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Es el momento de asentar buenos hábitos

Por José Mª de Moya
Martes, 16 de septiembre de 2014
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El catedrático de Secundaria y Orientador José Raposeiras acaba de publicar el estudio La comunicación del alumnado a través del WhatsApp a partir de más de 600 encuestas a estudiantes de ESO, FP y Bachillerato. Los datos son similares a los de otros estudios con la peculiaridad de referirse al que se ha convertido en el “google” de la comunicación instantánea.

1. Uno de cada tres estudiantes de entre 15 y 19 años dedica más de seis horas al día al WhatsApp.

2. El 63 por ciento estudia y ‘wasapea’ a la vez. El 58% reconoce que también ‘wasapea’ durante las reuniones familiares.

3. Un 40% establece más de 20 comunicaciones al día por WhatsApp. Hay un 21% que confiesa ‘wasapear’ en más de 60 ocasiones.

4. En el otro extremo, apenas el 21% de los estudiantes encuestados dice escribir menos de cinco mensajes al día. Sólo el 13% confiesa que se conecta menos de una hora.

5. El 20% dice estar “siempre” pendiente de su smartphone, el 30% solo “durante el día”, el 33% sólo “fuera del centro escolar” y el 8%, “nunca”.

6. Y bordeando lo que ya podría denominarse adicción: el 14% de los jóvenes revelan estar atentos a su móvil durante más de 10 horas al día. Un 32% siente “ansiedad por responder a todos los WhatsApps” que recibe y un 44% está “inquieto”, si no le contestan a sus mensajes.

El comienzo de curso es un buen momento para marcar pautas de comportamiento que nos pueden ahorrar pesadísimas negociaciones. La paga, el modo de vestir, las salidas y las llegadas, etc. Nuestra frágil condición humana nos hace aceptar fácilmente compromisos cuyas consecuencias vemos lejanas en el tiempo. Esta miseria podemos convertirla en una oportunidad en ese cuerpo a cuerpo con nuestro adolescente de cabecera o en la tutoría con los alumnos. Ingenuos, estarán dispuestos a comprometerse ahora a que, durante este curso, no usarán el móvil después de las 11; negociar esto mismo en la víspera de un plan te abrirá la úlcera.

Por otra parte, conviene asentar en edades tempranas los buenos hábitos en el uso de las tecnologías. Es más fácil crear un buen hábito que desarraigar uno malo. Pero sobre todo, modelos. Los adultos no estamos dando buen ejemplo en este tema.

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