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“El modelo flipped permite detectar las dificultades del alumno antes de llegar a clase”

Raúl Santiago, profesor de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Rioja, asegura que "gracias a la flipped classroom, el profesor sabe dónde fallan los alumnos antes de que lleguen al aula, con lo cual puede diseñar la actividad en clase y todo el proceso de aprendizaje con esa evaluación previa".
Adrián ArcosMartes, 2 de junio de 2015
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“Afortunadamente tenemos la suerte de contar cada vez con más profesores inquietos, con ganas de cambiar la escuela, sus clases y la Educación”. Para Raúl Santiago, de ellos depende el éxito de la clase invertida. Él es profesor del Departamento de Educación de la Universidad de La Rioja, pero también es coordinador de la web theflippedclassroom.es, donde hay ya cerca de 600 experiencias de profesores de todas las materias, y niveles educativos, con metodologías muy diversas y que están cambiando su forma de dar clase. Él anima a los docentes a “estar inquietos, buscar cada día algo nuevo e ir dando pequeños pasos acomodando aquello que encuentran a la situación concreta de sus clases”.

¿Por qué es útil este modelo?
Lo que proporciona es un marco para la innovación muy interesante para los profesores, y el objetivo fundamental es sacar el máximo partido del tiempo que los alumnos están en el aula. Para eso lo que hacemos es trasladar fuera de clase algunas actividades y contenidos que habitualmente se hacen dentro.

¿Cuál es la mejor forma de organizar la clase invertida?
La mejor manera de hacerlo es analizando claramente qué elementos de la actividad del contenido educativo se pueden llevar a casa, evidentemente no sobrecargando más de tareas al alumno, sino convirtiendo esas tareas en algo relevante y motivador. Y, de alguna manera, esas tareas van a identificar las carencias en cuanto a contenidos que pueden tener los alumnos, y por eso aprovechamos el tiempo de clase para trabajar con cada alumno de una manera diferenciada.

Dice que no hay que sobrecargar de tareas al alumno. ¿Hay riesgo de que ese modelo no funcione porque, por ejemplo, los alumnos no visualicen los vídeos en casa?
Por eso es muy importante que el profesor haga que la tarea sea relevante. No se trata solo de que el alumno visualice, sino de que el vídeo tiene que enriquecerse con preguntas que obliguen al alumno a pensar, a analizar algunas cosas, a contestar y a tener una actitud activa. La flipped classroom se asienta precisamente sobre la filosofía y el aprendizaje activo: hacer algo que realmente motive al alumno para que cuando vaya a clase ya tenga mucho del terreno y contenido ganado.

¿Qué resultados se ven en el alumno?
Llevamos un año preguntando a alumnos de distintos niveles educativos –cerca de 500 alumnos ya– que nos manifiestan que, cuando están inmersos en un proceso de aprendizaje inverso, ellos creen que el profesor tiene más en cuenta sus necesidades de aprendizaje, que son capaces de trabajar los contenidos atendiendo a sus diferencias individuales, que la clase es más activa, que están más motivados, y que los contenidos los encajan y se construyen sobre contenidos anteriores. La flipped classroom, si se diseña bien, nos da respuesta a los tres principios que fundamentan el aprendizaje, que son los que tienen que ver con los procesos cognitivos, afectivos y la motivación, y con el aprendizaje social. Los datos son contundentes en cuanto a la mejora que percibe el alumno de cómo se siente mucho más atraído por el proceso de aprender.

¿Cómo tiene que ser la evaluación con este nuevo modelo?
Este modelo tiene que estar asociado a metodologías inductivas activas, como el aprendizaje basado en problemas, en retos o en proyectos. Ya sabemos que una de las maneras de evaluar ese tipo de metodología es a través de las rúbricas. La flipped classroom va más allá, ya que nosotros no solo nos preocupamos de esa evaluación final sumativa del alumno, sino que utiliza mucho la evaluación diagnóstica. Lo primero que hace un profesor que va a trabajar en un modelo flipped es saber qué saben los alumnos, porque en función de lo que sepan todos y cada uno de ellos, va a diseñar actividades distintas. También trabaja mucho la evaluación formativa, porque los contenidos que hay en vídeo llevan inmersas unas preguntas que a su vez llevan un feedback que hace que el alumno sepa si lo está haciendo bien o mal y que aprenda de los errores. Y, por último, una evaluación sumativa que se puede hacer a través de los métodos clásicos como los exámenes, o a través de rúbricas de aprendizaje.

¿Es un modelo que sirve por sí solo o es mejor combinarlo con otros sistemas, incluso con el tradicional?
Si entendemos por tradicional la mera exposición y traslación de contenidos, por supuesto que no. Pero se podría incluso, y yo conozco a profesores que lo hacen. Pero al modelo flipped realmente se le saca todo el partido a través de las metodologías activas, que además utilizan sistemas que últimamente están pegando mucho, como la gamificación y el uso de dispositivos móviles. La combinación de esas tecnologías emergentes, de esas metodologías inductivas, de estos modelos pedagógicos innovadores, de nuevos sistemas de evaluación, es lo que realmente hace que sea efectivo.

Habrá alumnos que piensen que es mejor resolver la duda en el momento justo de la explicación del docente.
Aquí no hablamos de que hay que huir de la explicación, sino de que los alumnos en casa están trabajando con un contenido, o están leyendo, o trabajando sobre un infográfico o página web. Si nosotros hemos diseñado realmente bien la actividad, vamos a poder detectar antes de llegar a clase cuáles son las dificultades que han tenido los alumnos a la hora de afrontar el contenido, porque vamos a obtener esa información gracias a la tecnologías. En ese momento, el profesor ya puede diseñar la actividad que va a realizar en clase en función de esa evaluación previa: si va a trabajar con todos los alumnos, si se va a centrar en aquellos que presentan más dificultades, si va a trabajar por pares, si va a hacer grupos… Se rediseña el proceso de aprendizaje en función de lo que ocurre antes de clase. Un buen profesor que exponga y explique muy bien será fantástico, porque explotará al máximo el tiempo que tiene.

¿Es un modelo válido para todas las asignaturas o es mejor aplicarlo solo en algunas?
En principio se puede aplicar con todas. Se trata de un proceso creativo en el que se analizan los aspectos que se pueden trabajar en casa, para luego aprovechar el tiempo de clase. Y tenemos experiencias de Física o Ciencias donde los alumnos hacen determinadas actividades para luego aprovechar más la práctica en el laboratorio. También tenemos experiencias en Música o Educación Física, donde los alumnos ven las técnicas en vídeo para aplicarlas luego en la propia clase presencial. Un profesor creativo puede sacar punta a su asignatura con este método.

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