las evaluaciones? ¿No son una carrera de obstáculos para los alumnos con dificultades?
Las personas que hablan de carrera de obstáculos, probablemente cuando ellos estudiaron tuvieron que superar algunos obstáculos. No les regalaron sus títulos de Primaria, de Secundaria ni los universitarios, y lo saben perfectamente. Había una exigencia y un mérito y ninguno estará arrepentido de eso, sino todo lo contrario, estará orgulloso. Las evaluaciones aportan una necesidad de homogeneizar los conocimientos y la capacidad de los alumnos a la hora de expedir unos títulos que son competencia del Estado, con validez en todo el territorio nacional, porque se podría dar el caso de que obtener un título en la provincia “x” fuera más facil que en la provincia “y”. Además, al definir las nuevas asignaturas troncales, es lógico que las evaluaciones versen sobre los contenidos mínimos que debe adquirir todo alumno español para obtener un título español. Y resulta muy importante que los 17 países de la OCDE que están haciendo estas pruebas, están obteniendo en PISA unos 16 puntos más de media que los países que no lo hacen.

¿Qué le parece que se tache de segregador el adelanto de los itinerarios?
A nadie se le obliga a ir a ningún sitio. Hay una orientación a la familia por parte del centro y si no quiere que su hijo vaya a la FP Básica, no irá. La FP Básica es una alternativa de mucha más calidad que los PCPI, a los que, entre otras cosas, no se les dotó de la Educación en alternancia. Los niveles anteriores de FP eran en el fondo callejones que no tenían una salida clara. Ahora hay una continuidad desde la FP Básica a la FP de Grado Medio y a la Superior, pero al mismo tiempo hay pasarelas hacia el Bachillerato y hacia la universidad. Como dice el preámbulo de la ley, ninguna opción del alumno será irreversible.

¿En qué ha mejorado la ley durante el trámite parlamentario?
Por ejemplo, en la atención a la diversidad con un artículo específico para los alumnos con dificultades específicas de aprendizaje, por TDAH, dislexia, etc., y con una mejor atención en las evaluaciones a los alumnos con discapacidad. Otro aspecto que me ha gustado mucho son los planes de centros prioritarios, para los que escolaricen sobre todo a alumnos en desventaja social. En Madrid lo hicimos y llegamos a tener 90 colegios públicos e institutos dentro de este plan. También ahora se pueden hacer concursos públicos sobre suelo dotacional para la construcción o gestión de centros concertados. Es algo que en Madrid yo puse en marcha y que ha continuado impulsando Lucía Figar.

¿No perjudica esta medida a la enseñanza pública?
Todo lo contrario. Madrid es la mejor prueba de que enseñanza pública y privada pueden convivir y estimularse mutuamente. Los dos sistemas son perfectamente compatibles y lo importante, al final, es lo que existe en Madrid, que el 92% de los padres ha conseguido llevar a sus hijos al colegio de primera opción, y en algunos casos buscan que el colegio responda a sus convicciones religiosas, en otros casos que se enseñe inglés estupendamente desde los 3 años, y en otros, que tenga un Claustro de profesores con fama de ser muy bueno.