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La FP dual: El proyecto que aspira a ser bálsamo frente al desempleo

Mientras la crisis y la falta de empleo obligan a echar el resto en busca de salidas laborales, la FP dual emerge como una nueva opción, en la que Cantabria ha sido pionera con dos años ya de un recorrido en el que se ofrece a los alumnos una carga lectiva compartida entre su centro educativo y la empresa.
Lunes, 9 de diciembre de 2013
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Cantabria fue, junto a Madrid, la primera comunidad en ofrecer esta Formación Profesional dual, pero es pionera en elaborar el desarrollo normativo de una modalidad educativa por la que apuesta el Ministerio de José Ignacio Wert y que consagra la recientemente aprobada Lomce. Los centros cántabros que tienen implantada FP dual son actualmente una docena, frente a dos de principios de 2012 y, si bien en los inicios los alumnos en la región rondaban los veinte, esa cifra se ha multiplicado por 15 y ya se llega a 300. Pero el camino recorrido invita aún más al optimismo, puesto que, como adelantan a Efe los responsables de Educación de Cantabria, para el curso 2015-16 se prevé que los estudiantes asciendan a 1.500 y las empresas involucradas a 150. La intención es ir a más en este ámbito, de modo que podría ampliar la oferta para el próximo curso 2014-15 con nuevos títulos.

El plus que ofrece la FP dual es que el estudiante combina el aprendizaje en el aula (siguiendo las mismas clases teóricas que los demás alumnos de Formación Profesional) con una mayor presencia en la empresa. Así completan un 67% de las horas en su instituto y el otro 33% en una empresa a través de un convenio de colaboración. Los alumnos permanecen tres años en los centros y en las empresas, frente a los dos años que se requieren para obtener un título de FP de Grado Medio o Superior.

Según comentan directores de varios institutos con FP dual, ese periodo de tiempo más dilatado se perfila como uno de los mayores hándicap para el alumnado. Los directores advierten de que se corre el riesgo de que los alumnos se cansen o desmotiven, porque además se exige mayor esfuerzo y más horas de aprendizaje. Por eso, no cualquier alumno puede cursar FP dual, sino que se trata de "escogidos". Y es que, para seguir estas enseñanzas, hay que cumplir requisitos: haber aprobado todos los módulos y, además, ser un estudiante destacado por madurez y responsabilidad, con un perfil que encaje en la vida de la empresa.

Los alumnos de FP dual reciben 200, 300 y 400 euros anuales –en cada uno de los tres cursos– a cargo de la empresa, mientras el Gobierno regional les concede becas al transporte. Ése sería uno de los alicientes para entrar en el programa, pero, por encima de todo, el mayor reclamo estaría en su presencia dentro de la empresa. "Un alumno de FP lo que quiere es estar cuanto antes en la empresa", resume a Efe el director general de FP del Gobierno de Cantabria, Enrique Haya.

Cantabria destaca además entre otras comunidades porque ofrece formación para los tutores de empresas, que colaboran con los centros educativos para hacer un seguimiento que aspira a ser individualizado. Y, todo ello, contribuye a que la percepción actual de la FP haya cambiado respecto a la imagen devaluada de antaño. Hoy las matrículas crecen año a año en Cantabria e, incluso, se reciben alumnos que ya han cursado otros estudios (también universitarios) y que ven en esta vía un mejor enganche al mercado laboral.

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