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Garantizando la Educación de niños y niñas enfermos

Marta y sus 25 compañeros están empezando a estudiar las derivadas en clase de Matemáticas, pero ella lo hace desde casa gracias al Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario (SAED) de la Comunidad de Madrid.

María HernándezMartes, 11 de febrero de 2014
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Marta no existe, pero podría ser una de tantas niñas o niños que, por enfermedad, tienen que ausentarse del colegio por un largo periodo de tiempo.
El SAED rompe con la idea que tenemos, sin conocer este servicio, de que el niño que está enfermo se queda estancado educativamente hablando y no avanza en sus estudios. Se trata de un programa que financian las distintas administraciones públicas –se da, prácticamente, en todas las comunidades autónomas, con nombres y normas dispares– que garantiza el proceso educativo de los niños enfermos que no pueden acudir regularmente a clase.
La rutina de estos chavales cambia, lógicamente, porque ya no acuden a su centro de enseñanza, pero les crea una nueva que se le parece en lo educativo. Dos profesores acuden al domicilio del niño o niña, si su periodo de permanencia en casa supera los 30 días de baja. Atienden a los alumnos cuatro días a la semana, durante dos horas y media al día. Pero es que, además, intentan reproducir lo que sus compañeros hacen en la clase de su centro habitual. Se reúnen con sus profesores todas las semanas para coordinar el proceso de aprendizaje en casa y programar las tareas que tienen que realizar.
“A lo largo de los años se constató una nueva necesidad en el campo de la atención educativa al alumnado enfermo, debida a los avances en los tratamientos terapéuticos que reduce la estancia continuada del paciente en el centro hospitalario. Esto conlleva un mayor periodo de convalecencia en el domicilio familiar”, explica Milagros Muñoz, subdirectora general de Ordenación Académica.
El SAED les proporciona la posibilidad de no encontrarse en situación de desventaja respecto a sus compañeros. El objetivo de este programa, que en algunas comunidades autónomas se realiza en colaboración con distintas ONG y asociaciones de familiares de niños enfermos, es evitar el aislamiento educativo y social del niño o niña convaleciente. Además, les proporcionan, en algunos casos, el apoyo psicológico necesario en estos momentos. También una conexión continua con su centro de enseñanza, que les facilitará su reincorporación posterior. De este modo, el alumno que necesita atención domiciliaria, aunque recibe una enseñanza adaptada a sus circunstancias personales y a la enfermedad de la que está convaleciente, seguirá siempre el programa de trabajo de su centro, siguiendo las pautas que su tutor habitual y sus profesores establezcan con el docente que le atenderá durante este periodo.
La atención al alumnado enfermo y convaleciente tiene, en la Comunidad de Madrid, tres ramas fundamentales: el SAED de Primaria y Secundaria, las Aulas Hospitalarias, y los Centros Educativos Terapéuticos o Centros de Día, que atienden a chicos con problemas de salud mental y requieren de tratamiento terapéutico continuo.
La Comunidad de Madrid puso en marcha este proyecto en el curso 2000-01.

Los que se benefician del servicio
Cualquier niño matriculado en un centro público madrileño en los niveles de Primaria y Secundaria puede acceder a los servicios de apoyo educativo domiciliario.
En todos los casos es el médico especialista del niño el que decide, ya que gracias a su informe el chico podrá acceder los servicios del SAED, siempre que su permanencia en casa por la baja haya superado los 30 días de convalecencia.
Al programa acceden desde niños con algún problema de traumatología, hasta adolescentes con embarazos de riesgo, pasando por chavales con cáncer.
Los profesores del SAED, debido a su implicación personal, mucho mayor por las situaciones en que enseñan, son formados específicamente para esta tarea y reciben varios cursos anuales destinados a tal efecto.
Además, llevan un control diario de su actividad con los niños y acuden a su centro periódicamente para coordinar el proceso.
Casi 50 profesores apoyan a estos chavales en su día a día de convalecencia. El SAED prestó atención educativa a 396 alumnos de Educación Primaria y Secundaria en el curso 2012-13. Una cifra que se ha mantenido en los últimos años.

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