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La OCDE propone establecer un modelo formal de evaluación docente

La OCDE propone a España establecer un modelo de evaluación formal del profesorado así como conseguir que su desarrollo profesional sea más atractivo para ellos. Éstas son algunas de las conclusiones recogidas por el Informe TALIS 2013 que ha sido presentado esta semana.
Pablo RoviraJueves, 24 de julio de 2014
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El Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS) recoge datos comparables a nivel internacional sobre el ambiente escolar y las condiciones de trabajo de los profesores en los centros de todo el mundo. En este estudio participan 34 países a través de encuestas a docentes y directores. En España, 3.339 profesores y 192 directores de 192 centros completaron los cuestionarios.

De este modo, una de las primeras conclusiones es que en España, en comparación con la media de la OCDE, los docentes son menos evaluados y su desarrollo profesional es menos atractivo. En España (36%), la proporción de profesores que no han sido formalmente evaluados por método alguno es cuatro veces superior a la de la media OCDE, “presentando una de las proporciones más altas entre los países y regiones analizados, sólo superada en este aspecto por Italia (70%)”, señala TALIS. En el promedio OCDE, en torno al 9% de los profesores de Educación Secundaria Obligatoria nunca ha sido evaluado de manera formal. Por “evaluación formal” la OCDE entiende “si el trabajo del profesor es revisado por el director, un inspector externo o por sus colegas (otros profesores)”, con métodos como la observación directa de su actividad en el aula, encuestas al alumnado, evaluación de sus conocimientos, conversaciones formales sobre la autoevaluación o el análisis de las calificaciones de los alumnos.

En este sentido, el método más utilizado para la evaluación del profesorado, según los directores encuestados en este estudio, se basa en el análisis de las calificaciones de los alumnos (95% en OCDE y 97% en España). En cambio, el 93% de los profesores en la media OCDE trabajan en centros en los que se utiliza como método de evaluación la observación directa de la actividad docente en el aula; mientras que en España (59%) esta proporción es significativamente más baja, siendo la menor de todos los países y regiones analizadas en TALIS 2013.

Además, si ya de por sí es bajo el porcentaje de docentes que trabaja en centros donde hay evaluación formal, tampoco estiman que tenga consecuencias para aquellos que sí cuentan con este mecanismo. “Pocas son las consecuencias, de entre las analizadas en TALIS 2013, que para los profesores españoles se derivan de la evaluación formal del profesorado. Así, no llega a la mitad la proporción de profesores (la menor de todos los países y regiones) que trabaja en centros en los que se establezca un plan de desarrollo profesional o de formación para cada profesor (49% en España), mientras en la media OCDE alcanza al 81% del profesorado”, señala la OCDE.

También queda por debajo de la mitad la proporción de profesores españoles (42%) que trabaja en centros en los que, una vez realizada la evaluación formal, se produce un cambio en las responsabilidades laborales del profesor, cuando en la media OCDE esa proporción llega al 70% de los profesores. Además, en la media OCDE, alrededor del 70% de los profesores trabaja en centros en los que se asigna un profesor tutor que ayude al profesor a mejorar su práctica docente, mientras que en España (25%) apenas alcanza a uno de cada cuatro profesores, siendo la cifra más baja de todos los países participantes.
“Si se trata de consecuencias relacionadas con el estatus laboral o con el salario, el panorama es aún más desalentador”, señala la OCDE. La posibilidad de que dicha evaluación acarree sanciones, cambios o mejora del salario, posibilidades de promoción o despidos es menor en España que en el resto de países. En cualquier caso, pocos profesores (32% en media OCDE y 29% en España) “sienten que el proceso de evaluación y comunicación haya tenido efectos positivos en las posibilidades de una mejora profesional”.

Según TALIS, “el buen rendimiento rara vez se reconoce, valora o recompensa”. Uno de cada cinco profesores en España (18%) está de acuerdo o muy de acuerdo en que los docentes con mejores resultados son los que reciben mayor reconocimiento en el centro y el 10% informa de que se produce un cambio positivo moderado o grande en su sueldo o una gratificación después de haber recibido una valoración sobre su trabajo en el centro (los promedios TALIS son 38% y 25%).

En cualquier caso, menos de la mitad de los profesores en España (43%) afirma recibir información tras las observaciones de aula, y el 87% dice que nunca ha observado las clases de otros compañeros ni les ha proporcionado sugerencias y comentarios para mejorar (los promedios TALIS son 79% y 45%). Las tres cuartas partes de los docentes en España trabajan en centros donde el director considera que no existe un programa de iniciación profesional a la docencia y el 59% no tiene acceso a un sistema de guía y capacitación liderado por otros docentes (los promedios TALIS son 34% y 26%).

Desarrollo profesional
En España, los docentes reciben poco apoyo para su desa-rrollo profesional. Cuatro de cada cinco profesores están de acuerdo o muy de acuerdo en que no se les dan facilidades o incentivos para que participen en actividades de desarrollo profesional (el promedio TALIS es del 48%). Un bajo porcentaje de docentes recibe tiempo programado para las actividades que tienen lugar durante sus horas de trabajo en el centro (23%), un complemento salarial para las actividades fuera de las horas de trabajo (2%) o apoyo no monetario (como docencia reducida, días de descanso o de permiso para realizar actividades de formación) para las actividades fuera de las horas de trabajo (6%) que les permitan fomentar su desa-rrollo profesional (los promedios TALIS son 54%, 8% y 14%, respectivamente).

Además, para el profesorado, recibir “formación relevante” es “relativamente raro”. Aproximadamente dos de cada tres docentes (61%) están de acuerdo o muy de acuerdo en que no se ofrece formación relevante (el promedio TALIS es el 39%).

Directores
Los directores también consideran que pueden mejorar sus capacidades. Más del 40% de los directores en España indica que nunca han recibido preparación específica para llevar a cabo un liderazgo educativo, tal como el establecimiento de objetivos bien articulados o manejo de un entorno seguro y propicio para el aprendizaje y asegurar que los esfuerzos de los docentes se centran en la enseñanza y en su propia mejora de cara a la enseñanza (el promedio TALIS es del 22%).

El director-tipo en España es más joven pero con más experiencia y formación (excepto en liderazgo) que el de otros países. Eso sí, apenas un 8% no tiene carga docente, mientras que la media TALIS es del 62%.

Eficaces, satisfechos y no valorados
Al menos las tres cuartas partes de los profesores españoles se sienten eficaces en las tareas relacionadas con la gestión del aula, aunque esta proporción es algo inferior a la del promedio de profesores de los países OCDE. Más de ocho de cada diez profesores en España dicen ser eficaces en las tareas docentes, por encima del promedio OCDE. Sin embargo, no se sienten tan eficaces como la media de los profesores OCDE en algunas de las tareas relacionadas con la participación del alumnado: la motivación de los estudiantes con escaso interés o convencer al alumnado de que puede ir bien en clase.

La inmensa mayoría de los profesores en España (95%) están satisfechos con su trabajo, tanto es así que es el segundo país con mayor número de docentes (88%) que volvería a escoger esta profesión (77% en OCDE).

En cambio, sólo el 8% cree que la labor docente es valorada por la sociedad, una opinión que “contrasta con la opinión recogida por el CIS”, donde la docencia es una de las profesiones de mayor prestigio social.

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