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La Educación es nuestro futuro y hay que entenderla como una labor de todos

¿Cómo contribuir a la transformación de la experiencia educativa del alumno hacia una personalización de la Educación? ¿Cómo ha de ser el marco de referencia organizativo para que los centros educativos den respuesta a esta necesidad?
RedacciónMartes, 17 de noviembre de 2015
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Las aulas tienen que convertirse en el centro del placer de aprender.

La escuela ha de ser un espacio de aprendizaje relevante, conectado y creativo donde la integración de la tecnología sea transparente aunque partimos de que los principales retos a los que se enfrenta nuestra Educación son la pobreza, la globalización y la tecnología.

Continuamente escuchamos la necesidad de un cambio de paradigma educativo donde conceptos como innovación, cambio, nuevas metodologías se hacen cada vez más presentes. Por otro lado, la irrupción de internet en el aula y de todas las tecnologías asociadas provocan un debate muy importante en la comunidad educativa.

Hacia dónde hay que dirigir las transformaciones que ha de experimentar la Educación en este siglo XXI, qué se demanda a las aulas para que nuestros alumnos sean ciudadanos íntegramente formados. Metodología, tecnología y currículum han de ir de la mano en un camino destinado a un cambio educativo que no parece llegar nunca de una manera generalizada. La evaluación del proceso también parece un elemento clave, hasta hora siempre se ha evaluado el resultado final y no el propio proceso educativo. Todo cambio de un sistema ha de contemplarse de una forma global y no parcial.

Por ello debemos plantearnos las siguientes preguntas: ¿quién ha de liderar la transformación? ¿Qué papel juegan docentes y familias? y, sobre todo, ¿dónde podemos encontrar una verdadera transformación de esa experiencia de conocimiento que todos conocemos como Educación?
La nueva cultura de la Educación ha de contar con profesores apasionados, padres activos y alumnos motivados en la búsqueda de un aprendizaje profundo. El foco ha de desplazarse del contenido a la experiencia del propio aprendizaje que permita al alumno controlar su propio aprendizaje con la ayuda de profesores que construyan un camino único para sus estudiantes. De la misma manera, tampoco se trata de construir un aprendizaje aislado. Como afirma Tony Wagner, lo importante ya no es tanto lo que sepas hacer sino “lo que sepas hacer con otro y hacer que tu tarea importe”. El reto de los centros educativos es convertirse en espacios relevantes, conectados y creativos. Las escuelas han de formar a alumnos que den respuestas a las expectativas de la vieja escuela pero también de las nuevas realidades a las que nuestros alumnos se enfrentan.

Más allá de estás cuestiones, las aulas han de ser el centro del placer de aprender; los centros educativos han de permitir que el alumno integre la tecnología de manera que personalice su aprendizaje, le permita conectar con otros alumnos y aprenda cómo gestionar la inmensa cantidad de contenidos que le ofrece la Red. Los centros educativos han de convertirse en nodos de conexiones con centros de todo el mundo donde los alumnos compartan su cultura, resuelvan problemas comunes y creen relaciones virtuales y físicas; las escuelas han de permitir que los alumnos descubran su pasión y construyan su aprendizaje alrededor de esta; los centros han de contar con recursos para poder afrontar los nuevos retos que la Educación incorpora, debe permitir la integración de todos los niños especialmente aquellos de áreas menos favorecidas.

Los profesores han de construir su reputación profesional sobre cómo comparten y qué comparten. El profesor ha de inspirar a los alumnos para descubrir sus intereses y conectar estos con las capacidades que se requieran, evaluando los resultados a través de nuevas fórmulas. El alumno modela su aprendizaje, conecta con otros y aprende continuamente sobre sus intereses en un proceso transparente.

Las familias son parte esencial en el proceso educativo, es en el seno de la familia donde el niño realiza inicialmente el aprendizaje social que le permitirá interaccionar con lo que le rodea. Es necesaria una colaboración estrecha entre la escuela y la familia, esta ha de participar en el proyecto educativo de los centros, ser activa, colaborar y tender puentes ya que ambos comparten intereses educativos comunes. Es fundamental que fluya la comunicación, que sea recíproca y que potencie actitudes positivas.

La participación de las familias en los centros educativos contribuye al buen funcionamiento de los mismos, a estrechar los lazos entre todos los agentes implicados. Cuando la Educación es entendida como una labor de todos, el niño no encuentra disociación entre lo que ocurre dentro y fuera de las aulas y esto garantiza una mayor integración y unos mejores resultados académicos.

Los alumnos han de mostrar persistencia, empatía, pasión, han de compartir y colaborar y, mostrar curiosidad por la realidad que les rodea.

En un proceso de transferir responsabilidad al alumno en la construcción de aprendizaje, la escuela ha de permitir producir significado en el alumno, no solo transmitir información sino también emociones.

Si consideramos que las habilidades básicas que cualquier alumno del siglo XXI ha de obtener son creatividad, comunicación, pensamiento crítico y colaboración se nos abre la discusión de hasta qué punto son perseguidas por nuestros sistemas educativos actuales. Nuestros alumnos y nosotros mismos nos movemos en mundos altamente digitalizados y conectados en red. Reflexionemos sobre esta Educación moderna como denomina Will Richardson.

Gabriel Celaya decía: “La poesía es un arma cargada de futuro”, nosotros sabemos que la Educación es un arma cargada de futuro, y profesores, familias, y alumnos tienen mucho que decir acerca de ello.

ScolarTIC, el espacio donde aprendizaje e innovación se encuentran
En la necesidad de promover entre todos la transformación digital de la Educación, la formación y acompañamiento del profesorado se presume clave en esta estrategia junto con la creación de espacios colaborativos destinados a los docentes, a la creación de materiales educativos, el apoyo a nuevas modalidades de formación y la potenciación de la comunicación entre los diferentes componentes de la comunidad educativa.
Telefónica ha desarrollado diferentes proyectos digitales destinados a transformar la Educación incorporando nuevos modelos tecnológicos y pedagógicos que apoyen el desarrollo de nuevas competencias en docentes y alumnos. Destacamos ScolarTic –una comunidad social educativa–, Weclass –un entorno de aprendizaje digital–, Sextante –una metodología de acompañamiento al centro educativo en su transformación digital–,STEMbyme
–plataforma de refuerzo escolar– y Desafío STEM –competición relacionada con proyectos digitales referidos a las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas–.
ScolarTIC (www.scolartic.com) es el espacio social de aprendizaje, innovación y calidad educativa donde los profesores pueden capacitarse, informarse e intercambiar mejores prácticas y experiencias además de participar en foros de debate y reflexión sobre el futuro de la Educación. Cuenta en la actualidad con más de 21 cursos en línea para docentes. La oferta educativa gratuita más interesante que ayuda al docente a diseñar clases más innovadoras y atractivas para sus alumnos. Los cursos ofrecidos giran en torno a la programación, robótica, gamificación y mucho más.

Jesús Fernández-Cid Román
Miembro del Club de Impulsores de ScolarTIC

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