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“La clave del cambio educativo es dar más autonomía a centros y docentes”

Jorge Ruiz, cantante del grupo Maldita Nerea y maestro de Audición y Lenguaje, se muestra optimista con la Educación de nuestro país y aspira a formar parte del grupo de personas que den el paso de cambiar el sistema desde abajo para lograr un pacto social.
Pilar RuzMartes, 25 de noviembre de 2014
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(Foto: Sony Music)

Jorge Ruiz es el vocalista del conocido grupo Maldita Nerea, una agrupación profundamente comprometida con la Educación, tanto en sus letras como en sus iniciativas personales. Además, el cantante es maestro de Audición y Lenguaje, algo que le acerca más al proceso educativo. En esta ocasión, aprovechando el estreno de su nuevo disco Mira dentro, con nuevas letras comprometidas, Jorge habla para MAGISTERIO.

En tu perfil de Twitter te defines como “activista por el cambio educativo”. ¿Qué implica para ti ser activista? ¿Cuál es ese cambio?
Esto viene de una de las personas que más admiro que es José Antonio Marina. Soy activista porque quiero que el cambio educativo se dé, creo que es posible y hago cosas para que se produzca desde mi humilde atril. Yo soy maestro de Audición y Lenguaje y tuve la suerte de poder hacer las prácticas en un aula de Infantil, que es una de las experiencias más transformadoras que puede tener una persona. Cuando cruzas la puerta te das cuenta del potencial, la dificultad y de lo poco valorada que está su labor. Para mí, la clave es que la escuela y los profesores tuvieran más autonomía. Por otro lado, esta experiencia de aula tiene que ser compartida con la familia. Hay gente que es como un mago y lo cambia todo sin entrar en conflicto con la legislación, pero es dificilísimo.

¿Ayudará la Lomce a este cambio?
Es más de lo mismo. Mi sensación es que estamos hablando de chapa y pintura, el problema va a seguir estando, se aplique o no, porque estamos hablando de otras cosas que no son Educación. Hay que hacer una Educación que le permita al individuo, como dice José Antonio Marina, descubrir sus capacidades y su talento, y eso no se está haciendo ni se va a hacer con la Lomce.

Tú vives en EEUU. ¿Hay algo del sistema español que no tenga el americano y viceversa?
Lo que me llevaría allí sería todo lo cercanos que nosotros somos, todo el código empático. En cambio, allí tienen una cosa muy buena que es que enseñan desde muy pequeños a venderse, a hablar en público. Además, premian mucho el éxito y el éxito es todo, no hay ningún niño que no sea premiado por ser bueno en algo. Aquí estamos más cercanos al fracaso.

En el último disco hacéis una crítica a la Educación en la canción Te merece la pena. En ella decís que “se grita mucho, se escucha poco”, ¿crees que en España se grita tanto?
Sí, se grita muchísimo y no es la manera. De hecho, he presenciado más de una vez a una profesora que reprende a sus alumnos en silencio y el niño no puede soportarlo. En cuanto a lo de escuchar, es inherente a la sociedad en la que vivimos. El ritmo de vida que establece la economía es de consumir todo lo que se pueda y eso no te deja pensar ni parar. En la Facultad de Magisterio no se habla de esto y ¿si no se habla de escuchar, cómo vas a hablar de Educación? Pero, yo soy optimista.

Esa misma canción también dice “la culpa no es nunca mía”, ¿de quién es?
Me llama la atención que un niño se culpe por hacer determinadas cosas porque no tiene que sentirse así, la culpa es algo muy adulto. Pero cuando la sentimos, la culpa siempre es del profesor, nunca del alumno. No nos han enseñado a ser honestos y por eso culpamos a otros. Yo soy crítico porque sé la cantidad de ingenio que hay en España, pero no quiero que me comparen con Corea en rankings como PISA porque no tenemos nada que ver. Hay cientos de casos en España de modelos educativos que revientan PISA. Es necesario ver el potencial de cada ciudad y cambiarlo. Yo primero me centraría en la formación de los profesores, no es que sea mala, pero una cosa es que te lo cuenten en la facultad y otra vivirlo. Por otro lado, solo se habla de las emociones en Infantil. Se prepara al niño únicamente para trabajar y, como dice la canción, “si sientes toma medidas”. Hay mucho talento en España que a veces se pierde porque a los profesores no les han enseñado qué decir a los niños. Las revoluciones se hacen de abajo arriba, pero creo que los maestros no se mueven. El funcionariado es muy cómodo y mucha gente se acomoda. Los que no lo hacen sí pueden cambiar su aula.

¿Crees que se va a conseguir algo con las manifestaciones de la Marea Verde?
No lo sé. Todas las revoluciones han venido de luchas, pero yo no creo en la lucha porque un niño no lucha, él fluye y aprende. Iniciativas como estas están muy bien, pero tiene que haber un pacto social por la Educación donde estuvieran todos los agentes, primero los sociales y luego los políticos. Hay que crear un discurso único y ahora no lo hay.

Vuestras letras hacen referencia a los valores, ¿crees que se educa en valores?
Creo que los valores los da el maestro, el currículum no. Todos tenemos imágenes en nuestra cabeza de los maestros que más nos han transmitido. Da igual la profesión que elijas, pero tu Educación debe revertir en la sociedad, todo lo que recibimos forma parte de nuestro proceso educativo. El problema es que seguimos pensando en estudiar una carrera que nos de salida y no caemos en que tenemos que devolver todo el amor que nos han dado.

¿Qué te parece la nueva legislación en las enseñanzas artísticas?
Es demostrable que el arte es lo que más enfoca al alumno, es lo más potente para concentrar la tención. Sin embargo, los trastornos por déficit de atención no paran de subir. Si metiéramos más arte, eso bajaría. La música no debería ser optativa porque está en el individuo antes que el lenguaje. Mi sueño es cambiar el modelo educativo, conseguir formar parte de un grupo de personas que puedan cambiar el país. Me encanta ser un idealista, pero creo que es posible. Yo lo voy a intentar porque nuestro sistema tiene muchas posibilidades y luego pueden ser las pequeñas personas las que cambien el mundo.

Fundación Promete
El cantante de Maldita Nerea comenzó a colaborar, hace tres años, con la Fundación Promete, que trabaja con niños de entre 8 y 16 años. Además, Promete tiene varias áreas y un servicio gratuito, Tu aula promete, para que los profesores interesados puedan hacer sus consultas.
El objetivo de la fundación es, según Jorge Ruiz, “ fomentar el desarrollo personal de cada niño y cubrir sus necesidades de desarrollo”. Desde Promete creen que el cambio educativo es posible e intentan dar una fórmula factible para cada uno de los niños.
La metodología se basa en preguntarle a cada joven qué es lo que quiere hacer. Una vez contestado, desde la fundación se encargan de crear las condiciones para que pueda llevar a cabo su proyecto personal. Todas las áreas se cubren en diferentes talleres,en los que el alumno está asistido por un coach, que le ayuda a superar los inconvenientes que puedan ir surgiendo. “Es muy importante también que los niños estén rodeados de sus familias y amigos”, asegura Jorge.
Otras de las iniciativas que llevan a cabo son los campus, uno en Madrid y otros itinerantes. Además, pretenden que estas sean sostenibles gracias a donativos de empresas públicas o privadas que crean en ello.

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