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“Secundarizar” la universidad, “primarizar” la Secundaria

"No se trata de reclamar una Secundaria elitista en el peor de los sentidos. Al contrario, el buen profesor sabrá agacharse para evitar que nadie se descuelgue, que nadie se pierda, pero luego sabrá tirar con fuerza hacia arriba".
José Mª de Moya
Director de Magisterio
11 de noviembre de 2015
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Acaba de publicarse Educar en la universidad hoy de Ediciones Encuentro. Se trata de un severo correctivo a eso en lo que hemos convertido nuestra universidad y que también podría aplicarse a nuestra Educación Secundaria.

Los autores enumeran una serie de vicios universitarios de los que he seleccionado estos cinco. Muchos profesores de Secundaria se sentirán comprendidos:
1. Sustitución del papel del profesor como estudioso por una figura dinamizadora y gestora.

2. Galopante “secundarización” [sustituir por “primarización”] de las aulas universitarias [sustituir por Secundaria] en los contenidos que se imparten y en las relaciones docentes que se establecen.

3. Aceptación acrítica de modas (las innovaciones huecas, las competencias sin contenido, la creatividad sin pensamiento, las nuevas tecnologías para las mismas ideas, un sentido crítico sin criterio…).

4. Escepticismo reinante sobre la posibilidad del conocimiento, especialmente en las áreas sociales y humanísticas.

5. Vertiginosa despreocupación por situar la formación de nuestros estudiantes en una perspectiva humanizadora que les proporcione una actitud de respeto y admiración por el conocimiento centrado en las grandes preguntas sobre la realidad.

Diversas asociaciones y sindicatos de profesores de Secundaria vienen reclamando desde hace años una dignificación de esta etapa. Porque ya sabemos dónde nos ha llevado ese constante rebajar el nivel de exigencia y acomodarse a las “posibilidades” del alumno. Actitudes que siempre esconden falta de confianza en la capacidad de la persona para superarse a sí misma, para sorprendernos, para superar las expectativas, para romper los corsés impuestos por normas sistematizadoras.

No se trata de reclamar una Secundaria elitista en el peor de los sentidos. Al contrario, el buen profesor sabrá agacharse para evitar que nadie se descuelgue, que nadie se pierda, pero luego sabrá tirar con fuerza hacia arriba. Con comprensión pero con exigencia, acompañando pero sin paternalismos, con pedagogía pero con sentido común. Educar es caminar sobre el alambre.

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